por Qornelio Reyna
Ya les habíamos compartido una breve reseña de lo que se presentó en el Ecofilm Festival 2015 durante los primeros días. Pasados los días 5 y 6, los últimos del festival, y previo a la premiación de los mejores cortometrajes de temática ambiental, hay ciertas reflexiones que hacer al respecto.
Durante la primera programación tuvimos el regocijo de ver trabajos como Snows of the Nile de Nathan Dappen, Lotería de Adolfo Leyva, No Jile de Carolina Dávila y Cielo Abierto de Iván Rodríguez. Pues bien, lo novedoso de estos cortometrajes era un buen augurio para el resto de la programación, la cual no fue decepcionante los días posteriormente, pero una reflexión más a fondo da cuenta de hasta qué punto un tema es tratable.
Hablar de un tema controversial como lo es el cambio climático, como muchos otros discursos, tiene sus propias reglas. Hay ciertas aristas del tema que deben tratarse con cautela, porque de no ser así, el discurso puede volverse un cliché o simplemente puede pasar inadvertido. Sí, uno de los riesgos de la mediatización de ciertos temas es que se pueden normalizar. El discurso del cambio climático corre el riesgo de estancarse.
Durante el 5 y 6 de octubre se destacó fundamentalmente el trabajo documental, como en el caso de Víctor Rejón Cruz y María Tzuc Dzib con Descomprensión, Mario Braga Miranda con Sureste Cambiante y Cooking Oil: from waste to energy de Snejina Latev.
Descomprensión es un retrato personalísimo de los pescadores de pepino de mar y otras especies en el Río Lagartos en Yucatán, quienes usan la técnica de buceo para ejercer sus labores. Estos valientes hombres pasan horas inhumanas debajo del agua, por lo que son vulnerables al fenómeno de la descomprensión, lo que les puede causar embolias, parálisis e incluso la muerte.
Con tan sólo un par de entrevistas los dos directores traen un tema, que si bien no es exactamente sobre cambio climático, ofrece una perspectiva humana de una actividad industrial (explotación de recursos), que forma parte de la situación.
También en el género documental se inscribe Sureste Cambiante de Mario Braga Miranda. Ocurre de igual manera en Yucatán, sin embargo, éste se enfoca en el desarrollo sustentable, la horticultura y la autosuficiencia, no como una protesta contra transnacionales, ni un ideal hippie, sino como una actividad originalmente humanizadora y que, bien entendida, permite a las comunidades su propia conservación al mismo tiempo que su impacto hacia el ambiente es menor, en comparación con las formas industriales de cultivo.
Finalmente, Cooking oil: from waste to energy de Snejina Latev hace un recorrido por diversos restaurantes de Oaxaca para recuperar el aceite que ya no sirva y que, por cuestiones de salubridad, no puede volver a utilizarse, para finalmente convertirlo en botellas de vidrio amigables con el ambiente. Una muestra del ingenio y de la cultura del desperdicio que tanto ha dejado rastros.
Dentro de los cortometrajes de ficción figuró Sentidos de José Vega. Un thriller apocalíptico, que cuenta la historia de un hombre que vaga en solitario y que ha perdido a su familia gracias al quiebre del mundo debido al cambio climático. Muy a pesar de rayar en lo cursi, tiene una onda muy al estilo de Soy Leyenda (Lawrence, 2008) que le va muy bien, además, una especie de final, que se nota extraño, combina con la ciencia ficción del cine zombi que culpabiliza a los virus del fin del mundo.
El gran logro de este filme no está en su mensaje (que es muy claro) sino en el recurso cinematográfico (que son los géneros) para poder justificar su postura. Dejando del lado los diálogos que, como ya se dijo, tienen un aire poético de libro de Samborns, la imagen tiene un peso mayor y más claro.
También estuvo, con más simpleza, Homeostasis de Pamela Velázquez que con una apuesta sencilla, invita a la concientización de los hábitos de consumo energético. Una mujer dispuesta a hacer yoga, sin sentir el calor del verano, utiliza todos los artilugios posibles de enfriamiento desperdiciando montones de energía. Con tal premisa y durante sólo un par de minutos es puesta a prueba la comodidad de la clase media versus un problema de urgencia.
Por otro lado el cortometraje B-Glitch de Marco Antonio Garfias, da cuenta de un futuro donde los seres humanos existen en preservación, hasta que las condiciones de vida sean de nuevo suficientes para sustentar la especie. Esta tarea es encargada a robots y computadoras, quienes después de una valoración con lo que hicimos con el plantea, deciden no despertarnos de nuestro sueño. Sencilla, con únicamente un personaje, un único escenario y una animación propia de la ciencia ficción, hace una dura crítica a nuestras acciones despreocupadas como especie.
Finalmente (y con muchos méritos) la animación titulada Cansado de esperar de Andrea Natalia Arriaga muestra a la evolución del cambio climático a través de portadas de periódicos inspeccionadas por una rata sobreviviente que se introduce en un mundo onírico y surrealista caricaturizando los desgracias humanas con una animación increíble llena de colores, texturas y movimiento que solo la tecnología digital nos puede regalar.
Así pues, luego de una vista a profundidad, destacan estos y otros cortometrajes por tratar un tema usualmente gastado que profesa el fin del mundo, la redención humana y la esperanza pero que requiere de más cosas que solo datos y consignas. Requiere, perentoriamente, perspectivas claras del problema y formas inusuales de ver a un discurso plano y lineal.
Las situaciones actuales requieren de tratamiento que orienten una opinión, que exalten las fibras más sensible de los espectadores y que a la vez sean tan informativas como propositivas porque, hay que decirlo, el problema es bien sabido, pero se mantiene como un secreto a voces y son estos realizadores, sean videastas o documentalistas o directores de ficción quienes llevan, en su ramo, la batuta de la imaginación y la conciencia, disponiendo su trabajo a favor de un cambio.
Este mérito también repercute en festivales como EcoFilm, quienes abren su espacio a propuestas honestas. Por lo pronto, habrá que estar atentos a la premiación oficial y valorar profundamente la decisión del jurado.
07.10.15