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Fatih Akin y su cocina con alma: Sal y Pimienta
por Vania Cueto

De padres turcos, pero nacido en Alemania, Fatih Akin recibió el Oso de Oro, que otorga el Festival de Cine de Berlín, por Contra la Pared en el 2004, tenía 30 aƱos. Poco después fallece su mentor Andreas Thiel y es ahí cuando se decide a producir un guión que tenia en proceso de pulido desde hacía mucho tiempo: Soul Kitchen, para así dejar la tristeza de lado.

Sal y Pimienta (2009), su nombre en México, –que por cierto le mereció el Gran Premio del Jurado que otorga el Festival de Cine de Venecia en el 2009 a su director– muestra la vida de Zinos Kazantsakis un habitante de Hamburgo de ascendencia griega y dueƱo de un restaurante/bar muy grande pero ya bastante viejo, llamado igual que la película. En dicho restaurante Zinos sirve comida rápida pre-hecha, comida rápida y frita. Ahí emplea a varios personajes: un chef profesional, que le promete atraer mucho más clientes con sus platillos baratos pero bonitos y más saludables; a su hermano, que está en la cárcel; un mesero, miembro de una banda que ocasionalmente toca en el restaurante; y una joven artista que trabaja para sustentarse.

Sumándose a esto, la novia de Zinos se va del país, mientras él comienza a sufrir graves problemas de salud, para lo cual acude a un quiropráctico que lo ayudará a sanarse de maneras poco convencionales, mientras que un ex compaƱero de la primaria lo contacta y muestra interés en el local de su restaurante.

A lo largo de la película, las historias de cada uno de los personajes se comienzan a entrelazar con la vida de otros o a desarrollarse hacia el lado contrario de la vida de Zinos. El protagonista experimenta varios encuentros, reencuentros y desencuentros, afortunados y desafortunados, útiles e inútiles, que lo van orillando a él y a su restaurante a una renovación obligada, demostrando lo efímero de la vida y las posesiones, mostrando así que solo queda llevarse bien con la familia y amigos cercanos, permitirse la renovación, pues aunque no lo parezca, a nadie le hace daƱo una, y ver cómo hay ocasiones en que no podemos controlarlo todo y debemos dejar un espacio para el azar en cada aspecto de la vida.

En palabras de Fatih Akin, lo que le preocupaba de la película era el timing, pues pretendía una comedia, situación que va resuelviendo mientras nos lleva de la mano a través de los diferentes estados anímicos que presenta. Está claro que el guión, la dirección y la edición confabularon de manera que permiten al público dejarse llevar por completo.

La selección musical, por otro lado, me parece es excelente y la edición de sonido le permite integrarse de manera tal que la audiencia puede disfrutar de las canciones sin salirse de la historia, aunque eso no evita que encontremos algunas escenas (como la del antro donde Lucía baila), que rayan en el videoclip.

ā€œNo hay mundo sin músicaā€ le dice Illias a Lucia. No, no lo hay. La música es algo esencial para la vida, para las personas, para las películas y por lo pronto en Soul Kitchen se podría decir que "no hay película sin música".

Lo que no parece integrarse del todo es la fotografía: Rainer Klausmann es el responsable de esa estética cinefotográfica sencilla, pero no destacable. La imagen cumple con lo que le toca y no más, desempeƱa su trabajo con lo básico pero no se permite jugar o evolucionar a lo largo de la película. Unicamente –y esto es deliberado– cuando se trata de comida, los platillos lucen todos deliciosos, pero lucen sospechosamente tan bien que hacen notorio que fueron filmados durante la misma sesión de rodaje.

El montaje en general corre a cargo del editor fílmico Andrew Bird. Éste técnico propone otra manera de editar una escena de acuerdo a los diálogos, permitiendo la elipsis en medio de éstos sin que las notemos, mientras dejan de lado las reglas en cuanto a los cortes alusivos a los saltos de tiempo. El tiempo transcurre muy distinto en Soul Kitchen.

Éste último trabajo de Fatih Akin, que llega a México a las pantallas (3 aƱos después) gracias a Alfhaville Cinema, es sarcástica, dramática, graciosa, irónica, ridícula. Es una película que habla de lo frágil que es la vida y de lo rápido que pueden irse muchas cosas de ella. Recomendable para amantes del arte culinario, de la música electrónica y del buen cine.


03.02.12

Vania Cueto


@ve_nomas
Comunicóloga con especialidad en cine, es una realizadora en ciernes y tiene un tic.....ver perfil
Comentarios:
03.02.12
Reb dice:
sí tardó mucho en estrenarse
comentarios.