por Fco. Javier Quintanar Polanco
Una pasión, dos hombres, tres habitaciones, tres momentos separados por cinco años de diferencia, y una relación a la cual le cuesta trabajo nacer. Estos son los elementos sobre los que el cineasta inglés Ben A. Williams cimenta su ópera prima, The Pass, en la que dos personajes con una larga, estrecha e íntima amistad, deben de enfrentar un incidente que les revela un aspecto de su sexualidad que no habían percibido, al menos no conscientemente.
Jason y Ade son dos alumnos de una afamada academia londinense de futbol, y ambos están por debutar en un juego del liga profesional. La noche antes del partido, en la habitación del hotel donde se encuentran hospedados, a ambos les cuesta conciliar el sueño debido a la emoción. Así matan las horas platicando, bromeando, viendo el video de un colega teniendo relaciones, forcejeando entre sí, y entreteniéndose con juegos propios de hombres, hasta que en uno de esos acercamientos físicos, se besan entre sí.
Aunque en ese momento aparentemente no pasa nada tras el beso, es a través de los años que dicho incidente empieza a ser más significativo para los dos deportistas, y el impacto de este pase –al que hace alusión el título– en sus vidas solo se revela años más tarde, cuando vuelven a reencontrarse y frente a frente, hablan sobre los eventos de esa noche.
Con una puesta en escena esencialmente teatral (y no es para menos, ya que esta basada en una obra de John Donnelly), Williams plasma con certera habilidad la intimidad del espacio masculino y sus rituales machistas, donde entre la testosterona y los amagues hombrunos, a veces puede ocultarse un homosexualismo en latencia. Y eso lo aborda el cineasta de un modo natural, ligero, pero a la vez intenso y dramático.
El dividir la historia en tres actos prueba ser un gran acierto, al permitir ver en esas viñetas esenciales la génesis de la relación entre los protagonistas: el preludio al polémico beso puerta hacia un umbral de algo que ninguno de los dos preveía, el desarrollo de la vida personal y profesional de Jason convertido en un exitoso futbolista quien, tras vivir años en un matrimonio heterosexual, finalmente admite y acepta su verdadera inclinación, y el reencuentro años mas tarde donde se descubre que Ade por el contrario no tuvo éxito en el futbol profesional y ahora es un plomero, y solo juega en partidos dominicales, pero en contraste ha abrazado plenamente su identidad gay.
En esa reunión, Jason y Ade discuten sobre lo ocurrido tiempo atrás, discutiendo tanto sobre un pase erróneo que de alguna forma definió la carrera futbolística del último, como lo ocurrido esa noche en la habitación. Ambos deberán decidir si cruzan de la mano ese umbral o no.
The Pass es una obra donde a través de las decisiones personales y la relación nada fácil entre sus protagonistas, confronta al espectador con conceptos como la felicidad, el éxito, y el desarrollo pleno, al oponer a dos personajes que buscaron estos objetivos tomando diferentes caminos, y reencontrándose tiempo después en un cruce, deliberan y valoran los resultados de dichas decisiones. E invitan al público a unirse a la discusión.
18.08.17