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Ahora sí se puede hablar de cine quebequense...

Quebecine Mx 2015 se inauguró el martes 17 de marzo en la Cineteca Nacional. Jean-Sébastien Durocher, el director del evento, nos otorgó una entrevista, en la que nos explica en detalle la muestra y nos da su punto de vista sobre el estado del cine en Quebec.

 

por Alexandre Beaudoin Duquette

con la colaboración de Nathalia Guevara Jaramillo

 

F.I.L.M.E. ¿Cómo surgió la Muestra de Cine de Quebec?

Surgió de una conversación que tuve con una amiga.  Se nos ocurrió hacer un pequeño cine-club después de platicar de películas quebequenses no tan conocidas como las de Denis Côté o de Xavier Dolan. Le hablé de Michel Brault y le contaba la historia del cine quebequense. Luego, la idea se desarrolló y la propuse a los representantes de la Delegación general de Quebec en México y les pareció excelente. Cuando la Cineteca manifestó su acuerdo para que presentáramos las películas ahí, ya sabía que no sólo sería un cine-club, sino una muestra.

Vi más de treinta películas que se estrenaron en los años 2013 y 2014 y fue difícil escogerlas.  A pesar de que diez me parece una cantidad adecuada, se podrían presentar muchas otras y llegué a la conclusión que se podría repetir el evento cada año.  Por ejemplo, en lo que va del 2015, ya hay Les loups (Los lobos) de Sophie Deraspe, Autrui (El otro) de Micheline Lanctôt y Chorus de François Delisle… Estoy seguro de que las vamos a presentar en la siguiente edición.

Descubrí paso a paso lo que tenía que hacer. Fue una escuela para mí.

 

F.I.L.M.E. ¿Cuál es el mensaje que Quebec quiere ofrecer al mundo al presentar esta muestra en México?

Compartir. Cuando platicaba con mi amiga, ella me hablaba del cine mexicano.  Me decía que tenía que ver tal película y tal otra y yo hacía lo mismo. Es el placer de compartir. Después, hay una dirección: son películas políticamente y socialmente comprometidas o que plantean una propuesta narrativa nueva. Me encanta el cine y me sentiría muy mal de presentar una película que no puedo defender. Lo que quiero ver, no es necesariamente una película exitosa, sino una obra que propone una idea, una reflexión.

Esa es la razón de ser del cine, llevar la gente a comunicar. Tengo el sentimiento de que los quebequenses y los mexicanos tienen afinidades y cuando veo películas quebequenses, tengo la impresión de que pueden interpelar a los mexicanos. Compartir fue la motivación, el impulso.

 

F.I.L.M.E. ¿Cuáles son las grandes temáticas del cine quebequense actual?

Creo que hay dos vertientes principales. Por un lado, se encuentran películas como Duermes Nicole de Stéphane Lafleur y Sara prefiere correr. Es un cine íntimo, pero que abre el camino hacia lo universal y nos plantea cuestiones sobre cómo nos ubicamos en el mundo.

En la misma línea, podríamos mencionar a Hoax_Farsa de Dominic Gagnon, quien se define a sí mismo como un documentalista y archivista. Para realizarla, buscó imágenes en YouTube que están en riesgo de desaparecer y se preguntó: ¿Qué vamos a hacer con esas imágenes? ¿Tenemos que conservarlas o no? ¿Por qué la gente se pone en escena a sí misma? ¿Qué es lo que eso dice sobre nuestra sociedad? Al final, uno se queda impactado de ver cómo la gente se pone en escena.  Plantea hacer un cine a distancia y sin cámara, que explicará más a fondo en una charla que impartirá en el Centro de Capacitación Cinematográfica el 19 de marzo.

Por otro lado, películas como la de Rodrigue Jean, El amor en tiempos de la guerra civil, se plantean como un trabajo social y político.  De entrada, el título nos pone ante una propuesta radical.  La película muestra la prostitución y los junkies que viven en su propio mundo y tanto su mundo como el de al lado coexisten sin verse.  El mismo Rodrigue Jean habla de su película como un acto político.

En los años ochenta y noventa, los cineastas quebequenses trataban de hacer un cine más comercial, pero ahora, hacer cine se ha vuelto menos costoso, hay jóvenes productores, así como más mujeres cineastas y productoras en buena parte gracias al Instituto Nacional de la Imagen y del Sonido (INIS). El resultado es que, desde los años 2000 o 2005, asistimos a la emergencia de un cine se enfoca en lo social y otro que presenta una propuesta más personal, pero también que revisita el trabajo de sus pioneros.

Por ejemplo, a pesar de que La caza al Godard de Abitibi de Éric Morin sea tal vez más ligera y busque hacer algo que sea diferente de las demás películas quebequenses, todavía establece un nexo con la historia del cine, los años sesenta.

Algo similar sucede con Cuadro rojo sobre fondo negro, una película en la que la gente habla de sí misma como en el cine directo de Michel Brault. Con El amor en tiempos de la guerra civil, Rodrigue Jean hace un poco lo mismo al usar la cámara al hombro y su película es el resultado de un documental que hizo, Hommes à louer (Hombres en renta), que aborda el tema de la prostitución.

Es como si los años ochenta y noventa constituyeran un paréntesis en la historia y como si ahora estuviéramos regresando a lo que era el cine quebequense. No sé si es consciente o no, pero creo que, ahora sí, se puede hablar de un cine quebequense.

 

F.I.L.M.E. ¿Qué dicen las películas que se van a presentar en esta muestra sobre la vida social y política de Quebec?

Creo que nos dicen mucho sobre los jóvenes, una juventud que me entusiasma porque afirma que rechaza el sistema actual. En este momento, 30 mil estudiantes en Quebec acaban de declarar su rechazo a las políticas de austeridad planteadas por el gobierno encabezado por el mismo partido que se encontraba en el poder en el 2012, cuando estalló la gran huelga estudiantil. El sentir de la población va en el mismo sentido.

Un ejemplo de ello es el primer editorial de la revista Nouveau Projet (Nuevo Proyecto), en la que participaban jóvenes y artistas. A grandes rasgos, el texto declaraba: “Vamos a dejar de ser cínicos y decir que todo está mal. Vamos a construir otra cosa, un nuevo proyecto.”  Siento que un movimiento cobra forma y, a pesar de que el gobierno intenta contenerlo, tengo la esperanza de que un cambio esté sucediendo. Y creo que el cine es un poco un reflejo de ello.

Sin embargo, quizá la diferencia entre el cine quebequense de ahora y el cine de los años sesenta es la apertura. En esa época, Quebec se encontraba en lo que llamamos la “Revolución Tranquila”. En ese momento, las mujeres lucharon por liberarse y salieron de la casa para trabajar, la sociedad cambió y, luego, el fenómeno de la inmigración empezó a cobrar importancia. Los quebequenses tuvieron que cambiar y tener más apertura.  Ahora, los jóvenes viven en el mundo y eso es nuevo.

 

Programación de Quebecine Mx 2015:

http://www.muestracinequebec.com/#!catelera/c1oqh

El editorial de la revista Nouveau projet se puede encontrar en el siguiente enlace:

http://nouveauprojet.com/magazine/nouveau-projet-01

 

18.03.15

Mr. FILME


@FilmeMagazine
La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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