siguenos
La Anna Karenina de Joe Wright

por Isabel Ocadiz

El realizador británico, Joe Wright, nos regala una vez más una película de época, género en el que ha logrado destacar con filmes como Orgullo y prejuicio (Pride and prejudice, 2005) y Expiación, deseo y pecado (Atonement, 2007). Su nueva obra es una adaptación de la novela de León Tolstói: Anna Karenina (2012). Cumbre de la novela realista, critica la aristocracia en Rusia y propone en su contenido valores sociales, universales y no solamente de la época, a través del tema de “los amantes”, una palabra maravillosa y tormentosa por todo lo que implica.

Wright se atreve a dirigir el guión adaptado por Tom Stoppard dentro de un enfoque alucinante, especializado en el diseño de arte y los símbolos ocultos que maneja la historia, los cuales en suma nos ofrecen una atrevida jugada del director londinense quien ha causado gran polémica al narrar Anna Karenina desde una visión inmoral y osada que mantiene viva la pasión de Tolstói.

La opinión generalizada, tanto de la crítica como del público, ha revelado que es la peor película de Wright. Las razones de esto tal vez se deban a la moral “inaceptable” que el filme presenta como reflejo de una situación actual. El argumento básicamente relata la trágica existencia de una mujer que, carente de afecto marital, encuentra en un hombre más joven la sexualidad y la pasión que la hace sentir diferente. La experiencia de Anna Karenina puede ser perturbadora, al elegir dejarlo todo y seguir a su amante hasta el final, arriesgando su integridad, pero sobre todo su cordura, donde el guión es la herramienta literaria que conduce a la libido de una mujer manipulada por un seductor de la nobleza, quien impone una nueva visión para Anna hasta lograr que su caprichoso amor la enloquezca.

Existe un gran trabajo bien conjugado entre la dirección y el guión. Wright compone la cinta filmando secuencias que va más allá de las expectativas de la crítica, al presentar fragmentos de la historia en un teatro de la época antigua, convirtiéndose en una metáfora acerca de la vida privada como dominio público, “las habladurías” y la paranoia.

A esto se suma el selecto equipo de trabajo del director, donde Keira Knightley aparece como protagonista (por tercera ocasión con Wright), con su singular sensualidad, una belleza de otra época. Igualmente Dario Marianelli, el gran compositor de la parte musical, dramatiza los actos sin agotarlos; es sin dua un conductor de la percepción cinematográfica hecha partitura.

La desviación de los valores sociales y la doble moral son razones por las que la obra literaria y cinematográfica podría ser rechazada. La película profundiza en los dolores del alma, tanto como en una exagerada complicidad entre los valores y la repugnancia hacia la educación, moral y “el deber ser”. La sociedad que destruye la vida de los individuos, basada en las actitudes del desprecio, ignorancia, crueldad y egoísmo, son sensaciones que la actriz Keira Knightley consigue interpretar de forma extraordinaria.

El subtexto del argumento tiene un tratamiento que implica en su desarrollo ideas de la Poética de la esoñación de Gastón Bachelard (1960), estilo que añaden Joe Wright y Tom Stoppard en la obra cinematográfica, con su simbología literaria. En la osadía de este análisis puedo decir que quizá Tolstói no consiguió, como Wright, reflejar la perturbación en su libro a través de la narrativa y sus imágenes. Así Anna Karenina es una de las más grandes creaciones del director británico por su complejidad visual.

15.03.13



Isabel Ocadiz


Directora y escritora, cómplice de la ensoñacion y la poética que generan 24 imágenes por segundo.....ver perfil
Comentarios:
comentarios.