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¡En verdad os digo! Diez filmes sobre Jesús


por Julio César Durán & Mr. FILME

 

Para la Semana Santa les dejo el siguiente listado en el que se da cuenta de diez películas imprescindibles –en opinión y gusto de su servidor– acerca de un personaje importante para el mundo occidental. Jesús de Nazaret, el Ungido, figura esencial del mundo cristiano, y para más de una religión, ostenta hoy por hoy el honroso lugar como el personaje más representado en la cinematografía mundial y se trate de alguien religioso o no, el Cristo, como ícono es reconocido por todos los cinéfilos del orbe.

 

Desde sus primeras apariciones en el cine bajo la mirada de Louis Lumière y Georges Hatot en La vie et la passion de Jésus-Christ (1898), pasando la cinta homónima que sería una de las primeras ficciones de larga duración dedicadas al mesías, dirigida por Lucien Nonguet y Ferdinand Zecca en 1903, y llegando a las súper producciones de la talla de Cecil B. DeMille (The King of Kings, 1927) o de George Stevens (La más grande historia jamás contada, 1965) donde la enormidad de la dirección de arte sumada a una verdadera pléyade de actores, reventaban la taquilla, las andanzas de Jesucristo van a ser motivo tanto de polémica como de análisis en distintos criterios, sean espirituales o inclusive antropológicos y sentimentales.

 

 

Intolerancia (Intolerance: Loves Struggle Throughout the Ages, 1916)
D. W. Griffith

Millones de dólares en presupuesto, decorados increíbles, escenografías y locaciones monumentales, cientos y cientos de extras que estaban a las órdenes del llamado padre del lenguaje cinematográfico –gracias a su conocimiento del reciente medio visual que poco a poco sistematizó–, dieron a luz a uno de los indiscutibles clásicos del cine silente que narra de manera intercalada cuatro historias. Las partes que componen el filme están unidas por el tema de la incomprensión, la intolerancia y el amor. Entre ellas destaca la pasión de Jesús de Nazaret, que de manera alternada, va creciendo y llegando a un clímax impresionante gracias al montaje y a la exquisita reproducción de la época, aunque hay que decir que es de la que menos fragmentos quedaron para la posteridad, después de la horrible mutilación que sufrió por parte de sus productores obtusos.

 

 

El Mártir del Calvario (1952)
Miguel Morayta

Quizá la primera libre adaptación de la pasión cristiana en el cine mexicano, hecha por un realizador gris, prolífico e industrioso que pasó a la historia literalmente gracias a Dios. Ésta joya que cada año reutilizan las cadenas televisivas nacionales es un collage medio absurdo de todos los evangelios, pero nos entrega a un Cristo muy trabajado íntimamente por el debutante de lujo –¡y qué manera de debutar!–, el cursilísimo Enrique Rambal, que se transformó en todo un poeta cristero que emociona hasta las lágrimas, y en el papel de Judas –el villano más deseado por los actores– el desaforado Manolo Fábregas que de sutileza no supo mínimamente nada, ya que su trabajo fue, hacer de su apóstol un horrible cuatrero westerniano que afilaba la mirada a cada instante, en alarde de sospecha. Esta es una cinta de pura risa que a todas las familias mexicanas tiene en vilo, después de la Pasión de Iztapalapa que siempre le precede.

 

 

Ben-Hur (1959)
William Wyler

La más famosa adaptación de la conocida novela escrita por Lewis Wallace, es junto al auto-remake de Cecil B. DeMille (Los Diez Mandamientos, 1956) el gran protagónico por antonomasia de un inolvidable actor cinematográfico: Charlton Heston. Una epopeya tan larga e impresionante como la novela misma, narra las desventuras y la búsqueda de venganza por parte de un vejado príncipe judío que a raíz de encuentros con el mismísimo Jesucristo –que será un extra cualquiera a quien nunca le veremos el rostro–, , encontrará la paz y la redención. Infaltable en la colección de recuerdos de cualquier cinéfilo estará la épica y violenta competencia de carros en la que el gran Judá vence por fin a su antiguo amigo/enemigo Messala.

 



Rey de Reyes (King of Kings, 1961)
Nicholas Ray

Uno de los pocos cineastas-autores –en la extensión de la palabra– que eran consentidos por la industria hollywoodense nos regala una obra entrañable pero siempre grandilocuente sobre los evangelios. Con un casting internacional un poco fuera de sí, con el entonces galán del celuloide Jeffrey Hunter al frente en el papel del mesías, será una de las películas cristianas más recordadas y aplaudidas por los cinéfilos en busca de iconos, en un momento donde la tecnología fílmica se desarrollaba para quitar la atención sobre la TV y llevar a la pantalla historias épicas en gran formato. A destacarse, está el guión y la narración hecha por el mismísimo Ray Bradbury.

