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Teiichi Battle of Supreme High

Un microambiente de hormonas adolescentes, humor y política

por Joel Gustavo

 

Usumaru Furuya trabajó y afianzó, durante su vida como estudiante preparatoriano, la convicción de convertirse en un mangaka. Su determinación y estilo se acentuaron aun más cuando trabó amistad por correspondencia con Osamu Tezuka, célebre maestro del manga. En este tenor, Teiichi no kuni, historieta mejor conocida en occidente como Teiichi Battle of Supreme High es uno de los trabajos más recientes de Furuya, formado por 10 tomos que narran el extenuante camino cuesta arriba de Teiichi para alcanzar la presidencia estudiantil de su preparatoria, primer escalón para ganar el reconocimiento y poder político necesarios para cumplir el deseo mas acariciado de su padre, ser primer ministro de Japón.

Las altísimas demandas y expectativas de Teiichi fueron adaptadas en 2017 en una película dirigida por Akira Nagai, filme que acentúa el tono satírico y cómico del manga original a la vez que propone una síntesis de la compleja política japonesa.

 

Un líder necesita quien lo siga

Un líder sin seguidores sencillamente no es tal. En este caso, Teiichi (Masaki Suda) tiene a su mejor amigo y “mano izquierda”, Koumei (Jun Shison), un leal personaje cuyos sentimientos rozan la frontera entre la admiración y la atracción; también tiene a Mimiko (Mei Nagano), su mejor amiga y amor friky-platónico, defensora de los compañeros abusadores. Con esta reducida tropa de leales amistades el joven e inexperto Teiichi enfrenta los cambios biológicos y psíquicos propios de su edad, además de las aspiraciones que su padre, un obsesivo funcionario del gobierno japonés quien ha incrustado en su deseo personal como razón de vida. Por esta razón Teiichi cae en las garras de la ambición desmedida y sin sentido, lo que hace estallar un sinfín de situaciones cómicas, algunas por su naturaleza absurda –hablar con Mimiko por medio de un teléfono de vasos, cuando Japón es el país más tecnificado en telecomunicaciones– o satírica –intentar practicar el suicidio ritual del harakiri luego de fracasar en sus intentonas por ganar popularidad–, asimismo la nebulosa chispeante de personajes disparatados no deja títere con cabeza a la hora de satirizar los estereotipos comunes en la vida de los adolescentes nipones.

 

Bajo el rigor de la cascada

El celebrado maestro samurái Miyamoto Musashi afirmó en sus escasos escritos: Si no seguís un auténtico camino hasta el final, una pequeña maldad al principio se convierte en una gran perversión”. Sin duda esta cita funciona como la guía narrativa de la cinta Teiichi Battle of Supreme High, pues todos los empeños de Teiichi son el torcido resultado de abandonar su deseo de convertirse en pianista por la férrea imposición de su padre, Akaba San, un alto funcionario japonés en permanente guerra con Togo San, un colega rival y padre del archienemigo del protagonista, Kikuma Togo. Es el deseo obsesivo de un padre el fruto de la discordia que se filtra en la política académica y estudiantil; sustancia primigenia del egoísmo y falta de empatía que confrontan a las personas y que impiden la construcción de diálogos y acuerdos. Puño y sable que hieren los deseo individuales por medio de acciones colectivas y facciones políticas; sentimiento álgidos en honor en la victoria y deshonra de la derrota, en síntesis, el origen de obsesiones y penas de jóvenes y viejos.

Teiichi Battle of Supreme High puede resultar para el público mexicano un reto ya que algunos de los códigos humorísticos y culturales en la película no son fáciles de reconocer. No obstante con un poco de curiosidad la película puede convertirse en un teatro escolar japonés para varones de luchas político-electorales como el que actualmente vive el país. En mayo el festival Konnichiwa ofrece esta y otras cintas japonesas de reciente estreno y exhibición.

 

25.04.18

Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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