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Quartet

Cuatro notas de amor.

La ópera prima de Dustin Hoffman, tras festivalear por Europa y Norteamérica, llega a las salas comerciales de México. Con altas y bajas, el filme promete un punto de vista sobre el final de la vida, desde el Hollywood "serio", en el formato de comedia romántica, por lo que nos cuestionamos si el septuagenario actor tendrá buen ojo detrás de la cámara.


por Eric Ortiz

Dustin Hoffman debuta como director a sus 75 años de edad con un reparto británico, que en su mayoría, también ronda la misma edad y una historia situada en una casa para músicos retirados. Cuatro Notas de Amor (Quartet, 2012) es un filme que aborda la vejez, aunque más que explorar a fondo cuestiones como enfermedades o los pensamientos de sus personajes sobre dicha etapa de la vida, se enfoca en una historia complaciente de amor y nostalgia.

En la película vemos a un residente rumbo al hospital (con problemas de salud graves) y por los diálogos de los protagonistas, entendemos lo mucho que éste odia envejecer, pero pronto todo esto pasa a segundo plano para dar entrada al conflicto principal de la cinta: el reencuentro de Reginald (Tom Courtenay) y Jean (Maggie Smith), dos músicos retirados que en algún momento de sus vidas estuvieron casados.

Se podría pensar en Cuatro Notas de Amor comparándola con Amour (Haneke, 2012) –donde los protagonistas son profesores de música también retirados–, como cintas con elementos en común pero aun así opuestas, ya que en la segunda tenemos el fin de un matrimonio.

Una de las cosas que sobresalen en primer lugar es la comedia pura que encabeza Billy Connolly, interpretando al personaje (de nombre Wilf) que odia hacerse viejo. Wilf es el típico viejito simpático que en todo momento “persigue†mujeres jóvenes, en específico a la bella doctora Lucy (Sheridan Smith). En segundo término, el aspecto que distingue la película es, obviamente, la música –vemos algunas interpretaciones y también existe dialogo sobre la conexión entre la ópera y el hip-hop, por ejemplo.

De todos modos lo musical pasa a ser parte de una estructura que sigue la fórmula de las “comedias románticas†–el plan para un pequeño concierto surge y podría ser la reunión exitosa de cuatro músicos (Reginald, Jean, Wilf y otra señora de nombre Cissy) que alguna vez compartieron la gloria, así como un gran beneficio para la casa de retiro, pero como lo pide la receta, un problema se hará presente.

Cuatro Notas de Amor carece de sorpresas y conforme va avanzando se vuelve más y más convencional, aunque tampoco se puede decir que no existen algunos momentos refrescantes. Además el objetivo principal de Hoffman nunca deja de ser algo noble y respetable –homenajear a exponentes de la música que son ya adultos mayores. En una curiosa secuencia de créditos finales vemos con fotografías el “antes y después†de dichos músicos, confirmando así el gran interés de Hoffman por inmortalizar con el cine tanto a los músicos como a su propio amor por la ópera y la música orquestal.


26.04.13

Eric Ortiz


@ElMachoBionico Movie geek. Desde El Macho Biónico hasta Fellini, pasando por Troma, Scorsese y Clint Eastwood. Estudié en la UNAM y también escribo para Twitch, Butaca Ancha y Radio Tónica.....ver perfil
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