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Iñárritu, obseso de las imágenes

por Fernando Belmont

 

Director de cine, productor y guionista. Un personaje interesante y poco frecuente de encontrar. Alejandro González Iñárritu se ha convertido un referente por ser uno de los directores latinoamericanos que ha tenido una veloz escalada en la industria hollywoodense y es una figura que merece conocerse a fondo.

Nació en el seno de una familia clasemediera de la colonia Narvarte a principios de los años 60 –década de un sinfín de cambios, el rock en pleno apogeo, un movimiento de juventud sin precedentes y en plena revolución Cubana. Con todo este contexto alrededor emergió un sujeto que desde su infancia se mostró creativo, curioso, por un lado; por otro, expresivo con las cejas, que gusta de hablar fuerte, claro, y aunque tartamudea desde niño, esto no le ha impedido tener la pasión por ser aventurado.

Al conocer la historia detrás de la personalidad en la que se ha convertido, quizá uno de los puntos que llamó mi atención fue su adolescencia. Con apenas 16 años robó una joya de su madre para poder escaparse con su novia de la prepa, la idea original era irse a vender pulseritas y bisutería en una playa. Sin mucho éxito en su aventura, tuvo que volver de Acapulco a los pocos días, sin embargo tal experiencia le permitió conocer ese gusto por arrojarse y saborear diferentes paisajes. No pasó mucho tiempo antes de que decidiera emprender una aventura, que resultaron ser dos viajes. Cruzó el Atlántico en un barco a los 17 y 19 años, para trabajar y viajar por Europa y África respectivamente.

Como “milusos” a través de un par de continentes, se obligó a ver el mundo con mayor sensibilidad: las texturas y la hechura de otras realidades le dio, sin saberlo en ese momento, el toque que posteriormente le imprimiría a cada uno de sus trabajos. A su regreso y sin terminar la carrera de comunicación en la Universidad Iberoamericana (que de hecho sólo fue el primer semestre), logra entrar a W Radio como locutor y acompañado de su estilo experimental le abren las puertas en el medio, tan es así que fue director de la estación un año después.

Tras un periodo de 5 años y al frente de la estación con mayor audiencia de la época en el D.F., decidió un nuevo camino por lo audiovisual realizando comerciales para Canal Cinco: seguramente muchos de ustedes recordarán aquellos anuncios bizarros de un tipo en una televisión ahogándose, o autos viejos y de pronto uno cae encima de estos –por cierto aparecen en Amores perros (2000). Está práctica es la escuela previa a la dirección cinematográfica, una pasión que para él no podría llevarse formalmente, pues lo entendió como un vicio libre.

A sus 37 años, habiendo pasado ya por radio, publicidad y televisión, filma su mayor proyecto hasta ese entonces, con un guión de Guillermo Arriaga que llevaba en preproducción más de 3 años. Amores perros fue una opera prima que resultó ser exitosa, sin muchos precedentes en el cine mexicano. Pero ¿cuál fue la clave, el valor y las dimensiones de ese filme y de los venideras que él realizaría?

Varias lecturas se le pueden atribuir, una de ellas, sin duda, es la habilidad para orquestar a un gran equipo y exprimir lo mejor de éste. Tampoco podríamos hablar del éxito de alguna de sus películas sin hablar de su guionista estrella (Arriaga) o actores de primera línea y fotógrafos capaces de colocarnos en el punto álgido de la ficción, fundamentales para darle forma a estas historias.

En la primera década del siglo,  Arriaga y González Iñárritu coincidieron en el tema del dolor, siendo un motor en sus personajes hasta la fecha. El sitio de inflexión que es capaz de desnudar el alma y la verdadera naturaleza de cualquier sujeto. No necesariamente para ver todo en una perspectiva negra y deprimente, sino como realidades por las que cruzamos todos y que bajo dichas circunstancias emerge el temple real de una persona. Por ejemplo en Biutiful (2010), Uxmal descubre sus ganas de vivir, el amor por sus hijos y la necesidad de arreglar su vida cuando se entera que está próximo a morir, es decir, cuando no hay vuelta atrás.

En Birdman (2014), un proyecto novedoso para el cine que había estado realizando hasta entonces, lleva al límite a un actor veterano preocupado por su legado, por lo que fue y por lo que quiere ser, un personaje acompañado por un alter ego que lo atormenta y persigue, que ya no puede ver hacia atrás. Una tragedia vista desde la comedia.

Algo esencial en cada una de sus historias, es que como satélite de la historia principal ronda un aroma específico en el ambiente que permea todo el escenario. Es la sociedad que se plasma, que quizá sea uno de los puntos más importantes de la filmografía de González Iñárriu, porque además de la verosimilitud que imprime, se perciben contextos naturales, en gran medida porque no sólo usa actores profesionales ya que en reiteradas ocasiones ha buscado actores propios de las calles. En su obra se demandan problemas incómodos de corrupción, impunidad, violencia, indiferencia; un constante sentimiento de nostalgia y reproche se puede oler y ahí es en donde están inmersos sus personajes.

Amor filial, traiciones, recuerdos, arrepentimientos, en general irónicas visiones del caos es lo que Iñárritu ha mostrado en pantalla. Un director que ha escalado muchos aspectos de la cinematografía occidental de quien, el valor de lo que realiza como cineasta, se apreciará mejor al paso de los años, pero que ha demostrado una habilidad de presentarnos panoramas sin adulaciones ni ajusticiamientos cursis.

El mexicano Alejandro González Iñárritu es un cineasta relevante y audaz, propio de su época, ¿será su pasión por innovar, por tocar medularmente el dolor, por crear personajes complejos, será que sólo es carismático? Aunque en el papel suenan poco 6 películas, saber que ha filmado en 4 continentes, y en mayor cantidad de países, seguramente le permite alejarse unos pasos del cuadro para poder observarlo como algo más grande. Como sea, posee esa pequeña pero sustancial diferencia con otros profesionales: determinación. Él, podemos decir, ya ha escrito una página más en la historia del cine, así que recomiendo ver alguna de sus cintas de nuevo para juzguen por su propia cuenta.

 

06.02.15

Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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