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Lo que nos dejó Masacre en Xoco: Alucarda

 

 

Alucarda

por Amado Cabrales

 

Encaramado en la cima de las butacas, con el sonido a todo lo que da,con la sala llena de “alucardos” y no iniciados, presencié la proyección de la película de culto de Juan López Moctezuma,Alucarda, dentro del pasado festival Masacre en Xoco de la Cineteca Nacional. Esta película, así como Ángeles y Querubines y La Montaña sagrada, rinde homenaje a Rafael Cordiki quien falleció en el 2013.

Con la presencia de protagonistas de la película Alucardos: retrato de un vampiro (Ulises Guzmán, 2011) y la hija de Tina Romero,  se dio inicio a la proyección. El filme inicia con el nacimiento de Alucarda y su oscuro proceder dentro de un templo perdido en el bosque. Al llegar a la adolescencia su presencia oscura se mueve dentro del claustro en el que ha crecido, su dulzura es incipiente y algo voraz en el momento en que algo le gusta o fascina, demasiado pasional para el lugar que la resguarda.

Más tarde Justine ingresa al monasterio y se vuelve compañera de habitación de Alucarda.Las jóvenes rápidamente se vuelven buenas amigas y se despierta un cariño entre ambas, que tiende a lo sensual. Los sucesos macabros se desatan al abrir un féretro que se encuentra en el templo donde nació Alucarda.  A partir de ese momento, el diablo dirige las acciones de Justine y Alucarda con el fin de ver destruido el monasterio.

Más allá del nombre de Justine y la orfandad, poco tiene que ver la película con la obra del Marques de Sade. Es posible que la inocencia de la coprotagonista sea el detonante que lleva la situación al extremo, permitiendo liberar las fuerzas dormidas en Alucarda, aun así,  en el deseo y sadismo del marques poco tiene que ver el diablo. López Moctezuma juega entonces con la seducción vampírica y el juego de palabras que implica leer Alucarda de derecha a izquierda.

Existe un gran trabajo de escenografía en la película. Desde el monasterio en penumbras, pasando por el escenario donde se lleva acabo el exorcismo, existe una monumentalidad y un cuidadoso trabajo de ambientación. Los ropajes de las monjas que asemejan vendas ensangrentadas son un detalle interesante. Los efectos especiales son escasos pero son bien logrados a pesar de lo artificiales y simples que nos pudieran parecer hoy en día.

Mientras avanzaba la proyección, la risa no se dejó esperar entre el público. Una bofetada demasiado falsa, un audio atiborrado de gritos, donde la fe misma duele en los oídos, rompen el encanto que busca generar la película. Cada obra se debe considerar en su tiempo bajo sus necesidades y limitantes, el público debe apreciar el carácter “artesanal” de lo que se observa. Y aun así teniendo esto en mente es difícil no dejar escapar una sonrisa.

El lazo que se genera entre las primeras escenas de Justine y Alucarda es muy vago como para mantenerse coherente a lo largo de toda la película, es entendible que esto no es el punto neural de lo que sebusca con un filme como este, mas hubiese sido deseable algo mayor de humanidad. Tina Romero hace un excelente trabajo y el éxito de la película, en gran medida, se centra en su presencia en la pantalla.

La lucha entre el bien y el mal tiene como campo de batalla las almas de estas dos huérfanas, en donde su amor–pues dicho lazo bien pudiera ir más allá de tal dualidad–es usado en ambas partes o como medio para el mal, o como fin para entrar y corromper el espíritu y el cuerpo. La crítica a la figura monástica es como muchos escritos de fans y críticos muestran: evidente. Y quizá es ahí donde radica la fascinación por esta película, en el hecho de ser realizada en un país bastante “mocho” (tanto el México de 1978 comoel de ahora), donde se trate del lesbianismo, satanismo y una crítica a las figuras de la iglesia, la cual usa el miedo como medio de adoctrinamiento.

Otro factor interesante es lo que gira en torno a la película, es decir, a las anécdotas y leyendas que ha generado desde sus inicios, además dela figura mítica de su director. Gran parte de ello gracias a la película de Ulises Guzmán, en donde el mundo de Alucarda se expande a la vida misma y toma como protagonistas a López Moctezuma en un sanatorio y a dos incondicionales fans, quienes tejen de tal manera sus vidas, que Alucarda es más que un relato paralelo a sus vidas, si no la vena misma que las gesta.

La sexualidad y su control es el medio de generación de la propia sociedad, su estigmatización y freno es la virtud del ciego, mas es el principio de la seducción de igual manera. Lo sexual es el detonante de la trama en Alucarda: más allá del bien y el mal, está el uso restringido del cuerpo femenino, de su estigmatización y de la histeria como justificación de su castigo y represión.

 

08.01.14

Amado Cabrales


@Amado4
Artista plástico, cinéfilo y estudioso del cine autodidacta, amante de toda expresión libre y consiente de la fuerza de la imagen, interesado en las formas y significados que encierra el uso de la información y el ocio.....ver perfil
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