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Cannes 2015. The lobster, ¿realidad o utopía?

por Mathilde Lajarrige, Alice Froussard

 

Una ola de locura inundó a la Croisette cuando concluyó la nueva película del griego Yorgos Lanthimos. Después de un primer premio obtenido con Dogtooth en la categoría Una Cierta Mirada en 2009, The lobster compite para la Palma de Oro, al lado de otros grandes del arte cinematográfico.

Surrealista y de humor chiflado, Thierry Fremaux, delegado general del Festival de Cannes, ya había precisado en la inauguración que The Lobster formaba parte de la noble categoría de las películas en las cuales "no se entiende todo". Si es cierto que desde la primera escena entramos en un ambiente psicodélico, la fluidez y los detalles de la narración nos permiten entender el universo totalitario que gobierna los hombres, a través de normas absurdas y liberticidas, un poco a la Big Brother.

En un hotel de lujo a orillas del mar se encierran los solteros y los viudos de una sociedad en la cual triunfan y dominan las parejas: tienen entonces 45 días para encontrar su alma gemela y, una vez expirado dicho plazo, tienen que transformarse en el animal de su elección. David (Colin Farrell, magnífico) desembarca en este establecimiento después de una separación dolorosa, acompañado de su perro, hermano antes de su metamorfosis, y elige para el fin de su plazo convertirse en bogavante, “porque vive mas de 100 años, es fecundo toda su vida y le gusta nadar”.

El hotel no solamente ofrece actividades para divertir sus clientes solteros -cena danzante, conferencias absurdas para promover la vida en pareja-, sino también les impone limitaciones tales como la caza de Solitarios (un grupo de oponentes-solteros del bosque) que les permite alargar sus chances de vida según el numero de cadáveres devuelto o como la prohibición de la masturbación so pena de ser castigado con manos quemadas en un tostador.

Después de haber intentado formar una pareja con un mujer sin corazón para evitar su transformación, David decidió escaparse y alcanzar al grupo de los Solitarios, liderados por una imperturbable Léa Seydoux. Allí, las reglas son diferentes pero son tan totalitarias como en el hotel: la relación amorosa es firmemente prohibida y cualquier contacto físico precede a la muerte. A pesar de los obstáculos que se imponen a la relación que David mantiene con su amante Solitaria, la pareja logra escaparse a la ciudad para vivir su amor.

Al lado de este guion de alta calidad, la música clásica contrapuntúa las escenas con magnificencia, y la tensión alcanza su punto álgido. Yorgos Lanthimos marca el tono de la Selección Oficial con su atención al detalle, a los planos simétricos y la voz en off que nos hace pensar en Wes Anderson.

¡Por fin, un toque de aire, de juegos, de códigos reinventados en esta película de buen humor y conmovedora!, una sátira mordaz de nuestra sociedad que nos presenta Lanthimos a través de este mundo totalitario en las relaciones humanas. The Lobster se sitúa a la mitad entre una futura realidad como la ya presentado por Spike Jonze en Her (2013) y el mundo distópico de Aldous Huxley.  

 

19.05.15

Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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