por Julio César Durán
En el marco de QUEBECINE pudimos ver la ópera prima de Sophie Goyyette, realizadora canadiense que ya ha participado con cortometrajes en festivales como Locarno y Rotterdam, ganándose prestigio ante la crítica y medios especializados. Charlamos con la cineasta a propósito de Mis noches harán eco (2016), rodada en México, Canadá y China.
¿Por qué viniste a hacer parte de la película a México?
Cuando escribí el guión en dos meses y medio, siempre fui una gran viajera, pero nunca había ido a México ni a China. Pero, por razones que no puedo identificar, siempre tuve esa idea de grabar escenas en México. Después de haberlo escrito durante dos meses y medio, me fui a los países a hacer scouting para buscar actores y ver si mi película realmente existía como la había escrito. Si no hubiera sido como un encuentro entre mi personalidad y los países, pues no hubiera hecho la película. Pero realmente cuando llegue a México sentí como algo muy emocionante para mí. Sentí algo que realmente me conmovía mucho, y entonces, sí sentí que la película existía. Y cuando hice esa película, yo también me puse en el papel de mis personajes ¿no? que van a otros países en búsqueda de…
Justo creo que ahí me da pie para hacer otra pregunta que yo estaba pensando a la hora de ver la película que es si la película era personal.
Todas mis películas nunca fueron como autobiográficas, pero siempre son películas que reflejan mi mundo interior. Yo soy todos los personajes, desde el niño chiquito hasta el personaje mayor. Yo sé que con esa película estoy como a contracorriente de todo lo que se hace ahora, pero necesitaba parar el tiempo, suspenderlo. Es que esa película es realmente mi respuesta a lo que está ocurriendo en el mundo desde hace dos años. Porque esos tres personajes que son de países y de cultura muy distinta, y de edades distintas, pero para mí habla de cómo la gente se conecta a través del mundo, de la interconexión entre la gente.
Uno de los tres protagónicos es la chica canadiense. ¿Es un reflejo quizá de los quebequenses, de los jóvenes quebequenses ahora, o no necesariamente?
Creo que es un reflejo de la nueva generación, pero en todo el mundo, no solo en Canadá. Pero también lo que es muy interesante es que yo nunca estudié cine, estudié ciencias de la biología, entonces como el personaje en un momento deja todo para ir hacía el cine.
¿Pensaste la película cómo si fuera un sueño?
Muchas veces me lo dicen, justamente hasta ahora, en todas mis proyecciones me dicen que la película es como un gran viaje interior. Y cómo un sueño.
¿Desde inicio la resolviste de esa manera?
Siempre lo pensé como de un lado tienes la realidad, lo cotidiano, y del otro lado tienes como el mundo de los sueños. Y a mí siempre me interesó ver como se entrecruzan esos mundos. Como dos caminos, dos autopistas que se entrecruzan.
Y es una película poco convencional, no me parece difícil, pero sí poco convencional. ¿Cómo realizas la dirección de actores? ¿Qué les dices?
Lo que me interesó después de que los tres actores habían leído el guión fue que hicieran una lista de preguntas sobre todo lo que tenían que preguntarme sobre los personajes, sobre el guión, o sea, todo lo que se preguntaban ellos. Páginas y páginas de preguntas, y yo les conteste igual con páginas y páginas de respuestas sobre su personajes y detalles de la película, Y yo pienso que cuando escribes es una comunicación de alma a alma, más que hablar.
Por supuesto nos hablamos entre las tomas, para mí era muy importante que todos los actores en la película tuvieran el mismo ritmo al hablar. Entonces lo que hice, lo que grabé en Canadá lo enseñé en México y lo que grabé en México lo enseñé en China, para seguir con esa idea. A mí me interesó mucho la conexión entre las tres partes, y yo siempre pensé como en dar un toque muy onírico a mí película, y esa es la parte que me interesó, pero no quería que lo onírico fuera idealista, trabajé mucho ese aspecto. Yo me sentí como sonámbulo.
Y el personaje va avanzando, prácticamente es el mismo personaje en tres cuerpos distintos y va creciendo, envejeciendo...
Mi desafío no fueron los personajes pero el hecho de estar en países extranjeros, que podemos decir de alguna forma, exóticos…Yo siempre quise enfocarme en lo humano, nunca quise que fuera algo de postal. Durante el casting, cuando elegí a los actores, a mí me interesó mucho que esas personas tuvieran almas, como seres humanos, muy grandes, muy profundas.
18.02.17