por Hans Fernández y Cuauhtémoc Pérez-Medrano
El rojo de las alfombras glamorosas del festival de cine en la capital alemana contrastan con un sentimiento enrarecido frente a los atentados en París del año pasado, aún frescos en la memoria de algunos, frente a la crisis migratoria por la guerra de Sira, y las agresiones sexuales acontecidas cerca de la principal estación de trenes en Colonia. Tal vez esto es percibido de algún modo en el festival, por ello podría ser calificarlo como un tanto discreto. La venta de boletos lleva ya dos días, y salvo algunas horas de excepción, la venta se muestra lenta, aletargada, como si el festival empezara en una semana y no en unas horas.
Quizá me equivoco, la extrañeza se deba más bien a que este año la Berlinale 66 ofrece grandes curiosidades que buscan exacerbar la añorada multiculturalidad y cosmopolitismo berlinés. El filme de con el que abrirá del festival es tematizado y hiperbolizado, que se sospecha cómico y extravagante, “la última de los Cohen”, Hail, Caesar! se llama.
El director filpino Lav Diaz presenta uno de sus trabajos más largos, 482 minutos de cine, 8 horas de secuencias en blanco y negro, una historia que se antoja notable, por el simple hecho de presentarse en la sección del concurso oficial, donde también participan Kollektiviet (La comuna) de Thomas Vinterberg; Inhebbek Heidi (Heidi) el primer largometraje del tunecino Mohamed Ben Attia; el documental del italiano Gianfranco Rosi, Foucommere; además de producciones de distintas partes del mundo y una de confección nacional 24 Wochen (24 semanas) de Anne Zohra Berrached. Esta edición de competencia del festival, a diferencia del año pasado, no contiene ninguna película latinoamericana.
La participación mexicana se podrá contemplar en las secciones Cortometrajes y Forum, trabajos de José Permar, Omar Robles, Abraham Cruz Herrera, Javier Vázquez Cervantes, Esteban Arrangoiz; así como de Joaquín del Paso, Tatiana Huezo, Nicolás Pereda, respectivamente. Como un gran detalle incidental, en la sección de cortometrajes, donde hay películas chinas, vietnamitas, suecas, taiwanesas, y de otras seis nacionalidades más, pero todas de recién manufactura, se exhibirá el trabajo de Rubén Gámez, Los murmullos, que data de 1976.
11.02.16