por Nahevy Estrada
La sala de cine se encuentra en total penumbra. Al fondo, comienza a sonar una melodía mientras la pantalla proyecta una escena del último concierto de Serge en el Zenith de París. El público ensordece la sala y el realizador Pierre-Henry Salfati nos regresa a la oscuridad.
Esta biografía, He venido a decirle… Gainsbourg por Ginzburg (Je suis venu vous dire..., Salfati, 2012) narra la verdadera, cruda y triste historia de Lucien Ginsburg, no de Serge Gainsbourg. El director toma como insignia discursiva el trastorno de identidad disociativa que realmente padecía, misma que lo llevó a su muerte.
Narrado en primera persona, este documental construye la leyenda a través de un montaje astuto, elegante y profundo. La amplia perspectiva lograda a través de una rica selección de materiales de archivo, sean entrevistas, conciertos y videos íntimos, nos hacen distanciarnos de la ya conocida figura romántica para adentrarnos en su verdadera misoginia. Al mismo tiempo, la crudeza de su poesía se transforma en siniestro cinismo dejándonos entender su naturaleza perversa.
A largo de la película, Gainsbourg nos hace reflexionar acerca de la batalla que tenía entre el talento y la genialidad propias, traducidos en su dualidad constante: la "feúra" de su físico y la belleza que siempre le rodeó. Todos los axiomas expuestos hacen evidente su timidez, logrando de esta manera una reconstrucción fiel y purificadora donde él mismo se quema para renacer de sus cenizas.
El documental no inmortaliza la imagen de Serge Gainsbourg; ésta ya lo está. Gainsbourg simplemente regresa de la tumba para conversar con nosotros durante 99 minutos.
Para consultar los horarios de este filme, da click aquí. También les compartimos aquí otro acercamiento a esta biopic documental.
12.02.13