por Cristopher Carbajal Salinas
La problemática de desarrollo en la gran mayoría de los países se adjudica a la falta de educación, la limitante de esta genera una polaridad entre clases sociales; divisiones muy marcadas, conflictos económicos, discriminación e injusticias. El nivel educativo equiparado con la formación, se vuelve un reflejo a futuro del desarrollo que tiene el país. La Cuba después de la revolución se ha destacado por tener un nivel cultural alto, sin embargo, la otra cara de la moneda, es que su situación política ha restringido de diversas formas el florecimiento del pueblo cubano, ocasionando fugas provocadas por el sofoco.
Conducta (Ernesto Daranas, 2014) muestra desde el eje educativo diferentes problemáticas dependientes de la edad o sexo. Argumento: Una maestra de tercera edad comprometida con la educación, se empeña en la búsqueda por explorar diferentes posibilidades al sistema, una carta que guarda como recuerdo experiencias y expectativas, la viva voz de la sociedad cubana y un grupo de personas poco comprensibles que buscan destituirla, justificándose por la edad madura de la maestra y su supuesta imposibilidad para seguir trabajando, acto que deriva en que Chala fuera internado a un grupo de Conducta.
El director y guionista cubano, a lo largo de sus diferentes largometrajes y documentales ha reflejado su consternación por los problemas sociales que envuelven a su país, como la pornografía y preocupaciones políticas. Conducta no es la excepción, es una película del 2014 que participó en diversos festivales y fue ganadora de varios premios como el premio a la “Mejor película y Mejor actriz” en el Festival 15 Havana Film Festival en Nueva York.
Ernesto Daranas utiliza una visión en paralelo mostrando las diferentes actividades y vivencias de los personajes en situaciones similares y su capacidad de reacción ante los problemas que se les presentan. La intención del director es meter al espectador en la intimidad de la historia, de tal forma que se involucre con los personajes y sensibilice con sus problemas. Para entender la humanidad y simpleza en protagonistas fácilmente juzgados. La cámara acompaña constantemente el discurso de que cada generación debería de ocuparse de lo que le toca, develano rincones de Cuba, como muestra. El lente se mueve de un lado a otro siguiendo la historia y los diálogos, para no perder detalle, enfocando los gestos de cada uno, apoyado por un discurso simple y emotivo justificado por los pocos cortes de tomas.
Conducta discurre sobre las diferentes generaciones que representan el contexto social, las ideologías que responden a las necesidades generadas por un gobierno excluyente. La metáfora inspiradora de una paloma despegando sus alas en espera de partir, el vuelo de las aves en busca de un nuevo destino, las jaulas que limitan y controlan, son escenas sintomáticas. En apenas diez segundos se nos descubre la densidad del argumento. Próximo a eso conocemos al solitario, independiente y forzadamente maduro Chala, un joven acorazado de rebeldía, pero vulnerable en espacios familiares, atento con la única persona que no lo señala y más bien lo entiende: Chala es quien para el objetivo de la película representa la generación joven voyerista y expectante de la sociedad cubana, características que se entrelazan al relacionarse con Carmela, la maestra experimentada, que utiliza una carta como intermediario y portavoz de los ojos de Cuba; expectante con el aliciente utópico de un cambio generacional, su esfuerzo para dejar en la conciencia de sus alumnos las posibilidades de un país diferente, la exigencia de que ellos como jóvenes únicamente deberían de preocuparse por sus estudios, mostrándoles algo que no se les había planteado anteriormente.
Ambos convergen en un aula donde todos los sueños son puestos sobre la mesa. La voz de la maestra es la narrativa que nos habla como espectadores. El tercer punto generacional es la madre de Chala, Sonia, una insatisfecha mujer con graves padecimientos de adicción sobrellevando el día como una muerta viviente, deteriorando su frágil autoestima con una profesión sutilmente sugerida, enfocándose en ser víctima. Al mismo tiempo una figura errónea paterna, abusiva y aprovechada que explota sin escrúpulos la mano que le da de comer, sin importarle las consecuencias que pueda tener. Semejanza que recuerda al gobierno del que habla la película y los extremos a los que ha llevado el poder. Sin dejar a un lado la respuesta a los problemas, ejercido por un grupo de personas de militantes y creyentes del régimen autoritario, creando un lugar que encarcela los sueños de jóvenes no alineados; Chala, exiliado, refleja sus fantasmas con una rebeldía amenazante en ese lugar de control, sus ideas liberales no son bien recibidas.
Conducta es una ficción muy cercana al documental, la impresión del día rutinario en Cuba. La película busca dar una respuesta a la frustración social, utilizando la educación como vía al cambio acompañada de pequeñas alicientes y muestras de cariño, esperanza y creencia en los jóvenes. Las tres generaciones interactúan para generar en el espectador la empatía de la problemática, incluso con la posibilidad de abrir panoramas. Es una película que no solo se queda en el discurso, es una voz que grita desesperadamente por una solución.
22.03.15