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La Dama de Negro
por Julio César Durán
@Jools_Duran
La primera entrega importante de cine de horror británico que veremos durante el año es La Dama de Negro (James Watkins, 2012). Película a estrenarse este 10 de febrero, está basada en la famosa novela homónima escrita por Susan Hill, adaptada con éxito en versiones radiofónica, televisiva y por supuesto teatral, ésta última bastante popular en varios países incluyendo México.

El filme es un intento interesante de traer al siglo XXI un cuento de terror escrito al modo victoriano, con la particularidad de que la novela de la cual toma su premisa fue publicada hace apenas 30 años. La historia básicamente nos narra el escalofriante deber del joven abogado Arthur Kipps, quien viaja a un pueblito perdido de Inglaterra para hacerse cargo de la tétrica mansión de un reciente difunto. Una vez comenzado su trabajo, la obviedad se empieza a desarrollar: la casona no está deshabitada, y todo el tiempo la extraña presencia de una mujer acecha al joven huésped.

Ante las negativas de la gente local, Kipps –interpretado por el “niño mago” más famoso del mundo, Daniel Radcliffe– descubre por sí mismo la serie de tragedias y venganzas de las que ha sido testiga la misteriosa mansión y, con ello, sin quererlo, desatará una ola de muertes infantiles, a las que (pronto descubriremos) los pobladores están acostumbrados.

El libro de Susan Hill es ya de por si una reversión del argumento de Drácula, un tanto desde la perspectiva femenina, y también un rescate de la imagen popular de la “casa embrujada”, que el cinéfilo promedio trae en la cabeza desde los años 40. Tomando eso en cuenta podemos esperar mucho de la cinta y más cuando se conjuga con una producción y un reparto ciertamente notables.

ÂżCuál es el resultado? Una película de miedo bastante regular que le regala a las audiencias uno que otro sobresalto y algunas situaciones (in)esperadas. La película no es atrevida en ningún sentido a la hora de jugar con el viejo cuento, ni con la adaptación del guión –a todas luces un encargo más en la carrera de la guionista de Kick-Ass (2010)–, cuyos giros argumentales son predecibles y que a la mitad de la historia se convierte en una versión de época de Pesadilla en la Calle del Infierno (Wes Craven, 1984).

El prometedor actor -hablando de éxitos taquilleros- Daniel Radcliffe, ahora convertido en un joven profesionista victoriano, no puede aún quitarse de encima la capa y el sombrero de mago: todas las expresiones de preocupación o de ansiedad que intenta reflejar a través de Kipps, nos recuerdan todo el tiempo a Harry Potter. Claro que es de suponer lo dificultoso que es el olvidar a un personaje al que un actor lleva interpretando por más o menos una década.

ÂżExiste algún elemento rescatable? Sí. El gran pro de La Dama de Negro es la compañía coproductora, la misma que resucitó en los años 50 a los monstruos clásicos de la Universal, y que puso al cine sobrenatural del Reino Unido en el ojo de los cinéfilos del mundo: Hammer Films. Dicha productora estrena esta cinta como una de las 4 que traerán de vuelta el prestigioso nombre de la compañía a la boca y oídos de todo público.

Durante toda la película de verdad se nota la mano de la Hammer en los decorados, en la fotografía, en el buen gusto del diseñador de producción que nos pone enfrente una plasticidad gótica muy cuidada, llena de contrastes en los juegos de luz y en los juegos de color, tanto en la textura de la imagen como en el escenario y utilería muy bien elegidos.
El acierto del realizador está en utilizar todo el fino mundo que la misma producción estilizada de la Hammer le regala, pero sólo en algunos planos cuidados y poco convencionales para el cine de género, llámese las escenas de la carretera con marea baja, los inserts a los terroríficos juguetes de la mansión y los juegos de cámara, donde la mujer que da nombre al filme aparecerá detrás de una ventana o entre sombras.

Sin embargo, la magia ganada por el director de arte se desvanece a ratos con el uso exagerado de los recursos digitales a la hora que la dama de negro se desinhibe y aparece en pantalla, o en los tiempos oníricos del protagónico. En ambos casos el compromiso del espectador de dar por cierto todo lo visto en pantalla se esfuma con la conocida frase “qué falso se ve”.

La película no es más que otra muestra del cine de horror anglosajón que viene dando patadas de ahogado desde mediados de los años 90, y que de vez en cuando nos llega a sorprender con alguna pieza bastante original u originaria, pero lamentablemente no es el caso de La Dama de Negro. El director, James Watkins, logra lo que seguramente se propone, realizar una película sin pretensiones, que sea disfrutable y que haga saltar al espectador en un par de ocasiones, pero no aporta nada al cine de género, que por supuesto nunca ha sido una obligación.
08.02.12

Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
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