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Pola Weiss Tv a los ojos

 

 

Viendo a Pola Weiss. Con el tiempo tan corto, para estar poco, casi nada, juntos. Nos vimos, por primera vez. En vivo, y a todo color. Debilitados por la mañana, desteñidos. Nos aterramos por la recuperación, de un archivo húmedo, de Pola Weiss. Fuimos transitando, imantados, insensatos, brutalizados, por el desconocimiento total del Otro. Por la culpa. Gustosa. De comer la fruta prohibida de unos chilaquiles. Que dijiste que no. Pero que al final sí. Como por primera vez,  en vivo, y a todo color, en la betacam, de Pola Weiss, me hubieras dicho, ya, otra cosa, definitivamente.

Opiano M. Martello

 

 

por Jorge Luis Tercero

Casetes entre casetes, videos en technicolor o videodanzas, una mirada se despliega antes nosotros. Enamorada de la idea de estar enamorada de sí misma y del hechizo que se desprende de la tecnología que nos permite registrar lo real, casi tan abstraída entre las cámaras y los casetes de sus grabaciones como el personaje de la cinta Hasta el fin del mundo, de Wim Wenders. Así fue Pola Weiss, así quiero pensar que era.

El sábado 6 de septiembre el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM inauguró la exposición "Pola Weiss. La TV te ve”, aproximación desde el documento a la obra de la videoasta mexicana que estará vigente, en el vestíbulo del Centro de Documentación Arkheia (planta baja del museo), hasta el 11 de enero de 2015. La obra de Weiss se abre al público, después de la donación del archivo de la artista, que el MUAC recibió hace tiempo; dicho repertorio consta de 3 mil 165 documentos y fotografías personales. También se cuenta con 32 de sus videos de arte, dos performances grabados y una videodanza en formato DVD, todo un cosario de ideas latentes que se encontraba en espera de espectadores.

La muestra que actualmente alberga el museo se sustentó bajo el tratamiento de los curadores Aline Hernández y Benjamin Murphy, además contó con el soporte de Edna Torres, especialista en el trabajo de Weiss. Asimismo, el proyecto contó con el apoyo de TV UNAM, que permitió incluir el material videográfico en el archivo.

Pola Weiss (México, 1947) fue una artista adjetivada de muchas maneras, en ocasiones, incluso abiertamente, su obra fue rechazada por los círculos intelectuales de la época, quizás porque se atrevió a hacer “locuras” demasiado radicales para su momento, que actualmente podrían parecer cosa común en redes sociales o en performances de arte contemporáneo. A la distancia, la obra de Weiss pareciera sacada de algún cajón antiguo lleno de video casetes VHS o Beta, o una colección de ideas tomadas de filmes ochenteros como Videodrome (1982) de David Cronenberg o la antes mencionada Hasta el fin del mundo (1991), de Wenders. “La llegada de la televisión a México data de 1934, en 1968 surge la posibilidad satelital. Los primeros videos de Weiss son de 1977. Ella responde a cuestiones que incluso el mismo Carlos Monsiváis se había preguntando, la inquietud de ¿qué está pasando con la televisión?”, explicó la curadora Aline Hernández en entrevista.

 

Una Teleasta que se adelantó a su tiempo

 

La primera tesis en video, en la historia de la UNAM fue la que realizara Pola Weiss para graduarse como maestra de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, donde también fungió como docente. Durante diez años rodó un número de 38 videos de arte, diversos performances, una videoinstalación, y videodanzas, componentes de su obra que formaron parte de emblemáticas exposiciones realizadas entre 1977 y 1987.

Mujer-video, Mujer-casete que fuera denominada por los sabios del arte, quizás erróneamente, como la pionera del videoarte en México; artista que dejó a su paso todo un mito extravagante sobre un suicidio a cuadro y todo lo que esto conlleva; y sin embargo su obra perdura más allá del mito.

“Sin embargo, no debemos olvidar que la televisión es madre del video, que por sus alcances y posibilidades ha logrado objetivar visualmente el pensamiento del hombre porque sus imágenes tocan estructuras de nuestra sensibilidad profunda no estimuladas regularmente, por las normales precepciones visuales y ni siquiera táctiles; es justo entonces concebir un arte de televisión, televisión de arte, arte televisivo o como yo he decidido nombrar a mis producciones, por su capacidad masiva de comunicación: arTV”, detalla la misma Weiss en el ensayo La TV te ve.

