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Berlinale 65. Taxi

por Cuauhtémoc Pérez-Medrano

 

Ya han pasado por lo menos cuatro años desde que el gobierno iraní le prohibió a Jafar Panahi realizar de películas. No obstante este año se presenta en la Berlinale con la película Taxi, un filme sin créditos para sortear la permisibilidad del gobierno iraní en  su proyección. Por eso el viaje en taxi que plantea la película es hechizo a modo, para poder filmar en espacios cerrados.

La prohibición ha generado en la obra de Panahi una especulación primero política y segundo fílmica. O mejor dicho fílmica y después política. O quizá ambas al mismo tiempo, ya que han obligado al espectador a combinar los niveles narrativos y los niveles mataficcionales para entender la obra de este cineasta, prueba de ello son sus anteriores Esta no es una película (2011) y Pardé (2013).

La propuesta esta vez es simple: grabar a los habitantes habituales de un taxi o los encuentros provocados en un trayecto, y de ese modo veremos cómo los personajes no permiten que olvidemos que Jafar es un cineasta que conduce un taxi, y que es él mismo que se ve obligado a buscar el cine de cualquier modo para no dejar de ser él mismo.

En el viaje nos encontramos con discusiones y situaciones que dejan claro que la sociedad iraní está muy imbricada, y que está compuesta por habitantes que del mismo modo que Panahi deben enfrentarse a las paradojas de un sistema prohibicionista. Así la corrupción, la ilegalidad en sus matices, la violencia en contra de la mujer, la educación y las herramientas de control se activan en niveles nada escandalosos en lo cotidiano.

El mayor acierto aunque no el único, pienso yo, es el dialogó de Jafar Panahi con su sobrina en el taxi, una niña de 10 años que quiere filmar su propia película y que busca no salirse de los estándares permitidos por la educación iraní. En ese sentido, se genera un recuento del elemento que estará apareciendo en el filme: la libertad de filmar la realidad sin maquillajes. Más tarde, en el mismo diálogo existe una digresión sobre  la realidad y la ficción la cual trasfigura la historia misma: ¿es un documental el que vemos, es una ficción, es simplemente una historia con elementos autobiográficos? Quizá es simplemente una crónica visual.

Una crónica de la represión política y el control cultural y de cómo un cineasta como Panahi hace leña del árbol caído, madera que arderá por años, quizá los mismos años que le faltan por cumplir la condena de abstinencia fílmica. Taxi es un documental que no luce improvisado, es una constelación de elementos textuales y figurativos que se entrelazan en el viaje en auto, aun cuando las tres cámaras utilizadas en el rodaje sean apagadas o destruidas para no dejar ni un grado de evidencia de todo lo que pudiéramos haber visto, hablado o filmado.

 

09.02.15

Cuauhtemoc Perez Medrano


Comenzó su doctorado en Suiza y lo terminó en Alemania, en la universidad de Potsdam. En el entretanto ha vivido en Suiza, Holanda, Francia, Portugal, Alemania, Italia y Malta. Ha trabajado como mesero, botarga, tablajero, conductor de tren, vendedor de créditos, plomero, jardinero, profesor de español, cocinero, b....ver perfil
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