Produzco y actúo pornografía porque quiero devolverle al cine para adultos los cuerpos naturales, el sexo real, la verdadera química. Quiero que mi atención esté puesta en los órganos reales y en la conexión auténtica entre la gente teniendo sexo. Para mí producir porno... se trata de la aceptación del cuerpo, de todo tipo de cuerpos, encontrar a personas con sincera e intensa atracción, que estén dispuestas a compartir entre ellas y en público para provocar algo sensual y hermoso para mi cámara.
Liandra Dahl
Ver cine es pensarse, por tanto, al establecer un diálogo de aprendizaje entre la pantalla y la sociedad, la sexualidad no podría estar fuera de esta mediación. La historia de la representación del sexo en la pantalla emerge desde el origen mismo del séptimo arte, sin embargo en este ir y venir de los tiempos se ha dejado de lado la participación femenina en la forma de enfocar, producir y construir una mirada en torno a esta inacabada relación. De ahí surge la necesidad de establecer nuevos principios para el género.
La realización cinematográfica de la pornografía ha estado, desde su surgimiento, en manos de la mirada masculina. La premisa absurda que indica que la pornografía es el cine hecho para el placer y contemplación del hombre, se ve trastocada por realizadoras que se aventuran en el género con toda intención de cuestionar lo dado y replantear las preguntas en torno a las concepciones estéticas y simbólicas en las que se vierte este juego de miradas ante un sexo que se reconstruye frente a la lente. Presentan una visión distinta que pone en escena ese actuar y disfrute de la mujer ante el acto sexual, haciéndola partícipe de forma más activa como espectadora, como cineasta, como entidad sexual que da testimonio de la diversidad del goce frente a la exposición del sexo sin tapujos ni acotaciones impuestas.La pornografía femenina viene a refrescar el discurso desde una particular formulación de la práctica femenina. Transgrediendo esas formas que siempre se entregaron al público como la ruptura de la convencionalidad, vuelven a liberar la representación sexual explícita de las ataduras semánticas en las que se ha encerrado y se despoja, por fin, de la fórmula en la que el porno se estancó. La nueva postura de la lente, la postpornografía.
La sociedad mexicana mantiene ante la pornografía (como muchas otras sociedades, casi en la mayoría) una duplicidad moral. Es un producto de alto consumo a la sombra del juicio, y se da en el anonimato acalorado. Ahí bajo el colchón se arremolinan el gozo y placer de contemplar abiertamente la sexualidad, el sexo y los sexos. En el imaginario mexicano se tiende a pensar que este arte es exclusivo del hombre, con la cautela de que sólo es posible en lo privado y casualmente en público en salas de exhibición donde, dicho sea de paso, sería imposible ver a alguna mujer sentada tranquilamente en la butaca, pues no se les ha permitido ingresar a estos foros. Es oportuno replantearnos y reflexionar el contacto entre una sociedad de doble moral y el sexo con la apertura que esta necesidad requiere.
Durante los siguientes seis días (del 20 al 26 de agosto) se llevará a cabo en la ciudad de México el primer ciclo dedicado al cine pornográfico hecho por mujeres: CINE Y SEXO. LA MIRADA FEMENINA, encabezado por Marianna Palerm, directora del Colectivo Ensamble Húmedo. Esta muestra tiene como propósito central colocar en el foco de reflexión y análisis la relación del sexo en el cine desde la perspectiva del discurso femenino. Al considerar la importancia cultural que posee la pornografía, el proyecto pretende abrir caminos al diálogo entre la teoría, la práctica y los fundamentos de este producto por lo que, además de realizar la presentación de filmes de cinco cineastas enfocadas en el género, se abrirán mesas de discusión interdisciplinarias en las que se abordará el tema desde diferentes perspectivas. La sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario será la sede de las conferencias “De la pornografía a la post-pornografía” y contará con la participación de cineastas, periodistas, científicos y actores.
En la conferencia de prensa del ciclo, llevada a cabo a primera hora de este lunes, Marianna Palerm habló de la importancia social y cultural de tener este tipo de eventos en México. Hizo hincapié en los esfuerzos y problemáticas a las que se enfrentaron a los realizadores para poder llevar a las pantallas mexicanas este tipo de cine: «La doble moral de esta sociedad lo hizo doblemente complicado», señaló.
Los organizadores esperan que este proyecto rompa esquemas y forje cierto precedente para las nuevas alternativas de análisis del cine y del sexo, por lo que, entusiastas, revelan que el proyecto tiene miras a futuro: pretender abrir el próximo año el proyecto a otras miradas, no sólo la femenina.Cine y Sexo. La mirada femenina cuenta con el apoyo de la Filmoteca de la UNAM, del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), de la Cineteca Nacional, de la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión y del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG), entre otras instituciones.
Podrá disfrutarse en el Centro Cultural Universitario (Sala Julio Bracho), Centro Cultural Universitario Tlatelolco, Laboratorio de Arte Alameda y Teatro Bar El Vicio. Marianna Palerm y el Colectivo Ensamble Húmedo, con la intención de descentralizar el evento, llevarán esta muestra (del 27 de agosto al 1 de septiembre) al Cine Foro de la Universidad de Guadalajara.20.08.12