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Ambulante 2015: ¿Es feliz el hombre que es alto?

 

por María Vaquero Pérez

 

Es como el Big Bang;  el primer instante es muy pequeño y luego el siguiente nano-instante, infinito, enorme. Me gustaría regresar al momento que no me gustaba.

La Ciencia del sueño, Michel Gondry (2006)

 

Michel Gondry explica muy bien, a través de uno de sus personajes en La Ciencia del sueño, lo que sentimos cuando algo que comienza siendo un detalle se convierte en una razón de peso. Esto es lo que ocurre en ¿Es feliz el hombre que es alto?: una conversación animada con Noam Chomsky (Is the Man Who Is Tall Happy?: An Animated Conversation with Noam Chomsky, 2013). Los primeros minutos de este documental de animación nos recuerdan al momento en el que una sala llena de butacas se queda a oscuras, totalmente en silencio, y es en el siguiente nano-instante, en el que se enciende un potente foco y comienza el espectáculo. Este documental es un ejemplo de in crescendo visual y narrativo.

Gondry nos acerca a la figura del importante filósofo, activista y lingüista, Noam Chomsky, a través de lo que aparenta ser una simple conversación de una hora y media de duración. Pero realmente, mediante trazos fluorescentes imperfectos, estamos conociendo la esencia de Chomsky. Esto se debe, posiblemente, al intento del director de hacer que las elaboradas sentencias del entrevistado se armen de sencillez para ser disfrutadas. Los motores que sacuden el documental son conceptos como el de “continuidad psíquica” o el de “Método Tadoma”; esto no es algo simple, este tipo de premisas no se conciben precisamente dentro de un guión del Hollywood clásico. Es aquí donde el arte naíf utilizado por Michel Gondry logra que éste supere el reto de una (supuesta) incomprensión —por parte del espectador.

La animación de estilo naíf puede ser incorrecta formalmente, y así lo es en este film, pero esa imperfección representa la sencillez que necesitan las palabras que le acompañan. El arte naíf, al igual que este documental, busca ver la realidad de una forma sincera, busca la simplicidad y la despreocupación interior. Una cámara como dibujada por un niño de 5 años proyecta la imagen real de un hombre de 70, el cual hace teoría sobre la emergencia del lenguaje. La mezcla es perfecta para que Gondry recurra a la infancia de Chomsky con preguntas como: «¿Cuál fue tu primer recuerdo?», ¿Cuándo comenzaste a desarrollar tu filosofía?», preguntas que resultan tener la misma respuesta: «cuando tenía 16 meses y no quería comer avena».

Esto demuestra que lo que aparenta ser una simple conversación, en la que se habla en términos complejos sobre lingüística y comunicación —primer instante de nuestro Big Bang cinematográfico—, se convierte en una entrevista al alma de un filósofo —siguiente nano-instante—, donde Noam Chomsky se desnuda, espiritualmente hablando, y se nos presenta bailando con cada uno de los trazos de colores que cuentan su historia.

Este filme se presenta en la gira de documentales Ambulante, para más detalles de exhibición de click aquí.

 

15..02.15

María Vaquero


La chica que soñaba en fotogramas. Colaboradora en la revista digital Sala 1 y en la revista impresa Versión Original. Mi lugar de reunión se llama Set25: http://mariavaqueroperez.wix.com/set25....ver perfil
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