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Estrellas solitarias y la falsa moda

por Viridiana Nárud

 

Estrellas solitarias (2015) es la vigesimoprimera ópera prima de ficción del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y cuenta con el apoyo directo de IMCINE mediante FOPROCINE. El filme, en palabras del director Fernando Urdapilleta, “es una historia sobre la amistad que debe enfrentar diversas adversidades. Se trata de personajes atípicos en la historia del cine mexicano porque no se han visto mucho en pantalla: travestis.” 

Sin embargo, existen en la historia del cine mundial que abordan la temática travesti con inteligencia y se han convertido en referentes culturales sin hacer del travestismo su fuente energética, sino a través de las pasiones humanas. Un buen ejemplo de esto es Strella, más que una mujer (2008) de Panos H Koutras, Una Eva y dos Adanes (1952) de Billy Wilder, La Chica Danesa (2015) de Tom Hooper y en México, Carmín Tropical (2014) de Rigoberto Perezcano, sólo por mencionar algunas. Quizá por ello no puede pretenderse verla con inocencia.

Así que cuando Urdapilleta trata de justificar su obra a través de personajes atípicos en un México conservador (ya que en la historia fílmica de este país son pocas las películas que abordan el tema) su premisa queda nulificada. No sólo hablo del discurso, también de la obra. Quiero entender que cuando el autor dijo que le había parecido muy cinematográfico el mundo de los travestis, se refería a la raíz de palabra cinematografía –kinema significa movimiento y gráphein es imagen– debido al dinamismo que estos escenarios atípicos pueden parecer a quienes no nos encontramos inmersos en la comunidad LGBTTI.

Cuando un guionista escribe la obra debe tener en mente desde qué punto de vista se va a abordar la historia, así como el conflicto cuando exista, por supuesto, una narrativa tradicional que pretenda narrar el inicio de una historia, el nudo, el clímax y la resolución del conflicto. En Estrellas solitarias existen cinco temas que distraen la atención del espectador.

Primero se nos muestra un problema de identidad de género. Un niño en un México rural que sueña con vestirse de mujer y festejar sus XV años. En este mismo contexto vemos cómo el padre de Juan –que más tarde será Joana– lo repudia y golpea.  También se encuentra el sacerdote que trata de exorcizarlo. Después vemos la historia de amistad entre Joana (Jorge Arriaga) y Valentina (Danna Karvelas), dos personajes que se conocieron en su infancia y que su amistad sufre una fractura debido, y este es el tercer tema, a la ambición de Valentina por el sueño ser una famosa travesti. Es necesario puntualizar que también es esquizofrénica. Los subtramas en este guion no quedan claros, existe la historia del Muñeco, un joven mafioso con un pasado tortuoso que maneja el mundo de los travestis y drogas; sueña con su madre y Paris, así como tener más dinero. También está la historia La Madona, una “pescada” (así les llaman a las mujeres sin reasignación de sexo) que quiere vengarse del muñeco.

Así que nos vemos inmersos en cinco tramas que quieren ser protagonistas y que no tienen un tema en común. Pareciera que el autor y director no supo decantar toda la información y quiso meterla en un guion con una duración de una hora treinta.

Se nos dice que no pretende retratar de manera realista el mundo de los travestis, pero quiere plasmar realidad en la elección de los personajes. Poniendo como actores a dos travestis de la vida real. Así que el discurso comienza cojear en la obra. Los diálogos que son dichos con premura y sin intención provocan una perdida en la fuerza dramática, no sólo del texto, sino de la imagen. Ver rostros incómodos por no saber cómo actuar ante determinada circunstancia frente a cámara genera molestia en el espectador. No todos son Bresson y pueden emplear a no actores dentro de su obra con maestría.

La fotografía a cargo de José Stempa luce de manera extrema. En ocasiones, pareciera que el único propósito es mostrar un plano estilizado y grandilocuente, olvidando, en caso de que haya existido, el discurso estético que se mostró en un inicio.

Las películas no sólo deben ser interesantes de manera cinematográfica, debe apelar también al hombre y la naturaleza de sus pasiones para ponerlo en un lugar incómodo. El cine es el grito de los hombres. Para que una obra traspase los límites de lo personal y encuentre eco en el otro, necesita un proceso de trabajo, saturación y reflexión. No sólo de la vida del autor, sino cómo esta vida permea la realidad y es comprendida. Lo cual exige depuración de lo que el autor pueda creer que es necesario decir, porque no es el artista quien dicta cómo debe ser la obra, sino la obra en sí misma quien dicta al artista.

“Estrellas solitarias” es una película falsa que pretende abordar una temática en boga tratando de refugiarse en el cuento de dos amigos.  Sería un discurso más honesto por parte del director si dejara atrás la moda, lo queer, y se adentrara al mundo de la realidad travesti, la cual no rechaza la imaginación.

 

15.07.16

Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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