Con una breve programación, los largometrajes documentales de la casa en el pasado Festival Internacional de Cine de Monterrey (que por cierto cumplió la década de vida), dieron muy buena cuenta del estado de salud que poseé actualmente ésta manera de filmar en México. Entre ortras apuestas se pudo ver el mundo paralímpico con Récord Mundial (2014) de Eduardo Lucatero, así como el interesante acercamiento al sureste nacional por parte del realizador Pablo Chavarría Gutiérrez con su El Resto del Mundo (2014), así como el atrevimiento formal que rescata la técnica del found footage y que cuestiona a la memoria misma —la gran ganadora del rubro—, La Danza del Hipocampo (2014) de Gabriela Domínguez Ruvalcaba.
por Claudia Rivera Garza
Ambos documentales abordan temas de actualidad, y aunque la producción y realización de uno es en el estado de Jalisco, Hasta el fin de los días (2013) de Mauricio Bidault, y el otro es de producción neolonesa pero se llevó a cabo en una comunidad nahua de Puebla, La sangre bárbara (2014) de Jesús Mario Lozano, ambos pueden ubicarse en cualquier entidad de México, ya que son situaciones que fácilmente pueden ocurrir en cualquier parte del país.
“La verdad es verdad hasta el fin de los días”. A partir de una frase de Shakespeare surge el nombre del documental, que narra (sin voz) la labor que tiene las ciencias forenses en su búsqueda por la verdad y por esclarecer en todo momento las causas de la muerte.
Este documental si bien muestra cómo la violencia exacerbada, durante el gobierno de Calderón en su lucha contra el crimen organizado, provocó mucho trabajo a las personas que laboran en es el área de la criminología y las ciencias forenses, no es precisamente una obra que haga denuncia.
Se trata de un filme que muestra sin reparos cómo es trabajar con la muerte y retrata a aquellas personas que en ocasiones pareciera que solo están dormidas, esas que ya no pueden decir nada. A través de la evidencia forense se encontrarán las causas de su muerte y se les dará la oportunidad de hablar; por los cuerpos desmembrados, cuerpos que no tienen un nombre, que se les clasifica con un NN y se les asigna un número, por ellos, decía, hablaran sus manos y la evidencia del ADN.
En este documental, no hay un narrador, no hay entrevistas ni se presenta formalmente a nadie, simplemente se va observando el trabajo que se realiza en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
Por otra parte La Sangre Barbara, documental producido en Nuevo León, muestra esa otra realidad lamentablemente presente en muchas latitudes, la del despojo al cual se somete a los grupos indígenas, habitantes de las áreas naturales que existen por todo el país, muchas veces en pos de un supuesto progreso. Este documental nos lleva a acompañar a una comunidad de nahuas en Puebla, que se enfrentan al despojo de sus tierras, y el deterioro ecológico que es ocasionado por la contaminación generada por parte de las compañías mineras. Si bien las condiciones de este pueblo pueden compararse con las del pueblo wirrárika, a través de sus diversos asentamientos (ya que tienen varios centros ceremoniales en todo México a los cuales recientemente no pueden tener acceso debido a la privatización de las áreas donde se encuentran), no se trata de un caso aislado, pues puede verse por todo el país, como el caso, también, de los yakis en Sonora.
Hasta el fin de los días y La sangre bárbara son dos piezas del cine documental que muestran realidades importantes, realidades que no se miran en lugares específicos, pero que pueden ocurrir en cualquier parte de México.
Como comentario final, es importante destacar que las dos películas estuvieron en competencia, pero fue La sangre bárbara la que recibió el premio a mejor documental de Nuevo León. Vanessa Romo productora de Hasta el fin de los días confirmó en una presentación del documental que dicha producción estará presente en la próxima edición de DOCSDF.
05.09.14