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Estroberto “Tito” Villanueva, proyeccionista
por Fernanda Gachuz

“Tito” Villanueva es un proyeccionista mexicano que trabaja actualmente en Universal Pictures International México. Tiene 62 años de edad, y más de 47 en el mundo del cine.

Muy poco se habla de este trabajo en el cine. Volteamos nuestros ojos hacia el director, los actores, el fotógrafo, la casa productora, el guionista, pero pocas veces en la sala de cine volteamos nuestras caras a mirar esa pequeña ventana de donde sale la luz portadora de las imágenes que pueden o no estremecernos hasta el tuétano (lo que depende de todos los antes mencionados), donde, silencioso, cuidadosamente el proyeccionista realiza su trabajo: ser el último eslabón de la larga cadena cinematográfica, la gran labor de hacer llegar al público, de la mejor manera, un producto terminado.

Estroberto se hizo merecedor de un reconocimiento por parte de Universal Pictures México por 4 años de excelencia en su trabajo. Me acerqué a él, y esto fue lo que me contó:


¿Cómo fueron sus inicios?

Empecé en 1974 como asistente de cámaras del señor Demetrio Bilbatúa, que era el camarógrafo oficial de la presidencia, y hasta ahora sigo trabajando para él. De allí me fui enseñando varias cosas técnicas, teníamos todo el equipo necesario, entonces me fui instruyendo poco a poco, agarrando cámaras, lentes, y aprendiendo para qué cosa era todo.

¿Cómo llegó a eso?

A Bilbatúa se le enfermó su asistente cuando iba a ir a una gira con Gustavo Díaz Ordaz a Zacatecas, y me preguntó si yo podía asistirlo. Le dije que sí. Me hizo la observación de que yo no conocía los lentes, y yo le respondí que me diera una oportunidad. Me fui a esta gira y desde allí preparé todo el equipo. A partir de ese momento ya no me dejó. Seguí siendo su asistente por varios años.

¿Qué lo llevó a ser proyeccionista?

El señor Bilbatúa estaba asociado con Barrios Gómez. En ese tiempo ambos eran personajes muy reconocidos. Teníamos unas oficinas en plaza de los ferrocarriles y, como filmábamos mucho documental, teníamos proyectores sin usar allí. Entonces yo en mis tiempos libres, montaba mi proyector en una oficina y empezábamos –un promedio de 70 trabajadores, entre reporteros, camarógrafos, asistentes, y yo– a ver los documentales. Allí aprendí a proyectar y manejar todo lo que se requiere para eso.

Es difícil proyectar. No es simplemente llegar a poner el rollo, se requiere de muchos más conocimientos técnicos. Yo sé armar una película con negativo, sonido y todo lo demás implicado. También me dedicaba a grabar y a armar todo lo que iba a terminar siendo proyectado en los cines. Teníamos un noticiero: yo lo armaba y lo preparaba para 496 salas, 96 de ellas en el DF, y luego se iba distribuyendo el material al interior de la República.

En todos estos años como proyeccionista, ¿sigue disfrutando del cine?

Disfruto mucho mi trabajo, nunca me aburro porque diario te trae algo diferente. He tenido la experiencia de proyectar una misma película 47 veces y no me aburre. Y siempre tengo que estar atento a la película, desde la primera vez, para ver todos los defectos que trae, porque tengo que ver si viene botada de luces, manchada, rallada y otras imperfecciones, tengo que poner mucha atención, aunque ya en 3D, incluso en 2D, la película no se maltrata porque viene en un formato que se llama DCP, ya no se usa el rollo.

¿Cuáles eran los peligros para el proyeccionista con el rollo?

Antes la película era de nitrato y se quemaba fácilmente o se rompía, ya no es así. Ahora, si viene en rollo, me parece que el material es de polietileno, y ya no se rompe ni se quema.

¿Cuál es el peor error que un proyeccionista puede cometer?

