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Buscando a Sugar Man

Una sorpresa para los melómanos, como caja de Pandora; una lección para los cinéfilos, que creen que en materia de documentales de musiquita todo está dicho; sin duda, una gran película para todo aquel que se le acerque a observar lo que desde ahí se puede llegar a escuchar.

 

 

 

En el misterio

 

por Julio César Durán

 

 

No se trata de una película más dentro de los documentales sobre la cultura de masas, no se trata únicamente de la investigación sobre un mártir del rock, no se trata sólo de un gran compositor que parece haberse esfumado. Buscando a Sugar Man (Searching for Sugar Man, 2012) de Malik Bendjelloul es un retrato preciosista y entrañable sobre cómo las palabras de un hombre, transmitidas a través de la música, pueden provocar una serie de ideas antisistema y ser himnos de toda una generación que se busca a sí misma.

En la historia de la música popular, específicamente lo que sucede con el rock, hay algo muy similar al ímpetu de la llamada muerte heroica de la Grecia clásica. Si quisiéramos hacer un símil podríamos decir que su más cercana representación está en el rockstar: vive, coloca tu obra en la cumbre y muere joven para ser inmortal. Justo parece ocurrir parte de ello en la historia de esta película, sin embargo, a comparación de otros grandes músicos, en apariencia el protagonista que aquí nos ocupa, no llegó al Olimpo ¿esperado?

Bendjelloul, joven realizador sueco que dirige este filme de casi hora y media de duración (por el cual ganó el premio Oscar a mejor largometraje documental), nos hace recorrer la figura de un misterioso cantautor estadounidense de los años 70, con base en una serie de leyendas urbanas acerca del mismo: Sixto Rodríguez. A partir de la importancia que su música tiene en la Sudáfrica contemporánea, la película fabricará un admirable y entrañable relato que tiene como punto de origen a personas reales en lugares reales y con sentimientos reales a los que el espectador se enfrentará.

 

El documental se centra en una figura que dejó de ser una simple referencia de la música y contracultura, para jugar un papel importante –al menos su breve obra, que se compone de dos álbumes (Cold Fact, 1970 y Coming from Reality, 1971) y un tercer disco sin terminar– en los movimientos sociales y de resistencia en la Sudáfrica segregacionista. La música del artista conocido simplemente como Rodríguez se cubrió de un aura casi mística: tanto que se rumoraba había cometido suicidio en pleno escenario (casi, casi, a la bonzo), y llevó a un grupo de entusiastas a la búsqueda de este personaje, o lo que quedara de él.

 

Con varias piezas de Rodríguez, por supuesto, como banda sonora, Malik Bendjelloul realiza ésta película de la manera más sencilla, básica y sobre todo auténtica de hacer un documental: representar la realidad, refabricar y poner a reinterpretar a la gente del mundo real (es decir, no actores) su cotidianidad y, claro está, sus recuerdos.

Cual si estuvieran en el set de rodaje de una ficción, el director pone a actuar las vidas propias de los protagonistas de la historia por la búsqueda de Rodríguez; los lugares son escenarios para la historia que podría ser cualquier cosa, menos algo verosímil, ¡y aun así en verdad ocurrió! Todo lo que se observa y se relata ocurrió.

Sixto Rodríguez, el verdadero protagonista del filme, aparece en pantalla (o al menos su rastro) a partir de sus melodías, como un personaje sencillo aunque oscuro, elocuente, casi un iluminado que salió del peor basurero del continente americano, una de las poblaciones más duras y conflictivas de los Estados Unidos: Detroit. En ese lugar se gesta un personaje que acaricia la ciudad (a través de estupendos travellings), que se sumerge en la realidad para después reflejarla de una manera lúcida y poética, dando como resultado más preguntas que respuestas. Es en este momento de la película que se da pie a la descomposición y recomposición de la vida del cantautor, momento en donde la película muestra toda su fuerza potencial.

Documental con una fotografía espectacular, con un material de archivo impresionante (con todo y lo mínimo que es), y con un personaje central tan entrañable como beatificable en el mejor sentido espiritual, Buscando a Sugar Man será las delicias no sólo de los melómanos, sino de todos aquellos que gustan de los pequeños milagros en la vida común, pues es eso precisamente lo que ocurre en la vida de quienes buscaban a Rodríguez. La película da cuenta de esas pequeñas maravillas que se manifiestan en los lugares más inesperados.

 

17.04.13

 



Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
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