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Tupamaro. Guerrillas Urbanas

por Sara Barrios

 

Martín Andrés Markovits, politólogo egresado de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, decidió filmar Tupamaro. Guerrillas Urbanas (2019) como un reflejo de su experiencia periodística de años. A una década de su realización, el documental por fin vio la luz el año pasado y ahora llega al streaming. La película nos permite darle un vistazo al problema social actual de Venezuela desde otro punto de vista, es decir, de cómo se vive la crisis social y económica desde las calles de Caracas.

El filme cuenta la historia de Alberto “Chino” Carías, ex líder del Colectivo Tupamaro, fallecido en 2017. El grupo armado Tupamaro se formó de la misma gente del pueblo, volviéndose así los controladores del barrio caraqueño “23 de enero”. Su objetivo principal, descrito por el mismo líder, es desarrollar la lucha por la liberación de los pueblos en cualquier terreno que se les plantee, siempre y cuando las condiciones concretas del pueblo así lo exijan.

Pero, ¿a qué se refieren con liberación de pueblos? El Chino advierte a viva voz que su colectivo está dispuesto a defender la tranquilidad de su comunidad a como dé lugar, entendiendo por eso que si se necesita violentar o incluso matar a alguien para salvar el bienestar común, es algo que están dispuestos a hacer. El dirigente nombra a sus tres enemigos principales: el imperio, el narcotráfico y la lucha perenne.

En Caracas existe este además de otros colectivos que mantienen el orden público, incluso más que la propia policía local. Esta es una de las razones por las que la comunidad de los barrios bajos respeta tanto al grupo: además de mantener el orden, también ayudan en los problemas que se pueden presentar. Por ejemplo, si se necesitan medicamentos o comida para alguien que esté vulnerable, los tupamaros corren a su auxilio y lo resuelven. Una especie de Robin Hood, como los mismos lugareños los describen.

Esto hizo que se ganaran el respeto de Chávez y al trabajar hombro con hombro, él pudo llegar a la victoria en las elecciones de 1998. Con el tiempo, el grupo guerrillero se convirtió también en un partido político que no prosperó por su naturaleza: al final terminaba por ser una contradicción, su lucha se fijaba contra el imperio y al ser un partido no podrían adherirse a esos ideales.

Hasta aquí podemos llegar a pensar que los guerrilleros del Tupamaro son personas admirables que luchan por el bienestar común, pero la realidad es que el documental plantea la otra cara de la moneda, donde nos preguntamos: ¿matan narcotraficantes o en realidad su lucha se basa en controlar territorios? ¿Buscan el bien común o lo que quieren es deshacerse de sus rivales?

La apariencia es contradictoria, ya que se llaman a sí mismos libertadores cuando realmente asesinan tanta gente como quieren y esas cifras nunca llegan a la corte. ¿Son sólo un esquema de la doble moral de las autoridades caraqueñas? ¿Funcionan únicamente para tener controlado al pueblo bajo el terror disfrazado de buenas intenciones?

La verdad es que en toda la historia de Chino se encuentran inconsistencias y aunque mucha gente del pueblo los adora, también está la contraparte de personas que se atreven a decir que les temen. La situación y el contexto no se definen en blanco o negro, tal vez en realidad sean matices, tal vez sean ambas versiones.

El documental fue ganador de 7 premios alrededor del mundo, entre los que podemos destacar Mejor filme extranjero por el Festival de Cine de Beverly Hills y Mejor largometraje documental en el Festival de Cine de Reino Unido. No te pierdas su estreno mundial en Amazon Prime a partir del 24 de abril del presente año, donde podrás disfrutar de sus versiones en español e inglés.

 

19.04.20

Colaboradora Sara Barrios Pérez


En constante exploración del cine y la música. Comunicóloga de la FCPyS UNAM. ....ver perfil
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