por Mathilde Lajarrige
El cine independiente tiene ciertos hitos y estilos particulares de una época, de un lugar o en ocasiones, del director o directores que lo realizan. Lo anterior se puede apreciar en la Nouvelle Vague de los 60 (Marker, Godard, Truffaut), en el cine del New Hollywood de los 70 (Scorsese, Coppola, Forman) o el cine de adolescentes estadounidense de los 80 (John Hughes). Aunque con cierta diversidad de temáticas, se reconoce en estos y otros grupos y corrientes, cierta uniformidad en sus estilos.
Hoy en día con las súper producciones hollywoodenses, el cine de medio pelo o cine independiente ha ganado un merecido lugar en las salas menores, “de arte” (lo que sea que eso signifique) y festivales, llegando a más públicos de manera inmediata, creando cierto culto por sus películas. Este efecto es claramente ejemplificado en el cine de Wes Anderson.
Extravagante, perfeccionista y ¿monótono?, Wes Anderson es uno de los directores independientes más interesantes de los tiempos actuales. Con cierta tendencia que va entre lo original y el cliché, este director, a veces enmarcado por el estereotipo de lo hipster, ha perseguido desde sus primeros filmes una suerte de fórmula muy a su estilo que incide, principalmente, en los aspectos técnicos, estéticos y sobretodo argumentales.
Algunos de los elementos característicos de esta fórmula son los colores chillantes y eléctricos, los encuadres simétricos, las historias familiares, los problemas amorosos, los viajes, la música "indie" de los 60, ¡ah! y sobre todo, en un elemento crucial: Bill Murray… y en general los repartos sus películas. Ligeros toques de fantasía e irreverencia empaquetados en filmes tan estéticos que provocan en el espectador la gana de meterse en problemas y librarlos como alguno de sus personajes.
Sin embargo, vale la pena preguntar: ¿Wes Anderson hace la misma película una y otra vez, intentando alcanzar cierta perfección? ¿Con qué motivos?
Es cierto que el texano ha declarado su intención de mostrar a las familias americanas como disfuncionales debido a al divorcio de sus paderes durante su infancia; también es cierto que ese afán de crear personajes complicados que luchan por mantener cierto orden en sus vidas, refleja un carácter compulsivo que se concreta en la simetría de los encuadres.
También es cierto que su paleta de colores se mezcla ¿a la perfección? con la música creando cierta atmósfera imaginaria y vintage, quizás porque su visión del pasado es demasiado romántica, sin embrago, aquella fórmula no sólo se justifica en la catarsis de la proyección de meras experiencias personales. Pero entonces ¿por qué tanto circo, maroma y teatro?
Con todo lo anterior, Kinotecnia Cineclub ha preparado un ciclo durante enero en Foro Hilvana (Colima 379, Col. Condesa) de este extravagante director en el que a través de algunas de sus películas propondremos la búsqueda de aquéllos elementos que las vuelven identificables y a la vez preguntarnos si Anderson ha conseguido una fórmula perfecta.
6 de enero
20 horas
Tres son multitud (Rushmore)
Dir. Wes Anderson
EE.UU., 1998, 93 min.
13 de enero
20 horas
Los excéntricos Tenenbaums (The Royal Tenenbaums)
Dir. Wes Anderson
EE.UU., 2001, 110 min.
20 de enero
20 horas
La vida acuática con Steve Zissou (The Life Aquatic with Steve Zissou)
Dir. Wes Anderson
EE.UU., 2004, 119 min.
27 de enero
20 horas
Viaje a Darjeeling (Darjeeling limited)
Dir. Wes Anderson
EE.UU., 2007, 91 min.
FORO HILVANA. Colima 378 (altos), colonia Roma Norte, en contraesquina de Palacio de Hierro Durango. (Metro Sevilla).
Acceso al Foro: 19:30 horas
Inicio de la películas: 20 horas.
Cooperación sugerida por proyección: $10
Abono del ciclo: $30
04.01.15