por Jorge Ayala Blanco
La casa chica (Gavaldón, 1949) no es cualquier cosa: es la única película en donde Revueltas no sólo adapta o estructura para guión el argumento de algún otro autor, sino que su propio argumento llega al texto cinematográfico. Vale la pena detenerse en ello, pues en ésta Revueltas vuelca toda su idea sobre la dramaturgia, sobre la actuación en el cine y, sobre todo, su postura ante algo tan importante como es una relación amorosa triple.
Es un argumento reivindicador de la detentadora de una casa chica, el segundo frente del médico que hace Roberto Cañedo, y siempre me ha intrigado cuando leo a quienes han intentado relecturas de esa película sin comprender el meollo de la ficción, que remite por fuerza a un concepto que nadie maneja en México: la idea del amor absoluto de Carl Jung, en la que un miembro de la relación, el absoluto, vive exclusivamente para convertir en mejor ser humano al otro.
Una historia de abnegación y sacrificio para la mentalidad telenovelera, realmente era una bomba totalmente subversiva para la época, aunque en su momento se vio de la forma más banal (cfr. García Riera en su Historia documental del cine mexicano, en su primera versión, que no es la autocensurada), y sólo se destacó lo chusco de la vejez de los actores y cosas más tontas. En suma, nadie estaba capacitado para comprender el drama trascendental que estaba contenido en la historia de la asistente del médico, a la que no le interesa casarse con él pero sí mantener una relación amorosa, que vive en función de éste hasta la muerte.
La película leída desde el punto de vista junguiano es una de las obras maestras secretas del cine mexicano, avanzadísima para su año, sin contar con que es la pieza realmente autoral de Revueltas en el cine, completamente intuitiva y deslumbrante. El tema pasa como melodrama cinematográfico aunque es totalmente metafísico, y Revueltas se dio cuenta, de manera instintiva, que era muy importante para llevarlo a la pantalla como un perfecto melodrama lacrimoso mexicano pero entendido en una vertiente sublime y habría que comenzar a verlo así.
05.11.14