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Una familia de tantas

Un filme de ruptura familiar.

por Eduardo Sanchez Villagrán

Nacido un 14 de enero de 1906 en Monterrey, Nuevo León, Héctor Alejandro Galindo Amezcua se convirtió en cronista urbano de una Ciudad de México pujante, llena de oportunidades para todas las clases sociales; rodeada de personajes ā€œrealesā€ con los que el gran público se identificó, entre ellos: un boxeador, un chofer de autobús, o un vendedor de artículos domésticos. Además supo proyectar particularmente la vida nocturna activa que empezaba a desarrollarse, pero tampoco soslayó el sórdido mundo y corrupto en el que sus personajes se veían envueltos.

Alejandro Galindo, uno de los directores más prolíficos que ha dado nuestro cine, debutó en la incipiente época sonora. Pasó de ser un director más del hermético y selecto sindicato de cineastas, a uno de los más representativos de su época.

Durante los aƱos cuarenta y la mitad de los cincuenta, fue el periodo más fructífero en la longeva carrera cinematográfica de Galindo, películas como Refugiados en Madrid (1938), pasando por Virgen de media noche (1941), Campeón sin corona (1945), Esquina Bajan (1948), DoƱa Perfecta (1950), Espaldas Mojadas (1953) y Los Fernández de Peralvillo (1953) son consideradas cintas emblemáticas de un México visto con sentido crítico, apartándose de ciertos convencionalismos que la industria fílmica de aquel entonces dictaba, sin perder la visión del público para el cual estaban destinadas.

En 1949, Galindo realizó un filme, que en su exposición y reflexión, comenzó a romper ciertos esquemas de comportamiento narrativo-discursivo dentro del cine mexicano; el tema de La Familia: institución social básica donde el hombre realiza su humanización y socialización. Cuando el cineasta optó llevarla como temática a la pantalla grande con el título Una familia de tantas, el filme sufrió algunos giros al plasmarla en su totalidad, creando una nueva forma de ver los cambios que se avecinaban, especialmente al inicio de un nuevo sexenio: el alemanismo (1946-1952), acompaƱado de ā€œel milagro mexicanoā€.

El melodrama mexicano de aquella época contenía un discurso con características moralinas respecto al tratamiento del núcleo familiar, por otro lado, la figura paterna encarnaba al Estado, ente controlador de sus demás miembros para imponer el orden; por su parte la madre era un personaje sumiso y abnegado que en apariencia no tenía voz, ni voto, sin embargo, recaía en ella todo el peso del sufrimiento de los hijos y a su vez resultaba una especie de obstáculo ante cualquier intento de rebelión dentro de la comuna, ella justificaba cualquier acto autoritario e injusto de parte del benefactor masculino, con tal de seguir por el redil del ā€œbuen caminoā€.

Una familia de tantas (1948), es la historia de la familia CataƱo compuesta por el padre: Rodrigo CataƱo (Fernando Soler), la madre doƱa Gracia, los hijos Héctor, Estela, Maru, Lupita y el hijo menor. Quienes viven bajo las normas de una dictadura porfiriana, los CataƱo definen claramente sus roles sociales; el personaje central Maru (Martha Roth), próxima a cumplir quince aƱos, se dedica a los quehaceres domésticos de su hogar y sin que pueda evitarlo, recibe la visita de Roberto del Hierro (David Silva), vendedor estrella de aspiradoras de la CompaƱía Bright O`Home quien astutamente, logra dejarle a ella y a su madre, una aspiradora a prueba.

Al enterarse del ingreso de un extraƱo a su feudo, Don Rodrigo CataƱo no duda en hacerle frente para reprenderlo por su osadía, pero sorprendentemente el agente de ventas consigue venderle la máquina que no sólo quitará el desquiciante polvo que se incrusta en los muebles viejos, también removerá los apolillados pensamientos de un dictador que se niega a respirar los vientos de cambio que el reciente gobierno ofrece: ā€œla modernidadā€, los beneficios de la industrialización que están al alcance de las clases pequeƱo burguesas, pero ello también representa un ā€œpeligroā€ para el viejo don Rodrigo quien teme cualquier alteración en su ya caduco sistema represivo.

El director logra mostrar un discurso progresista de un cine que disentía en pensamiento con la sociedad, que en apariencia, aceptaba la necesidad de una serie de cambios. No obstante, las filtraciones de Roberto del Hierro al recinto ā€œinmaculadoā€ de los CataƱo, se repetirán de manera sistemática, primero con el pretexto de vender un refrigerador, y luego, tras iniciar un romance a escondidas con la quinceaƱera, quien empieza a entablar nuevas relaciones humanas, el vendedor estrella pide la mano de ésta para contraer matrimonio, lo cual genera un detonante que viene a resquebrajar los cimientos de la ā€œunidad familiarā€, ya que pretenden casarla con un primo nada agraciado.

El personaje de Maru asume la postura de confrontar a su padre Rodrigo, con un discurso retórico que incluye a la mujer en la toma de decisiones que ella y su cónyuge, determinen durante su unión matrimonial, sin embargo, recibirá el peor de los castigos y descalificaciones del progenitor energúmeno, que la condenará al abandono total, pues cuando se case, nadie de su familia la acompaƱará al altar.

El cineasta mexicano, Alejandro Galindo.

Una familia de tantas sintetiza el desencanto, la ruptura y la inevitable desintegración familiar; vemos a una hija destinada a forjar su autonomía en toda decisión, pero para conseguir esa libertad deberá cuestionar y enfrentar las ā€œcastracionesā€ sufridas desde su infancia. Maru se convierte en la heroína, un personaje activo que sencillamente busca la felicidad, muy diferente a la que conciben sus padres, influenciada no sólo por el que será su futuro marido, sino también por la incursión del milagro mexicano, un espejismo del american way of life, herencia de la cultura norteamericana que ha sido y es un estereotipo de vida muy socorrido por las clases medias en ascenso.

Han pasado más de sesenta aƱos de la realización de esta cinta que se inserta dentro de las diez mejores que el cine mexicano haya logrado. Aunque el espacio escenográfico resulte bastante anticuado, no es impedimento para denunciar un lamentable proceso de autodestrucción del núcleo familiar motivado por el patriarca; la moral, instrumento que constantemente se busca perpetuar, acaba por diluirse. Sin embargo el director no es del todo pesimista, deja abierta la posibilidad de un posible cambio a futuro.

La familia, en especial la mexicana, lleva implícita una evolución en sus formas de relación internas y externas, las modificaciones sustanciales son dolorosas, pero dan paso a nuevas estructuras y formas de convivencia, porque en pleno inicio de nuevo milenio, todavía existen muchas Marus que luchan contra la intolerancia de padres como Rodrigo CataƱo, quienes se niegan a aceptar la existencia de la diversidad entre las relaciones de padres e hijos.


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Una familia de tantas. Director: Alejandro Galindo. Argumento y adaptación: Alejandro Galindo. Edición: Carlos Savage. México, 1948.

15.01.13

Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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