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Muestra 55. Paraíso: esperanza

La imposibilidad del anhelo

por Amado Cabrales

 

Paraíso: esperanza (2013) es el cierre de la trilogía de Ulrich Seidl, quien al parecer, más que hablar de la idílica y ultraterrena tierra del Edén, nos narra en estos tres filmes la historia de uno de sus antiguos habitantes: Eva. En “esperanza” se narra el primer amor de Melanie una adolescente alemana en un campamento para jóvenes con sobrepeso, donde la ilusión y el ideal juegan un papel determinante.

Eva desaterrada del paraíso ha perdido el amor. Adán es una figura distante, casi mítica en las arenas del verano. La búsqueda de lo perdido (o de lo que nunca se tuvo) conlleva frustración. Así con el ideal del amor, que es una forma inaccesible en este espacio, el paraíso se perfila como tiempo, como una oportunidad en un momento en que se puede empezar de nuevo, por lo menos hasta volver a la rutina habitual.

Teresa buscaba en Kenia una forma de amor por el cual debía pagar (Paraíso: Amor), mientras Anna María expía sus culpas de puerta en puerta (Paraíso: Fe). Ahora tenemos a Melanie, hija de Teresa y sobrina de Anna, quien a sus trece años poco o nada sabe del sexo opuesto, o sólo lo que se alardea entre la gente de su edad. Las tres historias son una unidad que puede ser entendida en partes o en su conjunto, es decir: las formas del amor para la mujer contemporánea. Eva entonces se encarna en tres mujeres que exploran sus sentimientos por medio de la religión, el sexo y el primer amor.

 

De Esperanza diremos de una vez que sí, Melanie (Melanie Lenz) se enamora del médico (Joseph Lorenz) del campamento en donde se encuentra para perder peso, un hombre entrado en años, y sí, es evidente, que dado que Melanie no tiene padre, y además mantiene una cierta distancia afectiva hacia su madre (sin tomar en cuenta las múltiples llamadas que realiza una a la otra sin encontrarse en línea nunca), que el doctor responde a una figura afable y paternal que le brinda la atención que busca, pero eso no es el tema central, ni el dilema moral que ello representa (por lo menos a eso a nosotros eso no nos interesa), lo interesante es precisamente lo que contiene el título de la película: la esperanza.

¿Qué sería de esta atracción entre Melanie y el Médico, si ésta fuese consumada? Seidl con sus cortes de cámara y una intrigante escena deja en la ambigüedad dicha respuesta. La esperanza implica el anhelo, incluso su imposibilidad, el ideal del amor se mantiene intacto si este no se enfrenta al carácter de lo real. El amor de Melanie es el más meloso e idílico de la trilogía. El propio medico, enfrentado a sus impulsos y a las implicaciones de dar rienda suelta a el afecto de Melanie se retrae, la actitud coqueta se detiene. Cuando sigue a Melanie en bañador por el bosque, hasta un punto lejos de las miradas, es en ese momento que se percata de la ingenuidad del amor de Melanie, pues ella simplemente lo abraza.

¿Cómo proteges ese sentimiento? Cuando Melanie se escapa con su mejor amiga del campamento, ésta le deja sola en medio de lo que pudo terminar en una violación, pero es entonces que el dueño del lugar pone un alto y saca los dos jóvenes, al perpetrador y al aficionado al video amateur. El médico tiene el cuerpo inconsciente de Melanie en su auto, y es en ese momento que decide no permiterle verle más, peor antes, la hace suya con el sentido más arraigado a la memoria, el más etéreo y sensual, en lo que es una escena por demás interesante.  El doctor asegura el amor de Melanie cancelando la posibilidad de su existencia recíproca, dejando como primer amor sólo una ilusión.

Seidl cierra con un principio: el de la vida amorosa de Melanie. Deja abierta la esperanza de que Eva aprenda en sus constantes encarnaciones a encontrarse de cara al amor no idealizado, no mediado por las creencias o los prejuicios. El contacto humano requiere de estos requisitos para ser amor, uno mutuo y constante.

Tenemos la esperanza de que el amor sea más que un concepto.

 

25.11.13

Amado Cabrales


@Amado4
Artista plástico, cinéfilo y estudioso del cine autodidacta, amante de toda expresión libre y consiente de la fuerza de la imagen, interesado en las formas y significados que encierra el uso de la información y el ocio.....ver perfil
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