por Fernando Guerrero Martínez
El documental dirigido por Hernán Vilchez trata sobre la problemática que enfrenta el pueblo wixárika (huichol) a partir de que el gobierno mexicano otorgara diversas concesiones mineras para explotar su territorio, principalmente el cerro de Wirikuta, considerado el ombligo del mundo, espacio donde se originó el universo y lugar de primera importancia para la peregrinación del peyote.
El filme destaca la relevancia de los espacios sagrados huicholes con base en los mismos testimonios de los pobladores. Los marakame, hombres de sabiduría, “los que saben soñar”, denotan el papel central del territorio wixárika como eje de su cultura, donde se encuentra el hikuri, el peyote, hermano-guía de la humanidad, y la profunda ritualidad que permite la continuidad del ser humano en el universo.
La película Huicholes. Los últimos guardianes del peyote (2014) articula la sabiduría ancestral wixárika con el conflicto originado por la concesión de gran parte de su territorio a mineras canadienses, en donde se entretejen los testimonios de todas las partes involucradas: las comunidades originarias, las mineras, los políticos mexicanos, los ejidatarios, diversos científicos, activistas y organizaciones no gubernamentales dan cuenta de una problemática compleja que está viva, la cual es expuesta en un lenguaje cinematográfico que logra sensibilizar al espectador, a la vez que le permite reflexionar y tomar una postura crítica basada en la información disponible, objetivo que la comunidad wixárika se planteó al pedir la realización de este material.
El origen
Huicholes. Los últimos guardianes del peyote, fue realizado a partir de una petición del pueblo wixárika para dar a conocer el grave conflicto por el que atraviesa su territorio y su cultura. La necesidad de los wixaritari por evitar que se concesione a mineras canadienses sus lugares sagrados se encontró con un equipo profesional que respaldó el deseo de todo un pueblo.
Cuando el equipo encabezado por el realizador Hernán Vilchez se encontraba pidiendo permiso ante las autoridades wixaritari para desarrollar un programa sobre su cultura para la televisión alemana, la respuesta fue que “podíamos hacer el programa para Alemania pero que teníamos que hacer este documental, entonces ahí ya nos dimos cuenta de lo que teníamos que hacer y que aparte era una buena historia”, mencionó el director.
José Luis Ramírez, marakame respetado y uno de los protagonistas del documental, declaró: “De repente salió ese problema, ahí empezó todo este trabajo y ahora ya quedó terminado, para que se reconozca a nivel nacional y a nivel internacional, que realmente lo estamos viviendo, porque es ser hijo de la tierra, y cuando se está lastimando a su madre, un hijo siempre tiene que levantarse. Por eso espero que todos se enteren y se respete nuestro trabajo y el lugar sagrado, eso es lo que queremos”.
“Creo que por eso la película es muy interesante, porque toda la construcción de esto se da del otro lado, se da en un ambiente colectivo”, afirmó José Andrés Solórzano, director de fotografía.
El reto
La película cumple una función importante al difundir parte de la cosmovisión wixárika mediante el registro de imágenes y palabras en los contextos rituales de la fiesta del peyote y la peregrinación a Wirikuta. La apertura de los sabedores tradicionales y el ingenio cinematográfico logran cautivar la esencia del desierto y el conocimiento de éste a partir de los cantos y danzas de sus pobladores.
“Yo convencía a las comunidades, a los ancianos, por eso ahora lo queremos llevar a las comunidades, para que realmente se enteren de qué se trata, para qué sirve. Porque les sirve hasta a los nietos, a los que vienen todavía en el camino, que no están en este mundo”, afirma José Luis Ramírez.
Clemente Ramírez, wixárika, expresó: “En realidad no estamos entregando totalmente lo que estamos haciendo ante la ceremonia, porque cuando uno va a grabar un video, nomás va a grabarlo, porque aunque esté viéndolo físicamente, tal vez no está sintiendo lo que nosotros estamos haciendo. Por eso es que no estamos vendiendo alguna parte nuestra, simplemente estamos mostrando para que la gente sepa, porque si nosotros nada más estamos hablando no nos van a creer. Esta es una muestra de nuestra ceremonia, nuestra cultura, entonces la estamos defendiendo, para que también apoyen a los demás grupos indígenas que también están conservando su cultura”.
“No sólo fue observación, sí hubo cierto grado de participación en esta película pues se hicieron los peregrinajes con ellos. Es decir, no somos wixárikas, pero ellos intentaron explicarnos su caminar, entonces de alguna manera algo se te queda en el espíritu”, dijo José Andrés Solórzano, fotógrafo.
Las entrevistas que se lograron realizar a las partes a favor y en contra de las mineras ponen un marco sustancial a la defensa del territorio wixárika. “No es una sola voz, es un mensaje equilibrado, entonces ya no agarras a la audiencia desprevenida. La idea es que se llegue a crear una masa crítica y de conciencia que no permita que se hagan más locuras como se están haciendo. Para eso tiene que haber credibilidad, y la única manera de que seas creíble es poner todo el abanico ahí”, mencionó Hernán Vilchez.
La intención de la película es informar, desde todas las perspectivas, la realidad del problema en el territorio wixárika. “Fomentar el derecho a la consulta, pero con contenidos y fundamentos, y ya los pueblos tienen que tomar sus decisiones. Logramos presentar testimonios serios que sean un pivote para seguir profundizando en la información, ponerla a la vista de los que pueden tomar decisiones y actuar en consecuencia de ello”, afirmó Paola Stefani, productora del documental.
Para ello, la película se ha estrenado en los mismos lugares del conflicto, para posteriormente exhibirse a lo largo del territorio nacional bajo el nombre de 5 colores de maíz, 5 funciones, done la quinta exhibición será función pública en el Monumento a la Madre de la Ciudad de México, el 24 de mayo a las 20:30 hrs.
22.05.14