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Otro Puma para la producción nacional

por Mr. FILME

 

Creció el festival este año y, así, cambió el trato que se le ha dado a la sección mexicana desde hace tres años, en que una selección de filmes (unos de estreno, otros ya vistos en pequeños circuitos) de producción nacional llegaba a exhibirse con ciertas expectativas, sin mucha gloria. A partir de esta edición del FICUNAM, “Ahora México” será también una plataforma de competencia para los realizadores.

Manteniendo el espíritu del festival, ni los tratamientos híbridos (entre ficción y documental), ni la distinción de metraje o formato fueron condicionantes para aspirar al Puma México (tal es el nombre del premio, acompañado de un monto de 100 mil pesos), situación adversa a cualquier festival nacional, que acomoda en toda clase de subtemas toda clase de respectivos subpremios. Así, veremos 10 heteróclitos títulos en las pantallas de la fiesta universitaria del cine de vanguardia.

La pasarela mexicana incluye, entonces, a experimentados cineastas como Nicolás Pereda (que estará en boca de todos, pues estrena casi simultáneamente Matar extraños) con su ultracondensado mediometraje El Palacio, que en casi 40 minutos cuenta la lucha de clases encarnizada pero sutil de 17 mujeres que comparten la vivienda; o Michael Rowe y su esperada segunda parte (Año bisiesto, 2010, es la primera) de su proyecto de tríptico de la soledad, Manto acuífero, sobre la problemática que plantea en una niña la “civilizada” separación de sus padres; el mismo Iván Ávila Dueñas, que, de alguna manera, vuelve a su Sangre iluminada (2007) con el diálogo mental entre la ciudad y el campo que atraviesa a dos mujeres en La mañana no comienza aquí (2014); o Las búsquedas, un primer filme de José Luis Valle, quien fuera reconocido el año pasado en el mundo por su segundo trabajo en términos cronológicos, Workers.

Se presentan también nuevas apuestas, como la del artista plástico Carlos Amorales, Ámsterdam, pieza antes exhibida sólo como parte de exposiciones de arte contemporáneo, y que esta vez se expone a ser tratada dentro del cosmos de la cinematografía; Navajazo, primer largometraje de Ricardo Silva, cineasta del bajío autoexiliado en Tijuana, de donde sacó este salvaje fresco que es una especie de desbordante anti-oda a la gente que habita esa frontera (filme que también concursa en la competencia internacional); y Somos Mari Pepa, ópera prima de Samuel Isamu Kishi Leopo que desde su génesis como cortometraje, y luego en su exhibición en Guanajuato y Morelia, ha sacado algunas ámpulas entre la crítica, y que llegará al FICUNAM después de probar suerte en la 64 Berlinale, por lo que habrá que estar atentos.

Y cierran la selección tres producciones que llaman la atención por lo que pueden encerrar en su procedencia: Bruno Varela, artista dedicado a experimentos audiovisuales con su colectivo anticuerpo.org, estrena media hora de Tiempo aire, y por su puesto se espera una experiencia óptica fuera de serie; Pablo Chavarría, biólogo y cineasta con ya dos largometrajes en su haber (Terrafeni y Tapetum lucidum, ambos de 2012), presenta El resto del mundo, en su exploración continua por encontrar conexiones entre lo humano y su entorno silvestre; y el chileno Christian Diaz Pardo, quien, egresado del CCC, 12 años después de su llegada a México, levanta su primer largo, González, que versa sobre la “religión” que empodera a un grupo religioso que pastorea por televisión.

En palabras de la directora del festival, Eva Sangiorgi, la selección mexicana es una muestra perfecta del cine no convencional que se está fabricando en nuestro país. Es arriesgarlo todo, pues los discursos de estas películas no conseguirían fácilmente un espacio en la ruta normal de la exhibición comercial de los productos fílmicos. Le da gusto que haya espacio para que repita Pereda, pero también ve con buenos ojos que lleguen nuevos nombres (conocidos y no tanto), y desea que esta sección pudiera ampliarse, pues obviamente tuvieron que dejar varios títulos fuera, por lo constreñido de la programación de este año.

Por otro lado, Roger Koza, otro programador del festival, dice que el FICUNAM debe ser el refugio ideal para el cine más radical que se produce en el país: "Estamos dispuestos a dar la batalla por esas películas, a construir un discurso que las contextualice y a ponerlas a dialogar con el mejor cine internacional", comenta en entrevista, y complementa diciendo que esperaría que la mayor parte de los títulos mexicanos exhibidos en el festival llegara a su estreno coemercial "con una crítica que los acompañe: que el discurso crítico intervenga en la recepción acrítica de este cine"

 

06.02.14

Nota bene. Las películas aquí mencionadas que no van acompañadas de su fecha de estreno, se entiende que fueron exhibidas durante 2013.

Mr. FILME


@FilmeMagazine
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