por Vivi Herrera // Ipso Facto.
Hace tres años, el 23 de noviembre de 2010, Julio Medem visitó la Cineteca Nacional para proyectar su filme Lucía y el sexo (2001), estrenado casi 10 años antes. Decenas de seguidores mexicanos acudieron al lugar como si fuera la primera vez que la producción estuviera en la pantalla. ¿Qué tienen las películas de este director español que, como él mismo afirma, les llegan mucho a sus espectadores?
Basta con recordar Los amantes del Círculo Polar de 1998 (inspirada en un amor platónico de la juventud de Medem: su vecina). Oto y Ana, hermanastros de nombres palíndromos, se enamoran, disfrutan el uno del otro por un tiempo, pero su ciclo se cierra como un "círculo". Está de más decir que la historia conmueve a quien sea que la vea.
El siguiente largometraje surgió de forma diferente, en un viaje. Medem regresó a la isla de Formentera, ubicada en las costas del Mediterráneo. Como él cuenta, mientras miraba al horizonte se encontró con un faro al cual, obviamente, vio como un falo con una gran erección. A un lado, se encontraba un gran agujero. La asociación de ideas le pareció graciosa. Así nació "el sexo" y también "Lucía".
La película está dividida en dos partes, llamadas igual que su título. "Lucía" comienza con la protagonista del mismo nombre, interpretada por Paz Vega. Una noche, después de recibir una llamada en la que se le informa de la desaparición de su novio, toma sus cosas, se sube a un autobús y llega a "la isla". Ahí conoce a Elena (Najwa Nimri), quien resulta no ser tan desconocida como ella cree.
Después comienza "el sexo". Una pareja de extraños hace el amor en el mar, bajo la luz de la luna. No se volverán a ver, sin embargo, quedarán unidos por algo más fuerte que ellos. Después, Lucía le declara su amor a Lorenzo, un escritor, de quien sólo conoce las páginas. Le hace un par de peticiones: vivir juntos y que, con el tiempo y la convivencia, él se enamore de ella. "Ya está hecho", contesta él. Acto seguido, van a bailar a un club y consuman su amor hasta la mañana, unas horas más tarde en la mesa, días después con los ojos vendados… Ella siente morirse de amor.
Años después y sin haber publicado nada en ese tiempo, Lorenzo recibe de regalo de cumpleaños "la historia de su vida" (literalmente), de parte de su editor para tener algo que escribir. Llena de secretos, azares, casualidades, sueños y realidades. Será la misma por la cual el escritor se irá, sin saber si podrá regresar.
Ésta que es la quinta película del director nacido en San Sebastián, País Vasco, el 21 de octubre de 1958, fue nominada a once categorías en la XVI edición de los Premios Goya, entre ellos mejor película y director. Paz Vega se llevó el galardón como “Mejor actriz revelación” y Alberto Iglesias por “Mejor música original” gracias a su score plagado de melancólicos pero inocentes violines.
Ésta que es la quinta película del director nacido en San Sebastián, País Vasco, el 21 de octubre de 1958, fue nominada a once categorías en la XVI edición de los Premios Goya, entre ellos mejor película y director. Paz Vega por su parte, se llevó el galardón como “Mejor actriz revelación” y Alberto Iglesias por “Mejor música original” gracias a su score plagado de melancólicos pero inocentes violines.
Básicamente así es Lucía y el sexo, como el cuento de las dos ventajas. "La primera ventaja, es que cuando el cuento llega al final, no se acaba, sino que se cae por un agujero. Y el cuento reaparece a mitad de la historia; esta es la segunda ventaja, y la más grande. Que desde aquí se le puede cambiar el rumbo”.