por Daniel Valdez Puertos
@ DValdezPuertos
Aturdido lector mexicano, como usted ha notado vivimos tiempos turbios en nuestro país. En medio del torbellino electoral que se avecina, donde las opiniones de unos y otros van dibujando ya una marcada división (¿remembranza de un 1988, un 2006?), una oleada de temblores ambienta el escenario. Cual si de un síntoma se tratase, la tierra se manifiesta, exige su derecho legítimo a opinar con su brutal lenguaje estertóreo. Sin duda alguna, ella también quiere que las cosas cambien. ¿Querrá acaso que los edificios del gobierno se colapsen de una vez por todas? Es probable.
Pues bien así, por estar de ocasión, hemos decidido acercarle una serie de recomendaciones preventivas en caso de que un sismo le sorprenda en el preciso e inoportuno momento en que se encuentra degustando una película. Para ello, antes que nada y después de todo, habría que hacer una serie de puntuales consideraciones: ¿dónde la está viendo?, ¿a qué genero responde?, y no menos importante -aunque no prometo agotar esta variante- ¿de qué director se trata?Por ejemplo, si usted se ubica en algún Cinémex, Cinépolis o Cinemark, o cualquier otro antro similar, no dude en salir corriendo con toda celeridad. Tenga en cuenta que se trata de trasnacionales cuya edificación se hizo con los materiales más baratos del mercado. Es muy probable que el lugar se comience a desgajar en peligrosos pedazos de tirol que lo dejarán con graves lesiones en el cráneo, la pantalla se vendrá abajo dejándolo en cautiverio, en una ominosa oscuridad sin posibilidad de escape, y lo peor de todo es que se lamentará de su fortuna por haber elegido el día equivocado y la hora equivocada para entrar a una película que con toda seguridad no valía la pena.
Ahora, en el caso de que usted estuviera instalado cómodamente en su casa, la situación se multiplica en posibles acciones que debe tomar en cuenta:Si está viendo una película de estreno (pirata, por supuesto) no tenga la delicadeza, por lo que más quiera, de ponerle pausa. Tengo los suficientes referentes de trágicas historias en las que por esa manía ilusoria que otorga el poder controlar el tiempo, se han perdido valiosas vidas de ínclitos cinéfilos. Tome en cuenta que son segundos que harán la diferencia entre la vida y la muerte. No juegue a ser Dios. Olvídese de Funny Games de Michael Haneke ¡de cualquiera de sus dos versiones dirigidas por él mismo! (97 y 07). ¡Nadie en su sano juicio hace un remake de su propia película, nadie se salva la vida por medio del control remoto!
Y bien, que si se trata de una película de antaño aquella que se dispuso ver en su hogar y comenzó a trepidar el piso y a crujir las paredes, deberá evaluar con su ágil mente los siguientes factores generales:
¿De qué año es?
¿90’s?
Estimado lector, no le puedo recomendar nada más, al parecer está temblando o es que tiemblo yo en este momento. Que el epicentro de sus temores y certezas estéticas y políticas sea para liberar esa energía anquilosada desde aquellas décadas que enlisto, que estos días turbulentos nos sacudan la cabeza para reconstruir un país en ruinas y que ya no retiemble en sus centros la tierra, porque sólo hay un centro en toda estructura geométrica euclidiana, y ese centro debiera ser el de nuestra memoria.
Textoservidor. Lic. en Técnicas de la alusión con especialidad en Historia de lo no verÃdico. UNAM generación XY. Editor en Jefe y cofundador de la revista F.I.L.M.E. Fabricante de words, Times New Roman, 12 puntos. Es....ver perfil