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PRI: el regreso del señor tenebroso

por Julio César Durán


Es un lugar común decir que el pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla, pero pensando en la actual compañía circense a la que llamamos “clase política”, es devastadoramente cierto, tanto que México es ahora un país condenado por su propio olvido y más aún por su miedo. Los añorados años ochenta y noventa regresaron no sólo en aquellas cíclicas tendencias de la moda, sino en la vida político-partidista de la nación, siempre llena de espectáculos y de absurdos tan disfrutables como obscenos.

Absurdo sí, el que se ha manejado durante los últimos meses, tanto que he comenzado a pensar si los partidos políticos de derecha han hecho la millonaria compra de los derechos de la obra de J. K. Rowling, para adaptar a nuestro contexto el arco narrativo de Harry Potter (2001-2010) y su enfrentamiento con el-que-no-debe-ser-nombrado. ¿Por qué lo digo? La caricatura está más que puesta.

Ésta vez, después de doce años de ausencia en la silla presidencial, el Partido Revolucionario (¿?) Institucional regresa de entre los muertos (o al menos muchos en nuestra ingenuidad pensábamos que así era) para tomar lo que cree es suyo por derecho, y lo hace de manera tan acartonada y tan llena de cinismo –haciendo de este país la vergüenza nacional e internacional–, que nos aparece como el más abaratado guión de cine comercial que pretende vendernos la mejor experiencia de la temporada, encima de enjaretarnos el combo de palomitas, nachos y refresco, con la bolsa de gomitas por 5 pesos más, todo esto cortesía de las grandes transnacionales de (alimentos) chatarra. Así como el Lord Voldemort de la saga del maguito, se ausenta durante una década y a partir de ahí comienza a acomodar las piezas para su regreso, nuestro “innombrable” mexicano, figura heroica y paternal del PRI, después de años fuera del país vuelve, al mismo tiempo que el “revolucionario institucional” va fraguando un fraude a partir de los poderes fácticos que tuvo a bien fragmentar hace dos sexenios. Todo preparado para que algún día retornara su señor oscuro.

Ahora el-que-no-debe-ser-nombrado encarna a una figura inofensiva a los ojos de gran parte de la población, tan atractiva a la vista de todos, como dócil para los intereses de los mortífagos del partido tricolor. Ya que nuestro propio Voldemort no tiene cuerpo (político) necesita de una imagen (EPN) a través de la cual pueda recuperar el poder que dejó hace algunos años en manos de un azul Ministerio de Magia… ah perdón, de un Estado tan tibio para “el cambio” como bien puesto para ofrecer sus servicios al mejor postor, nacional o transnacional.

Fueron bastantes décadas en las que el priísmo mortífago practicó la persecución, secuestros, espionaje, desapariciones, prisioneros políticos, asesinatos y promovió el “ver, oír y callar”, así como infundir tanto el miedo, que incluso el querer mencionar algún tópico que sonara a disidencia del oscuro régimen practicado por dicho partido político parecía un despropósito. Años y años fueron los que nuestros padres y algunos de nosotros sufrimos la ley del miedo y del silencio, aquellos pocos que la rompían, o desaparecían o eran callados en formas poco agradables. Ahora, tras un lapso de alternancia, cuyas improvisaciones y ocurrencias administrativas llevaron a nuestro país a una de sus más sangrientas épocas, estos siniestros personajes anuncian la marca tenebrosa con el lema del compromiso por México.

Hace dos sexenios la población que confiaba en las instituciones, partidos políticos, etc., pero que también tenía un ímpetu de cambio, estaba apenas en pañales en su politización, aun así, en brazos de una madre protectora, sacó de la jugada al régimen del silencio y del miedo; pudo vencer (en apariencia) al señor tenebroso que aún hoy se teme nombrar. Sin embargo, nuestro Voldemort nacional tuvo la inteligencia suficiente para dividir su poder y fragmentar aquellas instancias legales (e ilegales) que estaban contenidas por el régimen. Así, en el mundo mágico se crean horrocruxes para dividir el alma y no morir, acá se separaron e independizaron los poderes fácticos para crear una fuerza de presión que ni sirviera a la población (obviamente) ni al (des)gobierno entrante, todo con el mismo fin.

Justo ahora, la politización y las ganas de empoderamiento (quiero creer) de la población mexicana en plena adolescencia se encuentra en un estado total de confusión. Mientras las élites oscuras siguen reuniendo su fuerza, a través de mentiras, de represión, de comprar la libertad de muchos a través de las millonarias despensas que pudieron haber recibido nuestros temerosos siete Ministros de mag… perdón, nuestros Magistrados del Tribunal Electoral (dando así un gran golpe a la democracia que tanto se pone en alto), de la ayuda que Felipe Colagusano Claderón le da al nuevo títere del señor oscuro, se gestaron movimientos bajo muchos nombres.

Por un lado, nuestro AMLO Dumbledore aflojado en terracería, quien ha sido y es puesto como el loco que quiere desestabilizar a la comunidad magi… al país, intenta una vez más separarse del ámbito partidista-institucional (¿creando otro partido?), mientras sigue anunciando el regreso del “innombrable” y del constante saqueo de la que es víctima la nación. Por otro lado, los jóvenes, estudiantes y más del #Yosoy132 tomando distintas banderas –incluso les han puesto encima la del Ejército de Dumbledore–, intentan enfrentar la vuelta del PRI, con sus pequeños medios propios, a veces a puerta cerrada, a veces públicamente, a veces mediante redes sociales, a veces incluso, siendo perseguidos.

Lamentablemente en el contexto partidista y de poder actual, nuestro Voldemort no es tan carismático ni tan histriónicamente fuerte como Ralph Fiennes, tal vez sólo con la misma cantidad de cabello (o falta de él) y la sonrisa de serpiente; los mortífagos tampoco tienen aquella apariencia elegante, en cambio disfrutan del ridículo mediático y la vulgaridad de la TV; acá el miedo, y aún más importante, el desinterés por el regreso del PRI mantiene a nuestro Potter/población sumida en el desconcierto y en la división interna, gracias a que también cree formar parte de aquella élite dominante, bueno, eso le han dicho.

Sabemos cómo termina la saga del joven mago: la autodestrucción de un sistema agresivo gracias a que no concibe las consecuencias de sus actos: su propio hechizo finalmente lo matará. ¿En nuestra adaptación ocurrirá algo similar? ¿En algún punto de la trama (tal vez el sonado #1D) alguien intentará recobrar lo poco que queda de dignidad? Como diría por ahí el buen Dumbledore sólo el pueblo puede salvar al pueblo y se acercan momentos en donde se tendrá que elegir entre lo que es fácil y lo que es correcto, aunque se ve muy lejano el que nuestro Harry deseé inmiscuirse en la decisión de su propio destino, dejando libre el camino para un nuevo régimen. Mientras tanto, el miedo regresa, el silencio también y la manipulación. Esperamos que la sangre no continúe, pero bien sabemos que sólo estamos en el intermedio, salimos por más palomitas, pues la mejor y más oscura parte del blockbuster social va a empezar.


28.11.12

Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
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