No armar la película bien. La película viene numerada en rollos del uno al seis o del uno al siete. Es un error confundir la numeración o bloquear la continuidad, o no saber cuál es la base. Para que puedas ir armando la película bien, siempre se proyecta de cabeza. Lo que corre es la cruz de malta que tiene el proyector, lo que hace que la imagen se vea de pie. O sea que en el proyector se esta pasando de cabeza lo que en la pantalla está pasando normal. Si no te fijas al proyectar, corres el riesgo de pasar la película de cabeza. A mí me ha pasado eso una sola vez con toda la gente adentro de la sala. Prendí la luz, apagué la lámpara y el audio, y dejé corriendo el rollo. No se puede quitar en ese momento porque el rollo es muy grande. Fue en la película de Senna (Kapadia, 2010), el corredor de autos, hace poquito. Es la mayor dificultad por la que he pasado. Y es que yo aquí no tengo tiempo de revisar las películas. Tal como llegan, las monto en el plato y las proyecto. Todo sobre la marcha.

¿Cuál ha sido la mayor satisfacción haciendo su trabajo?

He conocido a muchos personajes: astronautas, presidentes, al Papa, artistas; gente en silla de ruedas y sordomudos, que me da mucho gusto atender porque veo como les están traduciendo la película.

¿Cómo proyeccionista, qué es lo que puede diferenciarlo de un espectador de cine común?

Veo que la película venga perfecta. Tengo que estar atento al sonido, que no tenga fallas. Que no brinque la imagen, que este parejita, sin claros ni oscuros. Y si viene alguna falla, reportarla, para que en el laboratorio la corrijan o se trate de arreglar. Si no se puede, siempre está el negativo para tener una nueva copia. Siempre sentimos que estamos viendo una película “original”. Nunca es así: todas son copias del master. Se hace un interpositivo para de allí trabajar.

¿Cuál es el anhelo de todo proyeccionista?

Más que anhelo, para mí es satisfactorio atender a la gente y que suban a verme, o que me digan los directores de las películas: “Es la mejor proyección que he visto, es donde mejor he visto mi película”. Que los productores y la gente en general reconozca lo que es un operador, que elogien mi trabajo, porque, como tú puedes ver, una película cae en manos de un proyeccionista, que si no te da una buena calidad de proyección, va a echar a perder la experiencia cinematográfica. Un proyeccionista tiene que hacerlo todo perfecto y dar un excelente trabajo para que la gente salga contenta.

La gente sólo llega y se sienta a ver la película. Si hay alguna falla, empiezan a chiflar. Es entonces cuando se dan cuenta de que existe el proyeccionista. De otra forma, nunca se enteran qué está pasando adentro de la cabina.


25.01.12

Praxedis Razo


Un no le aunque sin hay te voy ni otros textículos que valgan. Este hombre gato quiere escribir de cine sin parar, a sabiendas de que un día llegará a su fin... es lo que más le duele: no revisar todas las películas que querría. Y también es plomero de avanzada. Mayores informes y ofertas al 5522476333. ....ver perfil
Comentarios:
26.01.12
Zu Jimenez dice:
Me parece que la entrevista ha sido pertinente, el contenido es interesante y destaca el maravilloso trabajo que realiza Estroberto “Tito” Villanueva, día tras día. He quedado encantada.
02.02.12
Sasha dice:
Me gustó mucho la entrevista. En verdad, creo que es una excelente idea darle voz y presencia a personajes tan importantes dentro del cine (y otros ámbitos), que muchas veces por las características de su trabajo la gente no tiene ni idea de la dedicación y conocimientos que requieren. ¡Van por buen camino F.I.L.M.E.!
24.08.13
yamilet m villanueva dice:
Es un orgullo ser sobrina de un hombre como el ama su trabajo y lo hace como nadie es una persona que podria contar mil historias muy bien tio tito que bueno que se reconosca tu trabajo
comentarios.