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¿Festival Francés? ¿En Acapulco?

por Enrique Ángel González Cuevas

foto: Jazmín Bonilla

 

En la ciudad de Acapulco se habla del gran evento que este fin de semana aconteció en la ciudad: el concierto conjunto de OV7 y Kabah. Los más informados hablan del plantío de amapola que, a largos meses de la ocupación de la ciudad por fuerzas de seguridad federales, acaban de encontrar en este mismo municipio. El tema obligado de sobremesa es el abrupto cambio del clima que con una fuerte lluvia arruinó el puente vacacional de la mayoría e interrumpió la navegación en el puerto, hecho lamentable en una ciudad turística que nada más no acaba de convocar como lo hacía antes: mejor nos hubiéramos ido al Vive, se escuchó el lamento dos o tres veces entre la chilangada que mal invadió Caleta y Caletilla.

Caminando por la ciudad, uno se daba cuenta de que son muy pocas personas las que sabían que este fin de semana tuvo lugar el 12 Festival Francés en Acapulco. Es un evento elitista y privado, acusan algunos (cfr. Proceso), otros, como el gobernador  interino, Rogelio Ortega Martínez, simplemente afirman desde la palestra misma de la inauguración que hay que inyectarle cultura al estado, pero no se puede obligar a nadie a consumirla, sólo ponérsela cerca –dice–, como pretende el festival.

En honor a la verdad digamos dos cosas, las proyecciones de cine, y la exposición de Rodin y anexos que Slim le presta al puerto, son de carácter gratuito. Por otro lado, el resto de los eventos del festival sí son a puerta cerrada en donde la endógena clase bonita del puerto y los políticos se felicitan por su filantropía sin que les importe gran cosa incluir al resto de la sociedad.

La publicidad del festival es casi nula aunque por momentos uno piensa que de nada había servido hacerla mejor. Transportándonos por la ciudad un taxista nos comenta que la gendarmería nada más está de adorno. Otro nos dice que cuando ésta llegó sí comenzó a detener a los narcos pero que el gobierno le dijo que no, que ese no era negocio. Por otra parte se ve que, como en el Oaxaca de 2006 antes de la represión, la gente se debate entre el apoyo y la queja a las acciones del magisterio y los normalistas. Del Festival nada saben los, por lo demás, bien informados hombres. Pero no nos preguntan, prefieren volver a hablar de la inseguridad, de que tal vez no haya elecciones (¿se tratará de esperanza?); de cosas que “sí” ocurren en Acapulco.

Básicamente el festival trae 5 cortometrajes del FICUNAM a Acapulco, mezclados con una muy desigual selección de cortometrajes aportados por Eurochanel. Pero así son las proyecciones de cortometrajes. Uno simplemente se lamenta no haber ido al baño durante el mal corto que ve y teme ir ahora porque el que sigue puede ser “el bueno”. Todo lo proyectado es de fácil acceso en la red. En este enlace pueden ver el programa del primer día  de la selección, y ustedes ya saben cómo y dónde buscar. De este primer día vale la pena que le echen un ojo a los dos cortometrajes del FICUNAM: La música silenciada (Andrea Oliva, México, 2013) y El soldado de Odessa (Luis Felipe Labaki, Brasil, 2013).

El segundo día de proyecciones no pudo ser cubierto porque (la verdad sea dicha) el festival mandó a la prensa de regreso al DF horas antes de la proyección y esta insigne revista nada más no quiso pagarme otro camión. Pero igual todo se consigue en línea e igual les dejo el programa, sólo hace falta dar click aquí.

Aunque entre la lluvia y el desinterés del mismo Festival por promoverla me pregunto si realmente sí la hubo.

Quizá nadie en Acapulco lo sepa.

 

15.03.15

Enrique Ángel González Cuevas


@chontourette
Ciudad de México, 1986. Maestrando en Filosofía y ginecólogo paranormalista. Es entusiasta de la obra de Arthur Schopenhauer, así como cuentista y fan de la cultura zombi.
Tiene el sindrome tourette y nunca pone de acuerdo a sus ello, yo y súp....ver perfil
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