por Arantxa Sánchez
La obra de Ozon, que fue parte de la Sección Oficial del Festival de San Sebastián 2012 –en donde resultó ganadora de la Concha de Oro por Mejor Película y el Premio del Jurado al Mejor Guión– puede ahora disfrutarse en la XVII edición del Tour de Cine Francés en la Ciudad de México.
Los muros nos separan. El hombre desarrolló la manía de encerrarse entre cuatro paredes e imponer una frontera entre lo público y lo privado; entre lo íntimo, lo individual y las apariencias que maquillan la verdad. Así como en cada cabeza hay un mundo, ¿qué pasa en cada hogar, en cada habitación, en cada familia?
Dans la maison es una película francesa dirigida y escrita por François Ozon, basada en la obra de teatro El chico de la última fila del escritor español Juan Mayorga. Estrenada en 2012, echa un vistazo a la obsesión y la necedad de querer apropiarse de lo ajeno, de fusionarse y camuflarse a través de la literatura y sus efectos con la realidad.
Germain (Fabrice Luchini) es un profesor de literatura que, cansado del nivel académico mediocre de sus estudiantes, descubre un pequeño oasis en la tortura del aula: su alumno Claude (Ernst Umhauer). El chico tiene un talento casi perverso como creador y narrador de historias; así, con escritos que inician en los terrenos escolares, la relación entre ambos toma caminos inesperados.
Con vías poco ortodoxas, cada semana Claude entrega al profesor un pequeño escrito en donde narra poco a poco lo que acontece en el hogar de Rapha (Bastien Ughetto), un compañero al que ayuda todas las tardes con tareas de matemáticas hasta que el cariño filial aumenta y de repente, Claude comienza a ser parte de su familia.
Con una larga trayectoria fílmica, Ozon hace entrega de un trabajo que se mueve entre el texto literario y el texto cinematográfico, una complicidad que, a partir de las historias de Claude, crea y recrea puestas en escena que mantienen la esencia del teatro. Complejo o no, esto permite que las relaciones entre los personajes se hagan más y más interesantes, más y más retadoras, más y más misteriosas.
A través de la literatura, los protagonistas toman la rienda de lo que realmente desean: el éxito que nunca llegó en la juventud, la familia que nunca se tuvo, las nuevas experiencias, los errores, la seducción y, de manera prodigiosa, las maquinaciones de un joven estudiante como el detonante de una carrera contra reloj para entender qué es ficción y qué es realidad.
Sin embargo, hay escenas que en su intento de explotar al máximo este sentido inverosímil, podrían sobrar. Algunas de ellas se presentan como una sección aparte por su intrascendencia y esto rompe la unidad total de la película ¿intención o defecto? La obra de Ozon se vuelve un campo ambiguo y casi minado que se divierte con el espectador.
Con una fotografía sobria de Jérôme Alméras (A la orilla del río, Bouchareb, 2009), hay un contrapunteo que enriquece la vida de los suburbios en Francia (la casa y la familia feliz) y que será cínicamente ironizada por los escritos de Claude a través de su capacidad de observación sutil, aguda y cruel: Dans la maison es una invitación a pensar los límites entre el deseo y la obsesión (desde el papel del voyeur), como transformadores y creadores del entorno. ¿Nos divertimos con el otro, usamos a los demás como muñecos de papel, los convertimos en experimento de posibilidades y dramas ficticios?
Ozon, a través de Claude, juega con los personajes y el espectador: ¿verdad, mentira, anécdota, intención, naturalidad, realismo? La confusión alcanza los dos planos: dentro y fuera de la película para que llegue la desesperación, la duda, la diversión. Esta capacidad de seducción permite que En la casa se convierta en un producto tramposo –en su acepción positiva– casi ilusorio y que, así como las narraciones atraparon a Germain, las narraciones del director atrapen a los espectadores.
Una mezcolanza mordaz que tiene un punto de quiebre en la música persistente y sencilla realizada por Philippe Rombi (compositor de cabecera de Ozon), que apoya una estructura que contiene diferentes géneros y deambula entre la comedia, el misterio, el drama, el suspenso e incluso el romanticismo de lo imposible a la Mrs. Robinson.
Por su lado, la construcción de los personajes es sobresaliente, bien definida, hilada con esmero, con un trabajo y evolución evidentes que explora las teorías de un universo (la familia) que va y viene entre el egoísmo, la inocencia y la complicación en esas edades clave que son difíciles e inconstantes. Las fluctuaciones, el ir y venir entre verdades e invenciones hacen de Dans la maison una propuesta atrayente, explotada desde aristas muy peculiares.
13.09.13