por Crhistian J. Benitez
Después de la cínicas y psicoanalistas reflexiones que sugiere The pervet´s guide to cinema (2006), no sorprende ver al filósofo Slavoj Žižek confrontarse con John Nada al inicio de su más reciente documental, La guía de ideología del pervertido (The pervert´s guide to ideology, 2012), para comenzar a exhortar al espectador en torno a la ideología. La película es, igual que la anterior, dirigida por Shopie Fiennes.
A unas semanas de haber concluido la primera ronda de la octava edición de la gira documental Ambulante, por lo menos en la capirucha metropolitana, me inclino por este sugerente y divertido filme para compartir, de los que aún faltan por mostrar, pues es una interesante forma de intervenir en algunas de las más grandes cintas para poder inmiscuirse en el pensamiento Lacaniano-Marxista y de otros pensadores de la escuela critica. Con mucha guasa y en el sentido que sugiere Allen en The Purple Rose of Cairo (1985), con el actor Jeff Daniels pero de manera inversa, Žižek se empotra en algunas famosas escenas del cine para poder describir cómo se encuentran desarrollados los principios de mercancía, deseo, consumo, industria cultural y lo real simbólico.
Desde las asombrosas gafas que desenmascaran y muestran la perogrullada en They live (Carpenter, 1988), pasando por el arquetipo de la amenaza exterior señalada en Tiburón (Spielberg, 1975) o las características de merchanting que maneja Starbucks, Coca-cola o Ferrero con su popular huevo kínder. Žižek realiza una estupenda reflexión de cómo el individuo tiene miedo de conocer la verdad de su entorno, pues “la verdad duele”, es decir, la mentira cómo directriz de sentido social.
La complejidad de los autores que rescata a cada paso que da sobre las escenas requiere una profundidad de sus principios, sin embargo, el filósofo realiza un enlace de ideas conforme a las distintas aristas que implica la posmodernidad –o cómo quieran llamarle– y entender el porqué de los distintos conflictos sociales que nos están contextualizando en cada ojeada del periódico o las TIC.
Las desventuras del hombre que se enfrenta a la despiadada y coordinada acción burocrática en Brazil (Gilliam, 1985) o la esperanza que encuentra sus bases en el otro (sin embargo siendo éste una falacia, un engaño, un silencio tormentoso); la problemática del deber ser enclaustrada en todo dialogo; o la disonancia cognitiva que se expresa en aquel bello canto escrito por judíos, pero canturreada en una fiesta NAZI como sucede en Cabaret (Fosse, 1972), es en donde Žižek muestra el entramado social señalando cierto dechado, al mismo tiempo que origina una serie de preguntas frente al pensamiento, la razón y la acción. Catadura atractiva que ha robado el coeur de algunas señoritas.
“Si dios ha muerto, todo está permitido”, rescata esta frase de Dostoievski , pero señala Žižek lo contario, enfatizando a Lacan y mostrando aquellas escenas fatídicas del atentado 9/11. Es así cómo va ejemplificando la correlación entre la imagen y la narrativa ideológica. Los componentes iconográficos son el gancho fundamental para que el señor esloveno nos comprometa a una permanente reflexión de nuestras circunstancias globales y actuales.
La realización de un análisis sintagmático-fílmico no es el caso, ni deconstruir para comprender cada parte de los filmes que va mostrando, pues puede ir de Naranja Mecánica (Kubrick, 1971) detallando el comportamiento del individuo en relación de una obra de Beethoven como aspectos de pertenencia, y de repente enquistarse en I am legend (Lawrence, 2007) para vislumbrar al individuo postapocalíptico al decirnos que no existe el gran otro, por el contrario, estamos solos. La secuencia de las escenas que va exponiendo no tiene una relación cronológica, pero para explicarle al espectador los fundamentos teóricos en que se basa y elucidar los hechos sociales y los complejos individuales, el documental y el señor esloveno en sus múltiples presentaciones resulta regocijante.
Para ver las exhibiciones de este filme en AMBULANTE, da click aquí.16.03.13