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Finale de la Berlinale

por Cuauhtémoc Pérez-Medrano

 

Al parecer al final triunfó el momento político al premiar con el Oso de oro a Fuocoammare (Fuego en el mar), del documentalista italiano Gianfranco Rosi, quizá es una cierta aceptación de responsabilidades que nos sitúa en el discusión entre el voyerismo y el dicho “Ojos que no ven…”. El Oso de Plata fue para Smrt u Sarajevu (Muerte en Sarajevo), la ficción de Danis Tanović, mientras que el Premio Alfred Bauer por la apertura de nuevas perspectivas fue para la ahora ya histórica Hele Sa Hiwagang Hapis (Canción de cuna para un misterio afligido), del filipino Lav Diaz. El premio a mejor director fue otorgado a Mia Hansen-Løve por L' avenir (El porvenir), mientras que en las categorías de mejor actriz y mejor actor fueron para Trine Dyrholm por la interpretación de Anna en Kollektivet (La comuna), de Thomas Vinterberg, y para Majd Mastoura en la interpretación de Hedi en Inhebbek Hedi (Hedi), de Mohamed Ben Attia, película que ganó también el premio a la Mejor Opera Prima del certamen. Cabe resaltar que el premio fue entregado por Michel Franco, quien fue parte del jurado en esta categoría. El Oso de plata para el mejor guión fue para Tomasz Wasilewski por Zjednoczone stany miÅ‚oÅ›ci (Estados Unidos del Amor).

El sentimiento general del festival fue un dejo de medianidad en algunas secciones. No es que no haya habido trabajos entrañables, sólo que en ocasiones el factor político sobrepasaba las necesidades estéticas y narrativas. Lo más rescatable es la oportunidad de vincular al espectador con otras realidades que en ocasiones solo tienen disminuidos foros de debate.

En relación con otros premios, fue laureado, con una mención honorífica del premio Caligari, el documental Tempestad, de la directora mexicana Tatiana Huezo; asimismo el cortometraje Aurelia y Pedro, de Omar Robles y José Permar ganó otra mención honorífica en la categoría Generation Kplus, cortometraje de un cuarto de hora de duración, que muestra la relación entre Pedro y su madre Aurelia, quienes habitan en la Sierra Madre Occidental, ambos son huicholes y realizan sus tareas cotidianas, entre semi-aislamiento y un imponente orografía. A excepción de algunos diálogos en wixárika entre los personajes, y algunas entrecortadas emisiones de radio, las imágenes cuentan la historia de la marginalidad vigente de las poblaciones amerindias y la extrañeza que produce la concepción de una vida distinta a los estándares globales occidentales y occidentalizados aún en siglo XXI.

La Berlinale 66 llegó a su fin, los carteles aún permanecen en las calles, mientras que alrededor del Potsdamer Palast los trabajadores retiran todas las estructuras montadas para el evento. Esperamos que el próximo año el cine que llegue siga buscando generar debates, y que el espectador asistente se vaya acostumbrado a la idea de que el cine se construye con fantasía, pero sobre todo con la vida que a veces se busca olvidar por la fatiga de la cotidianidad.

Bienvenido sea el próximo 67. Internationalen Filmfestspiele Berlin, que se celebrará del 9 al 19 de febrero del 2017.

 

25.02.16



Cuauhtemoc Perez Medrano


Comenzó su doctorado en Suiza y lo terminó en Alemania, en la universidad de Potsdam. En el entretanto ha vivido en Suiza, Holanda, Francia, Portugal, Alemania, Italia y Malta. Ha trabajado como mesero, botarga, tablajero, conductor de tren, vendedor de créditos, plomero, jardinero, profesor de español, cocinero, b....ver perfil
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