El mundo del cine alberga gran cantidad de profesionistas: directores, guionistas, productores, actores… pero muy pocas personas han ejercido todas estas profesiones al mismo tiempo. Quizá el más conocido sea el caso de Woody Allen, quien ha dirigido 49 películas actuando en 44 y ha escrito cerca de 71 títulos, desde libros de cuentos, hasta programas de televisión.
Otros célebres cineastas son Martin Scorsese (Gangs of New York, 2002 y Hugo Cabret, 2011), Clint Eastwood (Million Dollar Baby, 2004 y Gran Torino, 2009) y recientemente, Ben Affleck (The Town, 2010 y Argo, 2012). Sin embargo el nombre de Vincent Gallo continúa siendo desconocido parala mayoría del público.
De ascendencia italiana, Vincent nació el 11 de abril de 1961 en Buffalo, New York. A temprana edad, antes de ejercer su carrera cinematográfica, Gallo decidió probar suerte en la música luego de un primer contacto con el Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band de The Beatles. Formó varias bandas con un predominante sonido oscuro en las que figuraban influencias como: King Crimson, Yes, Genesis, The Stooges y David Bowie. Quizá la más reconocida de ellas sea Gray, la cual contaba con el artista pop Jean-Michel Basquiat entre sus integrantes.
En 1978, después de la fugaz existencia de Gray, decide incursionar en la actuación haciendo performance en las calles de New York, presentaciones públicas que llegaban a alterar y perturbar a los curiosos transeúntes para provocar en ellos la reflexión sobre determinados temas sociales e individuales. Los números más reconocidos son: The One-Armed Man, The Man with No Face, Sandman, Boy Hit by a Car y Boy Cries in Restaurant Window.
Aunque anteriormente ya había dirigido, producido y actuado en algunos cortometrajes como Vincent Gallo as Jesus Christ (1979), If You Feel Froggy Jump (1980) y Gaslight LeStat (1984), el momento en que sus actuaciones cobraron mayor trascendencia cinematográfica fue en 1985, cuando le ofrecieron componer el score del largometraje The Way It Is de Eric Mitchell, además de actuar como protagonista en dicho film al lado de Steve Buscemi y Rockets Redglare.
A partir de entonces, Gallo continuó produciendo y dirigiendo algunos cortometrajes, como The Gunlover, Wedding (ambos de 1986) y Gallo 2000 (1989). Incluso actuó para algunas series de televisión y películas independientes dirigidas por Robert Kramer, Theresa Villaverde, Claire Denis, Emir Kusturcia, Victoria Leacock, Billie August, Mira Nair, Rebecca Miller, Alan Taylor, Abel Ferrara y Kiefer Sutherland, hasta 1998 cuando realiza su primer largometraje: Buffalo 66.
Buffalo 66, un drama con algunos momentos de ironía y humor negro. La historia gira en torno a Billy Brown (Vincent Gallo), un sujeto que acaba de salir de prisión por un crimen que no cometió. De inmediato busca la manera de recuperar la vida que le fue arrebatada tratando de cobrar venganza. Sin embargo, al conocer a Layla (Christina Ricci), sus planes cambian inesperadamente.
Este film resulta ser, por momentos, una mezcla de lo autobiográfico mezclado con ficción. Lo llevó a participar en el Festival de Sundance del mismo año. Es considerada su mejor película hasta el momento y una de las imprescindibles del denominado cine de culto.
Después del éxito obtenido, llegó a dirigir algunos comerciales en Japón para las compañías Parco y Toyota, en 1999 y 2000, respectivamente. Continuó realizando cortometrajes, retomó su carrera musical y en el 2001 publica su primer álbum en solitario, titulado: When, una pieza musical realmente única en su tipo.
Pero el momento del segundo largometraje llegó con The Brown Bunny (2003). Otro drama sobre un motociclista profesional atormentado por los recuerdos de su amante. Este film se estrenó mundialmente en la edición del Festival de Cannes de ese mismo año.
Es una película controvertida, llamó la atención de los medios y el público en general debido al explícito contenido sexual de la escena final entre Vincent y la actriz Chloë Sevigny. Además fue motivo de disputa de palabras entre Gallo y el crítico de cine, Roger Ebert, quien mencionó que The Brown Bunny fue la peor película de la edición 56 de Cannes.
Como dato curioso, en la década de 1980 Gallo alcanzó el nivel profesional del Gran Premio de Motociclismo, a pesar de que no ganó un campeonato nacional. Gallo es uno de los conductores de motocicletas reales en The Brown Bunny. Después de aquellos infortunios, desapareció del cine, al menos como director, pero continuó con la música al grabar en 2005 At Home, un disco en compañía de Sean Lennon.
Finalmente, en el 2010 regresó a la silla del director y al papel protagónico para la cinta, Promises Written in Water, pero por desgracia pasó desapercibida aún participando en los Festivales de Cine de Venecia y Toronto.
Volvió a filmar un par de cortos como director, Anea 17 y The Agent en 2010. Pero continuó en la actuación para películas como Essential Killing (2010), Loosies (2011), y La leyenda de Kaspar Hauser (2012). Y para este 2013 se esperan Human Trust del director japonés Junji Sakamoto, donde él actúa, y su cuarto largometraje como director: April.
Gallo es uno de esos artistas incomprendidos. Sus actuaciones van más allá de las películas que ha protagonizado, prueba de ello fue la realización de una serie de performances sobre protestas de las protestas, en las que sus interpretaciones resultan ser crudas y ofensivas. Pero que en realidad, forman parte de una construcción artística conceptual en las que reflexiona sobre temas intrínsecos al ser humano como la procreación, el ego, la agenda social, la visión individual y colectiva de la religión, la raza y la sexualidad. Todo esto lo ha llevado a que la crítica lo señale como un racista, sexista y homófobo.
Lo cierto es que el nombre de Vincent Gallo es sinónimo de prestigio dentro de la esfera artística.
Pero dicho prestigio lo ha logrado gracias a su propio esfuerzo, nunca ha necesitado de promotores o managers detrás de él para desenvolverse dentro del medio. Ha financiado sus propias películas, álbumes musicales e incluso, ha construido sus propios estudios de grabación en Los Ángeles. Además del cine, la música y el motociclismo, se ha desenvuelto en la pintura, escritura, fotografía y el modelaje. Quizá, lo único que le haga falta en sucurriculum sea presentar un proyecto como astronauta… Vincent Gallo es un artista por naturaleza.
23.07.13