 

 

El Evangelio Según San Mateo (Il vangelo seccondo Matteo, 1964)
Pier Paolo Pasolini.

El título del filme nos dice básicamente el argumento y sus fuentes. La versión del poeta, novelista y cineasta Pasolini sobre la vida de Jesús, dedicada por cierto al Papa Juan XXIII, es una de las representaciones más agresivas y audaces de la historia del cine, y al mismo tiempo, aparece ante el espectador como un fino ejercicio de montaje con una banda sonora sui generis, a la vez que cumple con los elementos de la tradición cristiana. Película de una belleza y una poética sin igual, que encumbra el carácter y los pensamientos de los protagonistas a partir de rostros, significa una visita subversiva a la personalidad del célebre profeta, encarnado por un joven economista vasco, Enrique Irazoqui, que nada tenía que ver con el cine y que cambió la manera de ver al Cristo en el séptimo arte.

 



Jesús de Nazareth (Jesus of Nazareth, 1977)
Franco Zeffirelli

Saga realizada para la televisión por el subvalorado realizador italiano a quien recordamos por la versión más célebre de Romeo y Julieta (1968), con sus poco más de 6 horas de duración total, consiste en una de las más acabadas –aunque también una de las más cursis– adaptaciones del nuevo testamento al cine. Con un reparto excepcional, poco igualado en cualquier género del celuloide, y con un guión de Anthony Burgess, el filme televisivo es una obra omniabarcante que repasa la vida entera de Jesucristo, desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección.

 


Jesucristo super estrella (Jesus Christ Superstar, 1973)
Norman Jewison

Película basada en el famosísimo musical compuesto por Andrew Lloyd Weber, que co-escribe y dirige el cineasta industrial Jewison –quien ya había mostrado sus dotes en el género con El Violinista en el Tejado (1971)–, es una Ópera Rock que entendió muy bien la cultura de masas e intenta representarla todo el tiempo a partir de una narración contemporánea y mitológica a la vez. Tiene muy bien entendida la figura de Jesús, el hippie más famoso de la historia, en la era post amor y paz, en el pleno crepúsculo de la psicodelia. Con todo el sonido del hard rock y del mejor pop sinfónico, trae consigo a un exótico Judas afroamericano, que incluso opaca al propio nazareno.

 

 

La Última Tentación de Cristo (The Last Temptation of Christ, 1988)
Martin Scorsese

Pieza cinematográfica incomprendida, una de las películas más cristianas dentro del universo fílmico religioso que, paradójicamente, fue criticada y prohibida en más de un país alrededor del globo por su particular punto de vista. La película muestra la maestría del ya maduro Scorsese y de sus convicciones espirituales que van a centrarse en las naturalezas de Jesús: la divina y la terrena. Basado en la novela de Kazantzakis, musicalizado magistralmente por Peter Gabriel, con gran técnica polemiza el dogma de la dicotomía del mesías, donde todo artificio y truco cinematográfico siempre en juego de ser evidenciado, es puesto al servicio del muy humano sufrimiento del protagonista, en manos del inigualable Williem Defoe, que años después encarnaría al mismísimo anticristo de Lars von Trier, precisamente por la carga/karma cinematográfica que lleva consigo.

 



Jesús de Montreal (Jésus de Montréal, 1989)
Denys Arcand

Ganadora del Premio del Jurado del Festival de Cannes, la película de Arcand muestra una visión muy peculiar de la pasión de Jesús, donde a través de un grupo de actores en pleno siglo XX, el director va a confrontar las ideas propias sobre los evangelios con la tradición. Como un buen happening callejero, los protagonistas desarrollan la representación de la vida de Cristo, de manera que la misma historia y los mismos personajes que ellos interpretan los van dominando, a la par de que la iglesia local intenta detener por todos los medios el mencionado acto performativo. Sin duda, una referencia visual en la pieza de Gibson.

 



La Pasión de Cristo (The Passion of the Christ, 2004)
Mel Gibson

Este filme es un punto ya imborrable del ícono cristiano en el celuloide. El actor y cineasta, otrora héroe de filmes de acción, quien mantiene en su filmografía el ojo sobre momentos históricos o míticos desde un punto de vista violento y explícito, va a realizar una de las expresiones más gore sobre el galileo y desde ahí va a narrar, con lujo de detalle –tanto en el diseño de producción, como en la fidelidad del dogma religioso y lo que él cree que es histórico-antropológico–, las últimas horas de protagonista, poniendo énfasis en los flashbacks, donde se va a mostrar, a la par de su poder divino, su muy mitificable lado humano.


Así, parece que Cristo es el personaje más célebre del cine, quien necesita iconográficamente de una maratónica representación que nunca acaba por abrazar completamente su mitológica y divina personalidad. Jesús es, en este sentido, el más veces visto y más veces reinventado por una industria que le teme de una u otra forma.

 

05.04.12

Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
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