siguenos
Los herederos de la tierra enferma

 

por Amado Cabrales 

 

 

Pensemos por un momento en el siguiente escenario: tu país está hecho una mierda, política, económica y moralmente; pertenece s a un grupo de jóvenes que practica formas de organización de corte socialista ya caducas, que giran infinitamente en asambleas sin fin ni propósito, todos te consideran un pelele-inútil-bueno-para-nada, una sanguijuela o algo peor, un estudiante de humanidades. Pero no, este escenario no es tu vida, ni un documental sobre la situación en México, es sobre Ariel y como tiene que sobreponerse de la muerte de su padre, en un país quebrado y con todos los inconvenientes que trae consigo la herencia.  

The Militant/ El lugar del hijo,  segunda obra de ficción de Manuel Nieto (La Perrera, 2006), con fotografía de Arauco Hernández (La vida útil, 2010, El bella vista, 2012, Rincón de Darwin, 2013), se presenta como una odisea de tintes surreales, que después de sus peripecias en la sociedad uruguaya, se desenlaza en la incertidumbre. La fotografía a lo largo del film, se mantiene con tonos suaves, sin tomar preponderancia, en palabras del fotógrafo: “se presenta como una extensa melodía que suena a lo largo de todo el metraje”. 

Vemos la vida de Ariel en Montevideo, en medio de un debate dentro de la agenda de una asamblea estudiantil, se entera de la muerte de su padre, de ello pasamos a el Salto, en donde se entera de las terribles deudas, favores y una amante que se hace de la casa,  problemas a los cuales debe dar solución de la mano obligada del contador-benefactor-cobrador de su padre. Todo ello en medio de la crisis económica de Uruguay, ocurrida en el 2002, la cual acarrea consigo huelgas y toma de universidades, el ambiente es difícil y hostil hacia donde se mire. El director crea un paralelismo entre ambos acontecimientos, hecho que es bastante claro, dando como resultado un doble sentido a la tragedia del protagonista. Ariel irá recorriendo lugares y aspectos de la sociedad uruguaya, que de una u otra manera están en duelo también.  

El film avanza y sin darnos cuenta hemos entrado en el agujero del conejo. Uruguay permanece, aparentemente, con el mismo aspecto, pero algo peculiar sucede y vemos que las lógicas de representación han sido llevadas a su extremo, llevando sus ideales y acciones al absurdo. El escenario de la crisis ha aumentado las diferencias sociales, los sindicatos de frigorífico están en huelga de hambre, su lucha famélica es asistida por su líder sindical gordo y rebosante.

Vemos a los comerciantes regalando fruta podrida a los estudiantes, mientras ellos se amotinan en la universidad, se encuentran divididos internamente y para lo único que se organizan es para dar una fiesta. Su hedonismo choca con sus pretensiones políticas, su placer es impostergable; la ganadería y el campo son los sectores mas abandonados en la crisis, el rencor se huele se expresa en la mirada de los trabajadores, pero señalar culpables inmediatos no soluciona nada.

Ariel es un idealista. Está, a cierto grado, consciente del absurdo generalizado, pero está más preocupado en sobrevivir que en entender sus propias circunstancias. Vaga por el Salto, microcosmos del clima de desasosiego generalizado del país, ciudad fronteriza que ha sufrido el mismo destino que su hermana Concordia, del otro lado del río. 

Felipe Diestel, excompañero de la facultad de Nieto, interpreta a "Ariel". Felipe no es actor, probablemente se interprete a sí mismo y su dificultad para incluso encender un cigarrillo no sea fingida, además sufre de una deficiencia motriz lo que le dificulta hablar. Queda preguntarnos si su selección como protagonista, es también una analogía sobre la posición de la juventud en un país decaído o, por otro lado, un elemento un tanto efectista que busca generar en el público una empatía el personaje. 

El lugar del padre es el lugar del hijo. Somos los hijos del postcolonialismo, hemos heredado la tierra y con ella su enfermedad, hemos heredado los conflictos y su formas ambiguas de solución, hemos heredado un malestar alimentado por siglos de un sistema de castas que ha evolucionado en diferentes formas de ver y hacer las cosas, tales grupos se han dispuesto en contradicción una con la otra como medida de control. La juventud es vista como inútil e ineficiente para llevar a cabo una solución que requiere más que buenas intenciones. Mas pese a las exigencias las nuevas generaciones no son libres de elegir. La Ficción de tales hechos permiten la mirada crítica sobre un panorama poco alentador. La ficción cinematográfica como espejo de las condiciones de la crisis latinoamericana, permite tener una objetividad ante los hechos que nos rodean, nos hacen ver esta posición del hijo.

En El lugar del hijo los hechos son narrados como la odisea personal de un joven por mantenerse a flote en la vorágine, la muerte de su padre le importa poco, el problema es sobrevivir en medio de su presencia fantasmal, de la posición que le ha legado dentro de la sociedad, ya no más un estudiante, si no el hijo del difunto, que ahora toma su lugar y debe pagar por el. Ariel pasa en esta odisea de la asamblea estudiante a huelguista hambriento, de una posición critica ante la crisis a ser el terrateniente virtual de una tierra que no sabe procurar, en completa enemistad con los ganaderos.

En lugar de ser los animales como representaciones y burla de los actores políticos, como sucede en Rebelión en la granja (1945) de George Orwell, son ellos mismos (los estudiante, los obreros, los ganaderos y contadores) quienes hacen notar la mascara impuesta sobre sus acciones, la completa caricaturización de su postura en conflicto, tanto en su posición personal como las instituciones que representan. En un sentido, la cuasi comicidad que esto genera tiene resonancia con el humor negro de los hermanos Coen, más específicamente en su retrato de la crisis de un judío de mediana edad en Un hombre serio (2009), pero a diferencia de esta, El lugar del hijo no es una parábola sobre la pérdida de la fe, sino un reproche y una crítica ante la crisis personal que utiliza como metáfora la muerte del padre.

Exhibir esta película como parte de la cartelera del FICUNAM, nos permite hacer un paralelismo con la condición actual del país, pues la película del uruguayo tiene múltiples consonancias con dilemas y escenarios que no se diferencian mucho de lo que sucede dentro de nuestras fronteras, ni tampoco con las personas que tomen una butaca dentro de la muestra.

 

21.02.14

Amado Cabrales


@Amado4
Artista plástico, cinéfilo y estudioso del cine autodidacta, amante de toda expresión libre y consiente de la fuerza de la imagen, interesado en las formas y significados que encierra el uso de la información y el ocio.....ver perfil
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