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La cabaƱa del terror

Scouting narrativo


Cuando todo parecía desgastado en el terror cinematográfico, llegaron los idealistas de un mundo televisivo a jugar con él, luego de que sopesaron a nuevos espectadores ávidos de dulces inquietudes y amargos desencantos. ĀæSerá?

por Nayla MagaƱa


Sí. Para todas las películas de terror existe una fórmula (no necesariamente infalible): sangre, tomas dinámicas (en apariencia carentes de steadicam), gritos, sangre, tortura… Sangre. Elementos siempre anclados bajo la incertidumbre de no saber quién es el responsable del impío castigo de los protagonistas: zombies, un trío de psicópatas, o un tío con una sierra eléctrica en mano. El común denominador, en donde reside el éxito y goce de este tipo de filmes es la sugestión psicológica que el propio espectador patrocina, resultado del juego de planos visuales y sonoros.

Sin embargo, desde hace algunos aƱos el género del terror sucumbe entre el constante sobeteo del argumento cliché: el exterminio paulatino de una familia, amigos/conocidos quienes por decisión propia, o de manera fortuita terminan recluidos un un lugar inhóspito, incomunicados, desprovistos de cualquier posibilidad de salvación. Esta narrativa se repite, una y otra vez, ad nauseam.

Ya existe una excepción. Dirigida por Drew Goddard, La cabaƱa del terror (The Cabin in the Wood) es una cinta que recicla. Se trata de un argumento de terror que refresca y renueva el discurso narrativo del terror. Para lograrlo echa mano de los elementos convencionales que se han fusionado dentro de las diégesis del género, de modo que no sólo se trata de insertar a una bestia o aun psicópata que persiga a los personajes, y los aniquile despiadadamente. La apuesta de este otro Goddard (con doble "d", proveniente del mundo de la televisión y al que habrá que irse acostumbrando) es involucrar al espectador, invitarlo para que sea él mismo quien disfrute de la muerte de cada uno de sus personajes.

En efecto, al conseguir su objetivo, el "experimento" pierde el posible tono sádico, y se convierte en una consecución de eventos divertidos... Desafortunados sí, pero divertidos. Esto es resultado del reality show que monta Goddard dentro de la trágica historia, pues el objetivo final es aniquilar a los personajes, condición necesaria para mantener tranquilos a ā€œLos diosesā€, pues de esto depende que la vida en la Tierra continúe.

Sí, La cabaƱa del terror es un nuevo discurso, en apariencia, absurdo, sin sentido, pero que finalmente devendrá en la lógica del filme: ridiculizar al terror, satirizarlo. El objetivo final es actualizar el relato para dasafanarse de los clichés que lo han torturado durante algunos aƱos. Goddard colabora con Joss Whedon (Los vengadores, 2012) para llevar a cabo la construcción semántica en la que extrapola las cualidades narrativas del género, al salpicar el relato con tintes de humor negro y sarcasmo que permite al espectador reír demencialmente mientras ocurre el sanguinario exterminio.

Esta particularidad por la que destaca el filme no es más que una plausible oportunidad de reivindicar al género, hoy en día carente de credibilidad, lejos incluso de aquellos momentos cumbre en los que el diseƱo sonoro y la construcción de la imagen solían orillar al espectador al estupor total.


14.10.12



Nayla MagaƱa


@ny_macaco
Cuando tengo algo bueno que decir lo digo, cuando no, tuiteo.....ver perfil
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