por César Flores Correa

La Avenida Cloverfield dispara una línea de tensión entre lo palpable, los juegos mentales y una realidad oculta tras una mentira resquebrajada por la intensa actuación, creíble, de un John Goodman que se roba la inquietud durante gran parte del aislamiento, construido a partir de miedos invasores, aquellos que ponen en tela de juicio la supervivencia de la especie humana.

Dan Trachtenberg, el realizador, revela cosas, pero es poco predecible. Resulta que todo está inmiscuido dentro de la mente del que alguna vez fuese un padre obsesivo, pedófilo o irritado por los placeres externos que ofrece la vida (John Goodman), e intentará por todos los medios materializar el momento del cual estuvo cerca alguna vez.

Sin embargo tenemos a nuestra protagonista, Mary Elizabeth Winstead, una mujer luchadora y también con un poco de suerte, con la finalidad de tener esas habilidades de Houdini para escapar de situaciones que rebasan lo concebible.

La protagonista, luchadora y sensual por donde se le vea, vive con el valor respaldado por el terror del destino indefinido, creado por una amenaza exterior a base de palabras, que ignora, aunque no está completamente segura de no saberlo.

Aquí es cuando el equilibrio de lo que parece ser una especie de familia habitando un búnker, alejados de cualquier contacto con el exterior, a sabiendas de que el mundo que ellos conocieron, quizás siga siendo el mismo, pero con turistas espaciales buscando exterminar cualquier indicio de vida humana o animal.

Las secuencias finales hacen esplendor de la agitación que se siente en La Avenida Cloverfield, delirios de grandeza que podrán agradar o no a los amantes de la vida aniquiladora que existe en otras partes del universo, al encontrarse de frente a esa fuerza extremista y espectacular que puede no ser perfecta en la ejecución final, pero que hace alusión a un futuro promisorio para la franquicia que alguna vez asaltó las calles de Nueva York, y que ahora encabeza una revolución de angustia por saber más de ese universo paralelo que, según se deja ver, todavía no explota todo su potencial, enviando un mensaje con esta buena película de suspenso.

20.04.16