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Alucardos o el film-abismo
 

por Xidarto P. Legribés


Multipremiada y con razón, Alucardos (Guzmán, 2011) se estrenó casi sin quererlo en las oscuras salas casi abandonadas de la prefabricada como ruinosa Cineteca Nacional de finales de 2011, lo cual fue, por principio, una pena, porque es un peliculón y es lamentable que muy pocos lo sepan a esta altura.

Un documental que homenajea a Juan López Moctezuma, cineasta, en el mejor de los casos, excéntrico, que con apenas cinco títulos en su haber se convirtió en una leyenda para sí mismo, Alucardos da cuenta de la sensibilidad exacerbada y la pasión por filmar de López Moctezuma, toda vez que repasa los pormenores y sinsabores de su vida. Pero también es una película biográfica de Manuel Durán y Eduardo Mondragón, dos almas perdidas y encontradas por la considerada obra maestra de López Moctezuma, Alucarda, la hija de las tinieblas (1978). Y también, la película, es un performance angustiante de la leyenda de Juan López Moctezuma; un horrible storyboard de la recreación de los recuerdos de todo el conjunto de protagonistas, montado como una fotonovela a ratos y una historieta, Alucardos es un gran anfibio del cine de terror (¡también!), que captura la atención del público inmediatamente con su juego de suspenso.

En aparente caos, la película se va enredando, entreverando y desvistiendo su orden hasta mostrarse como una gran obra acabada que trasmina no sólo la historia del cine mexicano, poniendo en evidencia “el método” lopezmoctezumiano, sino que se convierte en un ensayo de la locura cinefílica, fotografiada por Arturo de la Rosa en una, quiero creer, extraña estética pobre.

El núcleo de la historia es don Juan López Moctezuma y su locura cinematográfica, sí, pero el homenaje a este hombre es de cuerpo entero, entonces lo veremos como el impulsor de Televisa España, productor del primer y desalmado Jodorowsky (Fando y Lis y (El Topo, 1968 y 1970, respectivamente), que se perdió en su propio laberinto de ficción y que con una pequeña ayuda de sus “amigos” volvió a encontrar el sentido de su vida. Lo más importante de esta sección de la película es ver a un hombre howardhughesco, que poseía una sensibilidad nada convencional, capaz de arrojar al fuego a su equipo de producción, si la toma lo ameritaba.

A partir de lo anterior, que no está en ninguna parte definida de la película, la historia acompañante es más insensata aún, si se le permite. Manuel Durán y Eduardo Mondragón son un par de hombres marginados por su propia circunstancia, a los que su cinefilia (principalmente la de Durán) conduce por caminos difíciles hasta encontrarse, cara a cara, con el objeto del deseo que los hermanó: Juan López Moctezuma. En medio del testimonio, sin sentido formal, de sus vidas aparece el nudo del desenfrenado film: ellos rescataron/secuestraron a López Moctezuma del hospital psiquiátrico, donde se encuentra catatónico, pero parece que a la espera de que lleguen sus salvadores “amigos” a darle sentido a lo que les queda de vida a todos las estrellas de esta película.

Entonces, a partir de esos dos elementos –no olvide, lector, que son presentados en un aparente revoltijo bien construido, como una fractal, pero que avanza de principio a fin como un gran culebrón de dos cabezas–, se va conformando, gracias a testimonios de vida de personajes bien cercanos a López Moctezuma, un referente equívoco e indeterminado, a la manera de Roland Barthes en sus ya (¡paradoja de paradojas!) mitológicas Mitologías (1957): el del cineasta maldito/maldecido en medio de su delirante mundo de espejos, ese sí, multívoco, que es el cine.

“Juan López Moctezuma en su laberinto”, podría haberse llamado este gran collage de recursos que es Alucardos, obra a la que sólo es posible reclamarle el espacio que dejan a la necrófila y desgastada (desgastante) opinión del difunto Monsiváis y su atrofiada idea del cine mexicano, y la minimísima inclusión de Ayala Blanco, quien, según parece, pues él sí cuenta con una bibliografía tremenda sobre el tema, hubiera delineado mayores beneficios del hombre mito que la película dice que fue don López Moctezuma.

Fuera de eso: todo es dulzura gore en lo que de pronto, y al final, se transforma en una película de terror.



Comentarios:
10.01.12
Ronin dice:
de verdad que es un buen documental, saludos
10.01.12
edurne dice:
quiero verla ,...,)yo soy fan de alucarda jajajaja pensé que nadie me comprendía pero ahora me siento mejor . saludos!
26.01.18
Manolo dice:
Hola. Acabo de leer tu crítica. Tus comentarios y tus pensamientos al respecto de la película son emotivos Expresas exquisitamente el sentimiento que te provoco la película y emociona y eso refuerza el valor de una obra y avala con creces el haber participado en ella Saludos Manolo Duran
comentarios.