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Carnage o ¿Sabes quién viene? o El matrimonio es el matadero


por Daniel Valdez Puertos
@ DValdezPuertos

 

 

Carnage (¿Sabes quién viene? para Mexicalandia, Un díos Salvaje en otras partes) es la última obra de este francopolaco director de culto, Román Polanski, en la que, a casi sus ochenta años, sigue siendo el mismo niño perverso al que le gusta encerrar bichos adversarios en una cajita de cristal hasta que se coman o mueran asfixiados.

 

Un casual enfrentamiento entre dos preadolescentes es el motivo para que sus respectivos padres se vean en la onerosa necesidad de darse cita para llegar a un acuerdo diplomático sobre los hechos. Un mocoso empujó a otro y éste se defendió asestándole un vengador ramazo en plena jeta, tirándole sus dos dientecitos frontales.

 

Y es así que se abre el telón para descubrir el diálogo entre dos perfiles matrimoniales de la burguesía moderna: Los padres del destentado y ahora víctima, interpretados nada más y nada menos que por Jodi Foster y Jhon C. Really, representan a la pareja pequeñoburguesa, de modos laxos e idealistas costumbres que negociarán con razonables intenciones obtener un sincero perdón por parte del agresor, mientras que los padres del verdugo, Kate Winslet y Christoph Waltz, inmejorables, serán los tecnócratas exitosos, pragmáticos y de emperifollado mainstream, que asentirán ante la petición mientras sea parte del protocolo y la buena convivencia.

 

Polanski nos sacude del confort de nuestra butaca con este angustiantemente sencillo experimento de somera complejidad y alta tensión cómica, al revelarnos que aunque la cortesía vaya por delante, el orgullo terminará imponiéndose.

La doble moral, estandarte de todas las clases y origen de nuestra exaltada civilización se compromete cuando defendemos nuestro derecho al perdón, y claro que también, nuestro derecho a la culpa.

 

Así bien, el concepto de civilización es lo que vibrará sobre la mesa de centro una vez que los personajes se descarnen en pleno ejercicio de honestidad hasta niveles vomitivos. Ambos matrimonios se destruyen y se recomponen en nuevos formas, digamos, bárbaras. La madre-verdugo con el padre-victima, los padres contra las madres, la madre-víctima contra el mundo y así fabulosamente.

 

Veamos Carnage como una dilatada discusión matrimonial llevada al cuadrado y con cada uno de los momentos de una discusión matrimonial promedio: la tensión contenida por el principio de cordialidad, la tensión desatada por el principio del orgullo, la frontalización detonada por el alcohol, la furia, la incomprensión, la compasión, la alianza y la risa, el desengaño y la terrible sensación de que al fin de cuentas nada ha valido la pena, de que el ser humano es victima de sus pasiones, su lenguaje y su ideología de clase, de que los hijos no serán el elemento redentor de sus infranqueables abismos existenciales. La institución del matrimonio es obsoleta desde que fumamos la pipa libertaria de la paz, al demandar nuestro legítimo derecho a llegar a ser personas realizadas en todos los niveles. Desde que nadie quiere ceder frente al goce del otro, con justa razón. Ahora los matrimonios irán directo al infierno, ya sea interior y/o exterior, ya sea por la propia fuerza de gravedad del encierro y/o por su extrema libertad comunicativa.

 


Nota: Hay algo que homogeniza toda la obra de Polanski: el siempre claustrofóbico ambiente psicológico o físico. Es un gran secuestrador de sus personajes, desde los comienzos de su carrera. Los individuos confinados en un espacio límite es algo que le atemoriza y excita por igual, (El cuchillo bajo el agua, Cul da Sac, Repulsión, El inquilino, El pianista, La muerte y la doncella, etc) ¿Será El Angel exterminador de Buñuel la película favorita de Polanski? Me cae que sí.

 

22.04.2012



Daniel Valdez Puertos


@Tuittiritero

Textoservidor. Lic. en Técnicas de la alusión con especialidad en Historia de lo no verídico. UNAM generación XY. Editor en Jefe y cofundador de la revista F.I.L.M.E. Fabricante de words, Times New Roman, 12 puntos. Es....ver perfil

Comentarios:
08.05.12
Miriam Matus dice:
Disfruté mucho más leer la crítica que ver la pélicula, probablemente porque se desglosa una reflexión más atrevida que la de Polanski en la pantalla. Saludos!!!
comentarios.