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Puma de nitrato de plata

por Mr. FILME

 

La sección de competencia internacional, el plato fuerte del festival, está cargada de 12 títulos provenientes de todo el orbe, dispuestos a que el público se enfrente a ellos. Tanto artistas emergentes, como de larga carrera presentarán sus proyectos y hacia el final del festival se espera la deliberación del jurado, conformado este año por el crítico y cineasta argentino Edgardo Cozarinsky, el productor inglés Simon Field, la historiadora y videoasta mexicana Mariana Botey, el guionista, cineasta y crítico estadounidense Kent Jones, y la realizadora mexicana Natalia López Gallardo.

El premio principal es el ya conocido Puma de plata (hecho con nitrato de plata de celuloide de viejas películas ya invisibles) y un interesante monto de dinero para la mejor película y el mejor director (que no necesariamente serán los mismos), pero también existe el premio que el público otorga: un reconocimiento de los espectadores al cine que brinda el festival.

Las películas que se presentarán en esta sección son una zambullida a la más recalcitrante vanguardia cinematográfica. Baste recordar las ganadoras del año pasado para calcular lo que se nos puede presentar en esas pantallas: Leviatán (mejor película), Avanti popolo (mejor dirección para Michael Wahrmann) y El acto de matar (premio del público). Nuevos puntos de vista, un sentido homenaje a una época dorada para la historia del cine y exponer los límites de lo documental y de lo cinéfilo, son algunos de los temas que se vivieron en esos tres títulos que acabaron siendo reconocidos.

Este año todos los títulos son producciones de 2013, con excepción del título de Côté y el de Silva (ambas de este año), la mayoría contará con la presencia de su director, y ya se pueden ir jugando las apuestas por lo que se puede intuir como una redefinición formal del cine:

Costa da Morte, de Lois Patiño

El lugar del hijo, de Manolo Nieto

Stop the Pounding Heart / Detén el corazón palpitante, de Roberto Minervini

Història de la meva mort / Historia de mi muerte, de Albert Serra

Thawra Zanj / Rebelión Zanj, de Tariq Teguia

Que ta joie demeure / Que tu alegría perdure, de Denis Côté

Chaz Zhyttya Objecta (Film Pro Nezniatyi Film) / El lapso de vida del objeto encuadrado (película de una película aún no filmada), de Aleksandr Balagura

Când se lasă seara peste BucareÅŸti au Metabolism / Cuando la noche cae sobre Bucarest o Metabolismo, de Corneliu Porumboiu

Mouton / Oveja, de Marianne Pistone y Gilles Deroo

Navajazo, de Ricardo Silva

Trois exercises d’interprétation / Tres ejercicios de interpretación, de Cristi Puiu

Nepal Forever / Nepal por siempre, de Aliona Polunina

Todas producciones que lo arriesgan todo para construir una película que hable de ellos y de nosotros a la vez, que tratan de resolver dilemas y presentar nuevos, que apuestan por la revolución del séptimo arte, en suma, y que garantizan una experiencia inédita en el espectador que les preste atención.

Le preguntamos a Roger Koza, programador del festival, qué era lo que llamaba la atención a los realizadores o productores de triunfar en el FICUNAM. Esto nos contestó él, a manera de epigrama griego:

“Hay algo siempre obsceno, en las antípodas del espíritu de todo arte, cuando el cine o las artes se miden y se definen por la idea del triunfo. Los banqueros triunfan, el empresariado, los equipos de fútbol, una campaña política. Recuerdo esa panorámica extraordinaria en Film Socialisme, de Jean Luc Godard, en el que se ve al filósofo Alain Badiou a punto de hablar sobre las ideas matemáticas de Husserl o Platón –ya no recuerdo cuál de los dos–, y el plano revela que Badiou está absolutamente solo. Nadie, literalmente, fue a la cita. Es lógico: en un transatlántico los pasajeros van a distenderse, y una conferencia de un filósofo, en ese contexto es más delirante que entablar una conversación con un recién llegado de una galaxia cercana, como Andrómeda. Lo genial es que la conferencia fue realmente anunciada. Godard debe haber intuido que nadie iba a presentarse. Lo que quiero decir es que esa soledad absoluta es el lugar por excelencia en el que se debe medir un cineasta. Quien hace cine por necesidad no está pensando en triunfar. Es otra su preocupación. Lo que sí creo es que para algunos cineastas FICUNAM es (y puede ser) un espacio en el que su soledad se atenúe. Me gusta mucho una idea de Jean-Pierre Rehm. Él sostiene que un festival de cine es un lugar en el que los cineastas y las películas están menos solos. Triunfar, en este sentido, y el único que creo legítimo para este caso, sería sentirse menos solos.”

También nos acercamos a Eva Sangiorgi, y nos contextualizó algunos títulos que se van a presentar (video) para ir calentando miradas:

 

 

 



Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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