por Daniel Aguado
Película participante en la Selección Oficial de Largometraje-Ópera prima internacional, que nos transporta a una etapa de la niñez a través de Ramasan, un pequeño musulmán de 11 años quien se encuentra inmutado ante la dificultad de tener que madurar a temprana edad.
Macondo (Sudabeh Mortezai, 2014) es un filme “naturalista” que describe la vida, hábitos y costumbres de la cultura musulmana contemporánea a través de un niño de 11 años con una situación familiar difícil, en donde su vida está en un punto crítico. El joven protagonista debe cuidar de su madre y hermanas, intentando mantener todo en orden en casa para lograr obtener la residencia propia y de su familia en Austria sin meterse en problemas.
No es tarea fácil para un niño sin padre, de quien sabe únicamente que murió en guerra pocos detalles más de su pasado. Así ocurre la idealización de un fantasma llamado padre, el cual le ha dejado poco y, más importante, no está ahí para poderlo guiar en su vida. La madre está abstraída en su cabeza, ya que el resultado de su vida es incierto y difícil para una mujer musulmana que dejó todo en Chechenia donde, gracias a costumbres y manera de vida de su país de origen, la forzaron a casarse. Ahora debe trabajar y cuidar de sus hijos por su cuenta, sin amigos ni familia a quien acudir.
Ramasan y su familia viven en un asentamiento de refugiados a las afueras de Viena. En dicha comunidad, con tan sólo 11 años de edad, el pequeño ya sería considerado con edad suficiente para adoptar el rol del “hombre de la casa”, pero en Austria continua siendo un niño.
La película empieza a intensificarse con la aparición de un personaje misterioso, un ex soldado, compañero de su padre durante la guerra, quien intenta brindarle apoyo a Ramasan y a su familia. Sin embargo se vuelve en contra del hombre al sentirlo como un intruso en su vida, por el mismo trauma de infancia, no logra darle un lugar en su cotidianidad. Es difícil para el protagonista comprender su situación y permitirse la ayuda de alguien desconocido, alguien que no logra encajar como figura paterna ni como amigo.
El filme llega a su desarrollo y clímax con un punto crítico: Ramasan toca un estado en donde el odio, enojo, incomprensión y poco control sobre su vida lo llevan a cometer actos vandálicos o delictivos, a manera de desfogue; sofocándolo por todas las circunstancias en su vida que sobrepasan su nivel de madurez para asimilar por lo que está pasando.
Macondo es una película que nos muestra, con una mirada humanista sin duda, situaciones acerca del complejo caso que tiene Austria y sus inmigrantes refugiados, mezclando la difícil situación social de la niñez de Ramasan quien, para la cultura occidental moderna, es sólo un niño que quiere jugar y divertirse.
29.07.14