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Cannes 2015. Mountains May Depart de Jia Zhang-Ke



 

por Alice Froussard

 

El cineasta chino Jia Zhang-Ke —que ganó el premio a mejor guión en Cannes 2013— nos cuenta con Shan He Gu Ren (Mountains May Depart) la historia de varios personajes de la China de ayer, de hoy y del mañana. Desafortunadamente no nos deja con buen sabor fílmico en los labios, sino con un pretencioso intento que simplemente no funciona.



Comentemos el entramado esquemático por el que se construye el filme: 1999, 2014, 2025. El director Zhang-Ke se ha destacado por retratar los cambios sociológicos, económicos y culturales de la China contemporánea, como lo vimos con Still Life (2006) o la magníica Un toque de pecado (Tian Zhu Ding, 2013) que refleja el formidable talento del autor y la evolución de este país.

Nos ubicamos en 1999, en la provincia del Fenyang. La película abre con una de las únicas escenas que nos emocionó: una coreografía increíble de veinte sujetos que celebran el año nuevo, con la música electro-pop “Go West” de los Pet Shop Boys. La joven y linda Tao (Zhao Tao) cuyo corazón se debate entre dos hombres - Zhang Jinsheng (Zhang Yi) el empresario y disoluto ; y el modesto Liangzi (Liang Jin Dong) – por lo que tiene que elegir para asegurar su futuro promisorio. Desde luego termina eligiendo a Jinsheg mientras que ya entendimos desde el principio que era un hombre poco honesto y vicioso. Se casan, y tienen un hijo, llamado jocosa y sugestivamente, Dollar. Fin del primer capítulo. Después de una hora es que el realizador aprovecha aquí  la para colocar su nombre y el título de la película: es el efecto Mommy (Dolan,14).

 Segundo capítulo, 2014 : tenemos a Liangzi ahora miserable y enfermo, mientras Tao es una mujer sola y divorciada. En esta parte, Jia Khang-Ke multiplica las intrigas, sacrifica unos personajes que debieron mantenerse y forza las imágenes hasta niveles patéticos, con actores pálidos y sin relevancia.

Tercer capítuli, 2025 : parte que dota un poco de sentido a la película, pero sin salvarla si quiera. Se enfoca solamente en la figura de Dollar, el hijo de Tao y Jinsheng, viviendo en Australia, quien menospresia a su padre, habla solamente inglés y se engancha de su profesora de chino quien podría ser su madre. Se concluye sobre unas palabras “cliché” – un intento non fructuoso sobre reflexiones ramplonas sobre la filosofía de la libertad y la moral trás el encuentro edípico con la madre.

A lo largo del filme se incorporan escenas que no tienen nada que ver con la trama, pero que tampoco contribuyen a una atmósfera emotiva, ni plástica, al filme. ¿Tal vez hubiera sido mejor desconocer su filmografía para no sentir tal desencanto? Así Mountains May Depart, se regocija en la multiplicación de personajes sin profundizarlos, jugando con las idiomas y los formatos, alternando las elipsis, generando disaociación gratuita. En esta ocasión Jia Zhang-Ke decepciona. Mejor acordarnos de Un toque de pecado y si no la han visto, los exhorto.

 

24.05.15

Alice Froussard


@alicefrsd
Reportera y estudiante de Ciencias políticas y periodismo. CINE | Música | Arte.....ver perfil
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