Desde muy joven Weiss se alejó de la palabra escrita para documentar su vida y la realidad que la rodeaba desde la lente; con cierta obsesión por su propia figura, como todo aquel que detenta una cuenta de Facebook o un Instagram, ella exploró su propia fisonomía danzando con una cámara para la cámara, en medio de Xochimilco y de una época que recibía al gran invento televisivo como la promesa de un futuro tecnológicamente satisfactorio. Ni Pola Weiss fue la loca que sus críticos pensaron alguna vez ni la televisión resultó ser el gran invento redentor que esta Teleasta hubiera querido.

Ruptura desde la TV

 

Su labor se identifica por la ruptura de reglas desde una visión muy personal del video; cuestión que puede apreciarse en la exposición que nos atañe, en obras como La flor cósmica, El Eclipse y Ciudad-Mujer-Ciudad, pieza que en su momento fuera censurada por contener imágenes de un desnudo femenino. El paso del tiempo ha dotado al trabajo de Weiss de un manto de cierto profetismo que, cercano al kitsch de ciertas estéticas retro, la vuelve indispensable para entender el mundo interconectado en el que habitamos: “Lo que me gusta de su obra es que no tiene nada que ver con la tecnología de hoy, es muy distante pero eso nos da una perspectiva, digamos, historiográfica, muy interesante. Nos dice algo de la época de los años 70 y 80; Weiss nos expresa cuán difícil era trabajar el video en ese momento. Ahora cualquiera puede manipular un video, en ese entonces no. Sus videos también otorgan esa perspectiva histórica sobre el desarrollo del medio en este país”, comenta Benjamin Murphy, segundo curador de la exposición.

Entre los materiales exhibidos en la exposición encontramos desde videos, carteles, notas de diarios y dibujos personales, como si la mente de Weiss se abriera para mostrarse al que transita entre sus archivos, quizás como le sucediera a José Luis Cuevas en su lejana visita al estudio de la artista; espacio al que describió como lleno de magia y alquimia electrónica.  

“Lo que hicimos fue acercarnos a la obra de Pola desde otra perspectiva porque ya se ha agotado ese discurso de que ella era la pionera del videoarte en México. Desde diversas teorías de los medios y la televisión como modelo conceptual, concebimos tres núcleos: el primero se trata de la Televisión en su obra; luego tenemos otro “Ensayo documental” y se trata de cómo ella, además de la cuestión televisiva,  exploraba el género del documental, ella rechazaba la idea de veracidad en los documentales. Hizo del documental algo más personal, más íntimo, más subjetivo. Para terminar tenemos el tercer núcleo que se trata de la relación del cuerpo con la tecnología y cómo eso se manifiesta en las video-danzas. Estos se trataban de una dinámica donde la cámara era algo ajeno al cuerpo, a la par que se incorporaba a él”, detalló Murphy.

Asimismo, Aline Hernández, aseguró que lo que también se ha logrado con esta muestra es abrir la discusión sobre una artista que ha sido poco abordada en la historia del arte en México. “Intentamos romper la idea de videoartista, que la encasillaba, para pasar a la noción de Teleasta pero esto no fue algo que nosotros hicimos sino que la misma Pola Weiss construyó durante el devenir de su obra”, agregó la curadora.

Así, como una mujer-Narciso, Pola Weiss, embebida en su propia imagen desde el espejo-cámara, construyó, mitad consciente mitad inconscientemente una obra de profundas resonancias antropológicas, personales y tecnológicas. El producto de toda una vida de trabajo, excentricidades y creación queda abierto para los curiosos que deseen sumergirse en el río heracliteano de sus pensamientos o soñar la nada desde nuevas plataformas de reproducción de lo real. 

 

25.09.14

 

Jorge Luis Tercero Alvizo


@GiorgioDammit
En ocasiones simplemente Giorgio o George, es un sirviente de la palabra (online) que escribe sobre variadas cosas y temas, aunque a veces nada tiene sentido y todo se condensa en un insensato diálogo interno. En el centro....ver perfil
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