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En la palma de tu mano

por Omar Villaseñor Zayas

Comienzos de los años 30: el surgimiento del partido nazi provoca que directores alemanes como Fritz Lang emigren a los Estados Unidos, quienes proyectan, frente a un cine norteamericano permeado por la gran depresión y el surgimiento del personaje del gángster, una estética claroscura en sus niveles narrativos y estéticos visuales.

Con esta mezcla de acontecimientos surge el llamado cine negro o film noir, un cine sobre hechos delictivos donde el crimen queda en segundo plano ante un fuerte contenido expresivo que exalta la psicología de los personajes, donde lo bueno y lo malo se entremezclan y donde incluso empalizamos con los perturbados antihéroes.

En nuestro país, este género un tanto incomprendido, que en su época causó poca expectación, mezcló la estética y narrativa claroscura con los hombres mafiosos y las mujeres fatales de los bares y las calles de las urbes mexicanas. Directores como Alejandro Galindo, Julio Bracho, Juan Orol y Roberto Gavaldón lograron concebir grandes obras de ese estilo.

Particularmente Gavaldón encontró un gran secuaz en José Revueltas, y viceversa, para conseguir grandes cosas en ese bajomundo representado; el primero dirigiendo, el segundo haciendo magistrales adaptaciones y guiones cargados de inquietantes y hasta poéticos diálogos, reflejados en cintas como: La otra (1946), La diosa arrodillada (1947), La noche avanza (1951) y En la palma de tu mano (1950).

Este último título cuenta la historia del clarividente Jaime Karin (Arturo de Córdova), un vidente charlatán ayudado por su amante Clara Stein (Carmen Montejo), quien le informa las intimidades que sus clientas comentan en el salón de belleza donde ella trabaja para, después, “adivinar” el porvenir de las mismas. Cuando Karin se entera de las dudosas causas de la muerte de Vittorio Romano, el astrólogo vislumbra la oportunidad de su vida, pues detrás se encuentra la herencia que recibirán su bella viuda Ada Cisneros (Leticia Palma) y su sobrino León (Ramón Gay). Es entonces cuando el suspenso reina en una batalla mental entre la viuda y el adivino, quien no sólo pone en juego su vida, sino que también apuesta su esencia.

En un devenir de intriga, celos y conflictos morales, muy al estilo de los argumentos de Luis Spota, Gavaldón y Revueltas tienen la maestría de enmarcar, con su dirección y sus diálogos, una de las mejores cintas del género, donde también contribuye Alex Phillips y su cuidada fotografía. Sin contar con un encantador Arturo de Córdova, que ofrece una de sus mejores actuaciones, bajo el acostumbrado, pero no por ello fútil, papel del hombre conflictuado entre el ser y el desear ser.

Si bien es cierto que los diálogos y las interpretaciones carecen de naturalidad, es esta misma característica la que logra que la cinta tome un aspecto cuasiliterario, emotivo y trascendente, que retrata el lado oscuro del ser humano y la sociedad. Al final, la cinta ofrece un gran clímax, acompañado por un cierre tomentoso, donde se puede comprender que el destino está en la palma de la mano, y no precisamente hablando en temas quirománticos. 

 

24.11.14

Omar Villaseñor Zayas


Medio melómano, medio cinéfilo. defensor de lo hecho en México. Director Creativo en @ToppingCreativo. Colaborador en @FilmeMagazine, @CulturaColectiv y @Extraordinerd. Sígueme en twitter: @omarVzayas

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