El cineasta canadiense, David Cronenberg, regresa a co-producir desde su país de origen una película de época que recrea una parte de la relación entre los célebres psicólogos y ensayistas Carl Jung y Sigmund Freud tomando como referencia el nacimiento del psicoanálisis. El filme es Un Método Peligroso (2011), que se estrena México con un año de retraso.
La película está basada en el libro A Most Dangerous Method de John Kerr, a su vez originado por la obra de teatro The Talking Cure de Christopher Hampton, quien había trabajado antes con Cronenberg para la CBC, y que ahora adapta su propia pieza para ésta versión cinematográfica.
La cinta representa de manera cuidada los escenarios y vestuarios de la época, al mismo tiempo que permanece fiel a la personalidad de Freud y Jung, a la historia entre ellos, así como a la parte pública que se conoce de su vida privada.
En Un Método Peligroso, el realizador se escapa deliberadamente de los estereotipos formados acerca de las figuras protagonistas, los padres del psicoanálisis, tomando como modelos a los actores Viggo Mortensen –la más reciente musa del director canadiense– y Michael Fassbender; también escapa de la imagen que el mundo tiene de su cine, pese a que sí nos recuerda al Cronenberg de cintas como El Almuerzo Desnudo (1991) o M. Butterfly (1993).
David Cronenberg nos relata un triángulo intelectual/dramático/psicológico entre Carl Jung, Sigmund Freud y Sabina Spilerein a principios del siglo XX, y los resultados de la dificultad de dicha relación, donde en un principio, tanto de Jung hacia Freud como de Spilerein hacia Jung, existe un sentimiento de respeto y admiración, tomando al respectivo maestro como una figura paterna, misma que se va diluyendo y convirtiéndose en otra cosa tan decepcionante en un caso, como perversa en el otro.
Los personajes de Un Método Peligroso son, como muchos en la filmografía de Cronenberg, personalidades que están en un conflicto constante de las pulsiones que los mueven, los deseos que se convierten en motores de sus cuerpos y por supuesto de sus mentes siempre agobiadas por una tensión, en este caso ética, en la que según puntos de vista, ya sea del gran profesor Freud o del aparentemente corrompido Otto Gross –otro médico en escena interpretado por un salvajemente contenido Vincent Cassel–, puede llevarnos a la libertad y a la salud. Todo esto, peculiarmente, en aras de traer de nuevo a la vida, lo más fielmente posible, a todos estos personajes con todo y sus maneras bien reflejadas por una producción sobria.
El argumento va a recaer en una tensión intelectual, en principio de la relación que Jung tiene con Freud y la manera en que ellos, con todo y sus teorías, se ven y se enfrentan ante el mundo de la medicina, eso por un lado; en otro, tenemos la tradición de Cronenberg que lo lleva siempre a mantener una tensión sexual o por lo menos un interés en las sofisticaciones que intervienen tanto en el deseo como en lo sexual mismo.
Un Método Peligroso es una bella y sensual muestra de las capacidades del director de Spider (2002), quien a lo largo de su carrera ha jugado con un ajedrez entre la mente y sus deseos, que tienen como consecuencias somatizaciones tan impresionantes como en La Mosca (1986), y que han sido su interés desde el primer cortometraje que realizó llamado Transfer (1966) –clara referencia al psicoanálisis.
De manufactura bastante elaborada, con respeto por el detalle –aunque se caiga cuando los efectos digitales entran a cuadro–, el filme posee una forma exquisita, con un uso inmejorable de la elipsis en donde no se necesitan explicitar props que denoten un orden cronológico ni mucho menos ponernos enfrente una estación del año arquetípica.
David Cronenberg nos entrega una sutil pieza llena de energía, misma que se desprende de la pantalla y ataca al espectador. A Dangerous Method es un filme digno de todas sus ansiedades, es el ligero silbido antes de un grito atronador que ya ha prometido con Cosmopolis (2012), próxima a estrenarse.
02.07.12