siguenos
No molestar, del sexo sin mediación erótica

 

Do not disturb.

por Fernando Bustos Gorozpe

 

En la actualidad, hay compañías de seguros que están apostando por cubrir sólo a mujeres, como el caso de la empresa sudafricana 1st For Women que en los pasados premios publicitarios de Cannes 2013, ganó un Lion debido a una campaña en la que mostraron su línea argumentativa. En el por qué sólo aseguran mujeres afirmaron que: más de dos hombres juntos significa un accidente en potencia, siempre hay retos, actos peligrosos o estúpidos, y/o bromas pesadas.


No molestar (Do not disturb, 2012) película francesa y remake de Humpday (2009), bien podría ser un caso más que hace patente el carácter competitivo y terco de —nosotros— los hombres. El argumento se centra en el reencuentro de dos amigos cuarentones, Jeff y Ben (François Cluzet e Yvan Attal). Uno es un tipo con ínfulas de rudo, aventurero y visionario pero que acaba de terminar una relación; el otro es  un sujeto de aspecto delicado, de los que no gustan de correr mayor riesgo y que vive con su esposa, Anna (Laetitia Casta).  Los dos se ven envueltos en un reto “artístico” al calor de una fiesta cuando se comienza a hablar sobre el festival de cine porno (artístico) Hump, que se celebra cada octubre en EEUU. Ellos quedan convencidos —entre bromas— de que podrían crear una cinta que rompiese con todos los cánones establecidos e ir más allá logrando una irrupción estética. Alguien les menciona la idea de filmarse ellos mismos teniendo sexo bajo el argumento de mostrar en la pantalla por primera ocasión a dos hombres heterosexuales teniendo sexo sin haber de por medio una atracción carnal: hay mucho cine porno entre hombres gays, pero no entre dos hombres completamente heterosexuales; los dos, inmediatamente aceptan la propuesta, la cual comienzan a plantearse como un reto personal sobre quién declinará primero en la persecución de esta cinta.

Como es de suponerse, la única que representa un juicio moderado y riesgo al reto será Anna, quien al enterarse del proyecto y de  la seriedad con que el asunto comienza a ser tomado estallará de primer momento en contra de su esposo poniendo en jaque la “obra artística” que se quiere crear. ¿Qué tan lejos están dispuestos a llegar Jeff y Ben? ¿Qué tan sencillo o difícil será para dos amigos filmarse mientras mantienen una relación sexual?

El posible encuentro íntimo entre Jeff y Ben sin mediación erótica sirve para recordar que el sexo desprovisto de eros, de filos, de libido y de seducción es algo grotesco y atroz a lo cual es difícil hacer frente. Más allá de la  trama, la película sirve para hacer una crítica al arte conceptual contemporáneo que ha recibido reproches sobre los parámetros que encuadran las nociones de arte como algo completamente irruptivo y que se vale de performances donde el artista busca superar lo establecido y enfrentarse a situaciones límite[1] alejándose del arte como abstracción estética.

Yvan Attal, quien dirige y actúa la cinta que tiene a Charlotte Gainsbourg y Asia Argento en el reparto, logra una buena adaptación de Humpday, dotando la historia de un humor característico de la cinematografía francesa que incluso brinda mayor credibilidad al relato. Una cinta amena que por la trama seguramente causará repulsión a los más conservadores pero que será interesante para el público de espíritu crítico.

 

[1] En el 2003, la artista Andrea Fraser realizó un performance en el cual tuvo sexo con un coleccionista de arte que pagó una cantidad de dinero con la intención de representar la frivolidad existente en el mundo de arte.

 

17.09.13



Fernando Bustos Gorozpe


@ferbustos

Filósofo. Especialista en nada. Profesor en la universidad Anáhuac Norte. Colabora también en: La Tempestad, Nexos, La ciudad de Frente y Cuadrivio.

....ver perfil
Comentarios:
comentarios.